ELCHE. Después de varios años intentando encontrar un espacio para ubicarse en el casco urbano de Santa Pola, la cadena de fast-food KFC ya tiene su lugar: será en la entrada, en la carretera Elche-Santa Pola, con un establecimiento de 350 metros y que supondrá la creación de quince puestos de trabajo. A día de hoy, la compañía tan solo tiene un local en la villa marinera, pero en Gran Alacant.
Hace unos días se cerraba la operación, tras la intermediación de la consultora Mascarat Properties —a la que representa Antonio Borrás, con operaciones recientes similares por la provincia, y que intermedió también en el nuevo gimnasio Forma Sport de Elche en Carrús—. En este sentido, la firma llevaba mucho tiempo buscando una parcela exenta y la escogida es entre Sprinter y Lidl, de 1.868 metros cuadrados, con un local de unos 350 metros cuadrados, cuya idea es que se pueda inaugurar durante el verano, aunque dependerá del trámite municipal y la celeridad que el dé.
La inversión será de alrededor de 1,2 millones de euros, con un restaurante de formato free standing. Se contratará una plantilla de quince personas directamente, y en temporada alta hasta veinticinco. Se trata de la tercera compañía de comida rápida en este importante vial de entrada al municipio desde Elche, después del Burger King y McDonalds.
Las actuales naves que hay en la parcela se derriban para adecuar la parcela para los 350 metros del establecimiento. Promueve la actuación el máster franquicia de la Comunitat de KFC, New Restaurants of Spain SA. Sobre el terreno, pertenece a los dueños de Frigoríficos Santa Pola, al igual que el suelo de la zona comercial anexa y de Lidl.