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LEVANTINA DE MEZCLAS BITUMINOSAS presenta declaración de interés counitario

La 'amnistía' urbanística aflora en Elche: una fábrica de aglomerado planea su regularización en Torrellano

20/04/2020 - 

ELCHE. Después de renovar la Ley de Minimización autonómica para que las viviendas y empresas que están en suelo no urbanizable puedan legalizarse como mal menor, afectando con el mínimo impacto ambiental posible —de ahí el nombre de la normativa—, en Elche siguen avanzando poco a poco —pese a las quejas de quien se ajustaba a la ley— las solicitudes para las regulaciones, de las que al menos hay registradas 300 empresas en esta situación. Ahora está en fase de información pública la Declaración de Interés Comunitario (DIC) para una atribución de uso y aprovechamiento en suelo no urbanizable, la regularización de una actividad de una fabricación de mezclas bituminosas, Levantina de Mezclas Bituminosas SL.

La compañía, conocida históricamente como Arosa, que inició su actividad antes del Plan General de 1998. Su propietario es Andrés Navarro, que es también apoderado de Involucra, uno de los máximos contratistas del Ayuntamiento en materia de pavimentaciones y urbanizaciones. En la DIC presentada, que tendría un plazo de vigencia de 30 años, tras la valoración de las edificaciones que componen la actividad y que según estimación de los técnicos que suscriben el presente proyecto asciende a 775.706,10 €, con ello se propone un canon del 2%, resultando la cantidad de 15.514,12 €.

Se trata de una fábrica de  aglomerado, especializada en la construcción de carreteras, asfaltado de calles, urbanizaciones y garajes, con mezclas bituminosas en caliente, semicalientes y templadas, la aplicación de slurry, el reciclado de firmes y pavimentos, entre sus actividades más destacables. La compañía dispone de dos plantas propias, una planta en Hondón de las Nieves, de reciente construcción, de una capacidad de producción de 200 Tm/h y otra planta en Torrellano de 80 Tm/h de producción, que es la que ahora se pretende regularizar, cercana al aeropuerto. Se trata de una parcela de 49.132 metros cuadrados, aunque el volumen de ocupación con la nave, surtidor, depósitos y demás es de algo más de 12.400 m2.

Bajo o moderado impacto en el entorno

Asimismo, y debido a la importancia del turismo para la zona, la compañía tiene que proponer medidas de restauración o rehabilitación paisajística en ámbitos con un elevado grado de deterioro o con una alta incidencia en la percepción del territorio. Tendrá que completar las medidas de integración en el paisaje con aquellas que pueden incidir en el diseño formal de la actuación y su implantación en el paisaje como el diseño de los elementos del proyecto con el fin de evitar los impactos visuales. Por último, se redactará un Plan de Participación Pública. 

En ese sentido, el proyecto presentado señala que se trata de un zona de muy bajo valor paisajístico, sin riesgo de inundabilidad, y que no afecta a vías pecuarias ni acuíferos. Eso sí, hay fauna asociada a los cultivos mediterráneos. Con todo, apunta a que se podría mejorar en algunos puntos la zona agrícola o urbana, como viales y pavimentos, aunque en ella hay "escaso potencial de observabilidad (por inexistencia de observadores potenciales) del proyecto", así como algunas propuestas de iluminación más eficientes. El estudio realizado por la firma establece que la sensibilidad del paisaje al cambio es baja, entre "leve y moderada", dado que se trata de una zona poco singular y sin impactos relevantes.

En definitiva, en lo referido a la integración paisajística y visual de la ejecución del proyecto, y considerando la naturaleza de la actuación, las características físicas del territorio en el que se
inserta, el impacto paisajístico, que a priori, se le podría otorgar a la actividad, "es muy bajo,
fundamentalmente por las condiciones territoriales imperantes, la multitud y dispersión de todo tipo de construcciones (tales como el propio núcleo urbano de Elche y la multitud de viviendas aisladas presentes en el ámbito analizado. También aseveran que tanto los valores de fragilidad visual como de calidad visual de la unidad son, "a todos los efectos, bajos, con lo que son potencialmente integrables en el seno de actuaciones como las planteadas por el proyecto estudiado", y que los impactos paisajísticos detectados en la unidad, durante su funcionamiento normal, son por término medio, leves

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