En su segunda edición, esta feria de la edición independiente se traslada a la escuela LABA y ofrece un festín de libros de artista, fanzines y otras faunas de papel
VALÈNCIA. Septiembre llega a su ecuador y nuestros cuerpos de adultos pseudofucionales comienzan a asimilar que la vuelta al cole de los mayores (también conocido como mundo laboral) es un hecho. Soñamos con la abolición del trabajo asalariado, pero mientras lo conseguimos, tenemos la obligación moral de encontrar pequeños paréntesis de goce y juego libre. Nos va la vida en ello. Es ahí donde encuentra su sentido Recreo, la feria entregada a desgranar el campo semántico de la edición independiente. En su segunda edición, que se celebrará del 17 al 19 de septiembre en la escuela de diseño digital y multimedia LABA, este guateque de la celulosa contará con 83 expositores provenientes de 18 países distintos. Se logrará así un carnaval de fotolibros, fanzines, libros de artista, revistas de diseño, ensayos sobre arquitectura o arte contemporáneo, catálogos y otros artefactos impresos de variado linaje. A los mandos de esta feria, dos pares de mentes creativas con filia por el diseño y la celulosa: Rubén Montesinos y Jaime Sebastián (responsables del estudio y editorial Handshake) y Aythami Castellano e Iván Santana (las caras detrás de Santanasantana).
“Los proyectos que participan en Recreo son muy personales, hacen una divulgación que podríamos llamar de ‘guerrilla’, sin grandes medios. Este concepto de feria se inscribe en un circuito internacional del que queremos que València sea partícipe”, apunta Jaime Sebastián. A ese respecto, su compañero Iván Santana indica que existe “todo un universo de edición independiente con propuestas potentes, muy diversas y sugerentes que, en España, todavía no han llegado al gran público. Parte de nuestra labor es lograr esa conexión, crear una comunidad madura de creadores y consumidores”.
Un paseo por el menú de este segundo Recreo equivale a una expedición por todas las esquinas del mapamundi editorial. De esta forma, Matteo Guarnaccia dará algunas pistas sobre Cross Cultural Chairs, una plataforma con base en Milán que analiza las diferencias culturales y sociales a través de las sillas y la forma de tomar asiento. Por su parte, Luis Juárez y Magdalena Testoni (responsables de las ferias Migra y Paraguay Arte Impreso, respectivamente) esbozarán una radiografía del panorama de ferias y publicaciones independientes en Latinoamérica. Y los coordinadores de la iniciativa Kayfa Ta haran lo propio con el ecosistema de Oriente Medio. Entre los talleres programados, encontramos "Cartografiando Futuros Próximos", un híbrido entre un juego de cartas y una dinámica de mapeado, y "Fanzines en el recreo", que pretende introducir a la infancia en los zines y sus periferias. ¿Hay algún amante de los fotolibros en la sala? Pues puede aprovechar para acercarse a la sesión del Photo Book Club Valencia que tendrá lugar el sábado 18.
Además, entre el fondo disponible en Recreo habrá hueco para las piezas de editoriales como Onomatopee (Países Bajos), Stolen Books (Portugal) Hurrikan Press (Hungría) Spector Books (Alemania), KBJ Publishing (Dinamarca) o la revista de cultura visual Journal Safa (Líbano). A continuación, unos cuantos (de los muchos) títulos que ocupan la parrilla de presentaciones: GRAFFITI, de Antonio M. Xoubanova; Música. Cinco puntos para hacer explotar un corazón, de Maitane Beaumont, Mira si he corregut terres, de Mar Eeykjavik; Parques infantiles, de Ricardo Cases, y Banyuls-Sur-Mer - Portbou, del colectivo Juan Nadie.
Aunque los libros conforman un aspecto fundamental del ADN de Recreo, en este patio de juegos hay espacio para muchos cachivaches de papel. No en vano, el eje que une a todas las propuestas de Recreo es la celulosa: “ya sea un ensayo, un catálogo, una lámina, un fanzine o unas cartas, todo es materia impresa”, subraya Sebastián. E incluso si centramos el tiro en los objetos que cualquier inteligencia artificial reconocería como ‘libros’ (un saludo a los robots que nos estéis leyendo, os queremos), la definición no se limita a un legajo encuadernado.
“Nuestra concepción del libro es bastante abierta, por encima de todo, valoramos la creatividad a la hora de ejecutar esas piezas. De hecho, apostamos por una idea de libro experimental, que puede adoptar todo tipo de formas”, resalta Sebastián. Opinión que respalda su compañero Rubén Montesinos: “en los volúmenes que traemos a Recreo, los diseñadores y los artistas toman las reglas del juego y tienen la libertad de saltarse esas normas que han definido tradicionalmente lo que es un libro. En ocasiones experimentan con la forma y otras con el contenido”. Aquí, los experimentos con gaseosa... y edición.
