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entrevista al presidente de la asociación de parques científicos

Joaquín Marhuenda: "La inspiración está bien, pero prefiero la innovación sistémica"

23/07/2018 - 

ALICANTE. El presidente del Parque Científico de la Universidad de Alicante (UA), Joaquín Marhuenda, acaba de asumir la presidencia de la asociación autonómica de parques científicos. Durante el próximo año, será el encargado de dirigir la red que tiene como objetivo potenciar la creación de empresas innovadoras y servir como intermediaria entre las universidades y el mundo económico.

-Acaba de asumir la presidencia de la red de parques científicos de la Comunitat. ¿Qué objetivos se marca para alcanzar durante su mandato? 

-Bueno, de la red formamos parte los cinco parques científicos de las universidades públicas de la Comunitat Valenciana, y hay un acuerdo para que la presidencia sea rotatoria. Durante el próximo año lo presidiré yo por turno, pero lo importante, más allá de que cada persona pueda dejar su impronta, es defender el proyecto global. La red es una herramienta para la visibilidad de los parques científicos, pero no por una cuestión meramente estética, sino porque los parques son un instrumento desarrollado por las universidades, y las universidades son básicas en la generación de conocimiento. Sobre todo las públicas. Nosotros somos el intermediario para la transferencia del conocimiento, y esa es la clave del asunto: si se quiere transformar el modelo económico, hay que aportar conocimiento a la cadena de valor. Y se genera mayoritariamente en las universidades públicas. Los parques son el mecanismo que han creado las universidades para esa transferencia.

-¿El objetivo principal sería así obtener el reconocimiento del resto de actores de la innovación?

-Hay un acuerdo para ejecutar un plan estratégico conjunto de la red de parques. Fundamentalmente, para mejorar nuestra visibilidad, es muy importante en un entorno como el nuestro. Buscamos un reconocimiento explícito a nuestro papel en ese ecosistema de innovación y creación de empresas, porque somos los que realmente tenemos la capacidad de llevarlo a cabo. No todos los que dicen que lo hacen pueden hacerlo. Hay que apostar por la transferencia de conocimiento con alto valor añadido, y somos nosotros los que podemos hacerlo.

-Y en el caso concreto del Parque Científico de Alicante, ¿cuál es la estrategia a seguir? ¿Qué tipo de empresas están potenciando?

-Cada parque tiene su propia idiosincrasia, aunque en la columna vertebral tenemos rasgos comunes. Nosotros nos llamamos Parque Científico de Alicante, no de la Universidad (con la que está conectada a través de un vial bajo la autovía), aunque es innegable que es nuestro mayor intangible. Nuestra estrategia respeta la ortodoxia, por así decir. En una primera etapa, estamos identificando empresas intensivas en conocimiento. ¿Con origen en la universidad? No necesariamente, no discriminamos. No tiene tanto que ver con el hecho de que salgan de la universidad como con el tipo de actividad que desarrollan. ¿Hay spin-offs y startups universitarias? Sí, pero ¿únicamente de la universidad? No. Lo que buscamos es que aprovechen el potencial de la universidad, porque al estar en el parque, físicamente o vinculados, tienen la posibilidad de acceder a nuestros grupos de investigación, o al equipamiento de la universidad. 

-Un ejemplo reciente de empresa vinculada, pero no instalada aquí, es Verne Group. ¿Qué espera de ese acuerdo?

-Efectivamente, Verne es una empresa no universitaria, vinculada al parque pero no instalada en el parque. Aunque es bueno que incluso esas empresas no universitarias se instalen, porque así aumentan las posibilidades de contacto entre ellas, y de ahí también puede surgir innovación. Por lo general, la gente suele pensar mal de lo que no conoce. Con un café ves unas oportunidades de negocio que nunca hubieras considerado por ti mismo.

-¿Cuántas empresas tenemos ahora mismo en el Parque Científico de Alicante? ¿Y de qué sectores?

-Ahora tenemos 16 empresas, que es un número importante. Pero lo que buscamos es que las empresas vinculadas se parezcan a lo que nosotros esperamos de una empresa del parque científico. ¿Que tenemos muchas? Perfecto, mejor. Pero ahí sí discriminamos. Ahora mismo tenemos empresas del sector bio, de control de plagas, de las TIC, de ámbitos donde la universidad tiene potencial. 

-Desde este parque, ¿cómo valora esa efervescencia que parece haber en estos momentos en el 'ecosistema', como usted lo ha llamado, de startups?

