ELCHE. Se preveía una sesión plenaria calentita por la peatonalización de la Corredora y ¡equilicuá!, así fue. Con un pleno bastante lleno como no lo suele estar, salvo cuando los partidos convocan a colectivos con los que han trabajado alguna propuesta que van a presentar, la principal obra que va a ejecutar el tripartito durante la legislatura se convirtió en un boomerang de ida y vuelta que hizo destapar contradicciones en prácticamente todos los partidos. Una dialéctica inquisidora, grandilocuente, sarcástica o incluso conciliadora, hizo de advenediza de lo que ya se lleva oliendo unas semanas en el ambiente: en un escaso año habrá elecciones.
Fue a raíz de una moción presentada por Ciudadanos, que se había estado trabajando al sector del comercio días atrás, la que hizo estallar la caja de Pandora. Una propuesta, por cierto, que planteaba lo que en las reuniones tripartitarias con los comerciantes estos estaban promulgando: peatonalización de la Corredora sí, pero supeditada al nuevo Mercado Central o a un proyecto integral para dinamizar la economía y el comercio del centro. Una propuesta global cuya eje vertebral es, para el tripartito, la propia peatonalización de esta arteria, ya que arguyen que se fomentará un comercio más dinámico, una zona más sostenible y amable con el entorno, lo que hará que los peatones sean más proclives a consumir. O lo que es lo mismo, la Corredora peatonalizada será un polo de atracción.
Una propuesta que salió adelante con los votos a favor de Ciudadanos, Partido Popular, la abstención de Ilicitanos por Elche y una jugada con la que nadie contaba, el voto favorable del Partido de Elche, que se alineó con los naranjas, previa enmienda de adición presentada in vocce: dar un plazo de 90 días para llegar a un consenso con el tejido asociativo y comercial y que no se desvincule el proyecto peatonal del Mercado Central. Después de los cada vez más comunes roces entre Compromís y PSOE, ahora, el tercer socio del tripartito, siempre en un segundo plano, ha dejado en solitario a los dos primeros con el actual proyecto, dado que la moción de los naranjas propone la paralización hasta que no exista ese consenso.
En cualquier caso, una moción que con toda seguridad quedará en agua de borrajas, y los propios impulsores lo saben: la oposición arrancó en el pleno una moción para el día del cierre de la Corredora y el equipo de gobierno hizo caso omiso. Además la vehemencia con la que el equipo de gobierno siempre ha defendido esta obra. Una obra grande, sin duda, importante, que puede cambiar dinámicas en el centro —el quid será si para bien o para mal vista la polémica actual—, y que es difícil desvincular de los tiempos electorales que llegarán en 2019. De hecho, han sido las quejas comerciantes las que han arrastrado a todos, tanto al Partido de Elche, que en un momento se mostraba también orgulloso en la presentación de la obra, como de Ciudadanos, que en un pleno de abril de 2016, ante la posibilidad de peatonalización parcial, optó por la total.
Unas incongruencias que saltaron de todos lados tirando de hemeroteca. Ciudadanos expuso que el tripartito había pasado el rodillo con el proyecto sin contar con nadie, a pesar de su imagen de diálogo y consenso y que había ignorado las dudas planteadas en el Consejo de Comercio. Algo que también explicó Jesús Pareja por parte del Partido de Elche, que habían detectado falta de consenso con los comerciantes —aprovechó para hacer otras propuestas de iluminación para el patrimonio local—, por lo que apoyó la propuesta naranja —de paso, hay que pensar en futuros posibles socios o hipotético votante—. Las siguientes reprimendas fueron de Ilicitanos por Elche hacia la formación liderada por David Caballero. Fernando Durá le recordó que habían estado al principio en Salvem el Mercat defendiendo la rehabilitación y que habían aprobado los actuales presupuestos, que incluían la partida para el actual proyecto.
En su turno, otros de los aludidos, Compromís, explicaron a través de la portavoz Mireia Mollà que la ciudad se queda atrás sin este proyecto en comparación con otras de tamaño similar a nivel nacional e internacional y señaló que el tráfico que pasa por la Corredora no será el mismo que vaya a las calles adyacentes, puesto que los conductores buscarán otras alternativas viarias. Más duro fue el edil de Urbanismo socialista, José Manuel Sánchez, quien acusó a los de Caballero de arrimarse “al sol que más calienta”, en referencia a esas posiciones opuestas anteriores. “El tráfico se colapsará dependiendo de quién sea quien cierre la Corredora”, señaló sarcástico. Asimismo, también hizo referencia a la falta del estudio de tráfico del PRI del mercado que aprobó el gobierno de Mercedes Alonso.
Respecto a estos últimos, el Partido Popular fue de nuevo contra el proyecto actual, achacando también la paralización velada del actual proyecto del Mercado, y el portavoz adjunto Vicente Granero llamó "veletas" a Ciudadanos: “es el único partido que ha votado sí, no y abstención al mismo proyecto”. Y aseguró que con la moción presentada estaban apoyando la propuesta del PP. En la última pasada, Caballero recordó que PSOE y Compromís habían pedido en otros tiempos paralizar el proyecto del mercado para buscar el consenso, “lo contrario que están haciendo ahora con la misma situación”.
Así pues, un ‘todos contra todos’, que se diría coloquialmente, con otro asunto referente a patrimonio y que cómo no, será otra arma arrojadiza que volará sobre la ciudad durante los próximos meses, ya que se acercan las elecciones. Encima de la mesa, ejecutar el proyecto antes del año —réditos para el tripartito, como escenificó Caballero con una cinta que cortar a modo de inauguración— como estaba previsto, y la propuesta de supeditarla a que se solucione el asunto del Mercado Central, que no se sabe cuándo será. En medio, toda una amalgama de incongruencias con cambios de posición a lo largo de los meses —máxime ahora que los comerciantes se quejan, y eso son votos— y pequeños detalles que empiezan a dibujar movimientos futuros de cara a las elecciones con posibles alianzas. O rupturas.