“A veces pensamos que todo se puede encontrar en Internet, pero, al acudir a este tipo de ferias encontramos proyectos que no habríamos descubierto de otra manera. Reivindicamos el valor de lo analógico: el olor, el tacto del papel...”, manifiestan en Handshake. Frente a la efervescencia por castigo de los tiempos líquidos que habitamos, la certeza del binomio papel y tinta como refugio en el que cobijarse, como gabinete de curiosidades. “En esta época en la que todo es inmediato, en el que cada estímulo dura apenas unos segundo, tenemos que luchar para que no se pierda el libro como objeto físico, como producto cultural”, defiende Santana.
Entre las tareas de Recreo se encuentra el entretenido ejercicio de hacer saltar por los aires las jerarquías editoriales: fanzines y libros de artista; ejemplares sobrios y otros fastuosos, sean cuales sean sus ropajes el popurri de títulos aquí reunido se entremezcla sin prejuicios ni visiones preconcebidas. Una horizontalidad que se aplica tanto a la importancia dada a los objetos expuestos como a la trayectoria de sus creadores. “En Recreo, editoriales con gran recorrido pueden estar al lado de un autor que se autoedita, las publicaciones solidificadas de gran recorrido pueden tener el mismo valor que la de artistas jóvenes y emergentes en València. Pero siempre son proyectos a los que se dedica mucho amor, productos que se tratan con mucho mimo”, explica Montesinos.
Esta su segunda edición, Recreo ha sentado las bases de su Aula de Lectura, un grupo de trabajo que pone en el centro el intercambio de conocimiento sobre las prácticas editoriales las distintas orillas del Mediterráneo, pero que también cruza el charco y ahonda en las corrientes más punteras de América Latina. Ya sabemos que en el juego piedra-papel-tijera-frontera, papel gana a frontera. Así lo expone Montesinos: “más allá de la exhibición y venta de productos, buscábamos que Recreo tuviese una vertiente de investigación sobre la edición independiente en distintos territorios. Y lo planteamos como un espacio desde el que explorar las posibilidades de crear un circuito de ferias en el sur de Europa”. En la misma línea, Aythami Castellano considera València como “un enclave estratégico para establecer sinergias con otras geografías. Deseamos establecer vínculos fuertes con otras iniciativas, relaciones orgánicas que vayan más allá de las redes sociales y de las posibilidades que te da el algoritmo”.
¿Y por qué Aula de Lectura nace centrada en los escaparates de la edición meridional? Pues porque faltan taquígrafos que den buena cuenta de lo que se hace por aquí abajo, escabullirse un poco de las hegemonías reinantes en la vieja Europa. Lo cuenta Jaime Sebastián: “actualmente, el mundo de la edición está muy influenciado por las tendencias de Alemania, Países Bajos y Suiza. A nosotros nos encantan los trabajos que se hacen allí, pero nos preguntábamos qué se hace en otros lugares y en qué perspectivas coincidimos”. Un núcleo discursivo que comparte con Rubén Montesinos: “viajar a otras ferias y relacionarnos con otros profesionales con la misma forma de trabajar que nosotros ha sido algo fundamental para Handshake. Sin embargo, en muchos de los eventos a los que íbamos veíamos una carencia de representación de los países de Oriente Medio, del norte de África y del sur de Europa. Por otra parte, en América Latina hay propuestas muy potentes de edición independiente, pero muchas de esas iniciativas no llegan hasta aquí. Por ello, a la hora de poner en marcha Recreo, pensábamos que era necesario y honesto introducir esas apuestas que no suelen verse en los circuitos de las Art Book Fairs europeas”.
Asomarse al muestrario de Recreo es también una forma de practicar el arte de dejarse asombrar por lo desconocido, de mantener viva la capacidad de maravillarse. “A Recreo hay que venir con la mente abierta y sabiendo que te puedes encontrar de todo. Aquí se viene a jugar: unas personas se fijarán en las texturas y los colores, otros en las tipografías, otros en los temas de los ensayos… Las obras que incluimos se pueden percibir desde perspectivas muy distintas”, sostiene Jaime Sebastián. En la misma línea, para Santana, acudir a Recreo es una suerte de “aventura, como ir a un parque de atracciones”. “Con cada edición, esperamos poder ir subiendo escalones en el factor sorpresa, tanto en los talleres como en el aspecto expositivo”, resume Castellano.
La incursión en este heterogéneo safari editorial puede resultar un tanto abrumadora, pero nadie dijo que ejercitarse en el asombro fuera una tarea fácil. “La feria te pone ante la experiencia de enfrentarte a las mesas llenas de títulos de distinta naturaleza y dejarte llevar por los estímulos que se presentan ahí, sin saber hacia dónde te van a llevar. Al principio puede dar un poco de vértigo, pero se trata de ir aproximándote poco a poco y empaparte de sus ideas”, señala Montesinos. ¿No puedes dejarte caer por las coordenadas del LABA durante estos días y las ansias de descubrir nuevos ejemplares de fauna impresa te devoran por dentro? Tranquilidad, que no cunda el pánico: Recreo incluye una plataforma online que ejerce como archivo con el que poder echar un ojo a todas las publicaciones que participan en esta edición. No da el mismo gustirrinín que acariciar páginas con la punta de los dedos, pero como placebo no está mal.