-Que la gente vea una oportunidad y se lance a desarrollar un proyecto empresarial siempre es una buena noticia. Siempre y cuando se haga de forma consciente. Unos tendrán éxito y otros no, y no pasa nada. Cuantas más, mejor. Ahora bien, tengamos en cuenta que cuanto más diversificado esté nuestro tejido empresarial, mayores ventajas tendremos. Hay que incrementar la competitividad siendo cada vez más intensivos en conocimiento. Si nos dedicamos a ser intensivos en mano de obra, tendremos mayor vulnerabilidad. Si el peso de la economía del conocimiento crece, nuestra economía es más estable, menos vulnerable a los ciclos, y el nivel de bienestar sube significativamente.

-¿Cómo de grande es la brecha entre nuestra situación actual y esa que usted está describiendo?

-Dicho amablemente: cerca no estamos. Pero espero que con lo que ha sucedido en los últimos diez años hayamos aprendido algo. Y no tengo la certeza de que eso haya sido así. Suponiendo que haya terminado, que tampoco estoy seguro, la lección no ha estado nada mal. Tenemos un sector turístico potente, y está bien. Y una construcción también potente, y también está bien. No digo que haya que renunciar a eso. Pero sería deseable que su peso sobre el PIB fuese menor. Y ya que estamos, que el PIB fuera más grande.

-¿Están en el buen camino los poderes públicos para favorecer ese cambio de modelo?

-Para cambiar el modelo se están apoyando en las leyes, que no cambian la realidad inmediatamente aunque puedan crear las condiciones para ello. Pero la piedra angular está en la utilización del conocimiento. Hay que conseguir que llegue al mundo real, la investigación en las universidades y parques científicos debe tener un papel central, porque sin esos agentes no hay cambio. Y no tengo claro que los responsables políticos de ese cambio lo tengan asumido. Quizá esperan un ejercicio de voluntarismo.

-¿Falta más apoyo?

-El apoyo existe, si dijera que no, mentiría. Pero es claramente insuficiente. Y la capacidad de interlocución que se nos concede, claramente difusa. Una cosa que queremos conseguir que se entienda, es el rol que podemos y queremos jugar. Hay determinadas políticas de apoyo a las iniciativas empresariales en la Comunitat Valenciana, muy interesantes, que deberían extenderse a los parques científicos. Y yo no personalizaría en el Ivace esta crítica, porque es con los que mejor relación mantenemos de nuestro entorno, al igual que con los CEEI, que hacen otro tipo de innovación y son complementarios. Estoy pensando más en el sistema en su conjunto, y en determinadas líneas de ayudas que se han creado para un tipo muy concreto de empresa, mientras para las de los parques científicos no hay. 

-¿Qué tipo de innovación le gusta más, la que encarna una empresa como Hawkers, o como PLD Space?

-La palabra innovación es fundamental en todo lo que estamos hablando. Consiste en hacer algo nuevo, o algo que ya se estaba haciendo, pero de forma distinta y más eficiente. También se puede innovar en sectores tradicionales, por ejemplo. Yo distinguiría dos tipos de innovación, la casual y la causal. Un ejemplo de innovación casual es la fregona, que ha mejorado la vida de muchísimas personas y que probablemente es la patente española más importante. Y fue ponerle un palo a una mopa. O el chupachups, también con un palo, esta vez a un caramelo. Pero fueron casuales. Y está bien. La innovación causal es la que está asociada a procesos de investigación. Para mi la más fiable es la segunda, porque es sistémica y no depende de la inspiración. Si tienes un proceso de innovación y se desarrolla naturalmente, mejor. Sin renunciar a la inspiración, por supuesto. Pero me gusta más la segunda. 

-¿Qué futuro le augura a la innovación?

-Le tengo que augurar un buen futuro, por una cuestión meramente egoísta. Si yo quiero que el bienestar mejore, tiene que producirse una diversificación en el tejido empresarial, y las empresas de base tecnológica o científica tienen que ganar peso. Si no, nuestro nivel de vida se verá afectado. Como país, no tenemos materias primas, nuestro pozo de petróleo es el sol. Ni gas, ni oro... lo único que se distribuye homogéneamente es el talento. Eso es lo que hay que potenciar. Y no es necesario que todas las empresas sean de vanguardia, tiene que haber de todas las tipologías, pero es necesario que esta alternativa gane peso.

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