ALICANTE. La salida de Isabel Pardo de Vera de la Secretaría de Estado de Transportes, como consecuencia del escándalo de los trenes que no caben en los túneles en Asturias y Cantabria, es un revés para las aspiraciones de las organizaciones empresariales de la provincia de Alicante que impulsan el decálogo de obras prioritarias para la provincia: CEV, Cámara de Comercio e Ineca. La patronal había encontrado en Pardo de Vera un alto nivel de interlocución, que ahora queda en el aire con el relevo de la también ex presidenta de Adif.
No obstante, la hoja de ruta de la triple entente empresarial se mantiene, pese a los cambios en el Ministerio. La idea es poner en marcha la comisión de seguimiento a las obras a cuya creación se comprometió Pardo de Vera hace unos meses, y que éste órgano se reúna de forma trimestral para actualizar el estado de dichas inversiones: cinco en carreteras, cinco en ferrocarriles y una portuaria. Con Pardo de Vera fuera del tablero, ahora los empresarios ponen el foco en los técnicos del Ministerio.
"La dimisión de la secretaria de Estado es un problema, porque era una persona que conocía muy bien nuestra problemática, la tenía asumida y se había comprometido a impulsar su solución", explican fuentes de la patronal. Sin embargo, se muestran optimistas en que la comisión salga adelante y las obras empiecen a ser realidad a corto plazo. "Lo cierto es que muchas obras están más avanzadas de lo que ellos mismos piensan, la clave es llegar a los técnicos y poner en marcha esa comisión de forma trimestral para ir evaluando los avances", argumentan.
En todo caso, el revés no es pequeño, pues con Pardo de Vera convencida para la causa, ahora habrá que volver a trabajar para alcanzar el mismo grado de entendimiento con su sucesor, David Lucas, anteriormente director general de Agenda Urbana en el mismo Ministerio. Lucas, con amplia trayectoria en el PSOE madrileño, es sin embargo un perfil bastante técnico, con experiencia en planificación urbanística, aunque no tanto en grandes infraestructuras. Los empresarios, con todo, son optimistas, pese a que el calendario empieza a apretar con un interlocutor recién llegado y unas elecciones generales a la vuelta de la esquina.
Como ha contado Alicante Plaza, el decálogo de obras de transportes prioritarias incluye, en el capítulo de carreteras, el tercer carril de la A-70 entre Alicante y Elche, la mejora de la A-31, el tercer carril de la A-7 entre Crevillent y la Región de Murcia, el paso inferior del acceso a la Universidad de Alicante, y la duplicación de la N-332 a su paso por Torrevieja. En ferrocarril, las obras serían el AVE Alicante-Valencia; la mejora de la línea Xàtiva-Alcoi; el tren de la costa entre Alicante y Benidorm; el eje Alicante-Elche-Murcia (conectar ambas ciudades con el aeropuerto) y la conexión con el Corredor Mediterráneo para acometer los puertos secos. A estas diez cabría sumar el muelle 19 del puerto para permitir el tráfico de grandes contenedores.
Muchas de estas obras están comenzadas o en fase de estudios, por lo que el calendario que plantea el informe elaborado por Ineca (y presentado hace quince días en Fira Alacant) establece el horizonte 2030 para que todas estén en funcionamiento. Si el Ministerio se aplica, es un horizonte razonable, a juicio de los empresarios. En cuanto a la inversión necesaria, se cifra en 2.000 millones de euros, algo más de la mitad que la cantidad que el Estado ha dejado de invertir en la provincia en los últimos quince años y que le correspondería por criterio de población, según los estudios también elaborados por Ineca.