Si en el anterior artículo de esta sección hablábamos de la inquietud de la UE sobre la desinformación, el uso y el abuso de la tecnología nos ha llevado hacia otra preocupación que ya es más que manifiesta en las redes sociales: la violencia en internet.
Un tema tan preocupante que la Agencia Española de Protección de Datos (AEPD) ha diseñado un Pacto Digital para la protección de las personas que busca, en primer lugar, combatir la violencia en internet, especialmente contra las mujeres y en segundo, favorecer la innovación en el terreno de la privacidad y de la protección de datos, de modo que ésta no sea un obstáculo para el desarrollo de la economía digital.
La Asociación de Periodistas de la provincia de Alicante es una de las 266 entidades españolas adheridas hasta la fecha a esta iniciativa, pionera a nivel internacional, que pretende proporcionar a la ciudadanía una respuesta rápida y efectiva ante la problemática que supone la violencia digital, promoviendo un gran acuerdo por la convivencia ciudadana en el ámbito digital, compatibilizando el derecho a la protección de datos con la innovación, la ética y la competitividad empresarial. Y, sobre todo, concienciar a los ciudadanos, y en especial a los menores, de las consecuencias de difundir contenidos sensibles en internet.
Tenemos que ser conscientes que junto a un derecho puede existir también una obligación, por lo que todos los actores implicados en el ámbito digital, los ciudadanos y las organizaciones, tienen que ser conscientes de las consecuencias que pueden suponer en la vida de la persona afectada la difusión de contenidos especialmente sensibles y también las responsabilidades (civiles, penales y administrativas) en que pueden incurrir aquellos que los difunden.
Entre los principios del Pacto también se encuentra impulsar la transparencia para que los ciudadanos conozcan qué datos se están recabando y para qué se emplean, promover la igualdad de género y la protección de la infancia y las personas en situación de vulnerabilidad, o fomentar la innovación garantizando que las nuevas tecnologías eviten perpetuar sesgos o aumentar las desigualdades existentes, evitando la discriminación algorítmica por razón de raza, procedencia, creencia, religión o sexo, entre otras.
Además de todas estas iniciativas, la AEPD ha ido más allá y ha puesto en marcha un Canal Prioritario para solicitar la eliminación urgente de contenidos sexuales y violentos difundidos en internet sin consentimiento, una denuncia que es independiente de las que puedan plantearse ante las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado o la Fiscalía. Para muestra, un botón. Según información facilitada por la Agencia Española de Protección de Datos, en 2020 se recibieron 358 peticiones de retirada de contenidos sexuales o violentos a través del Canal Prioritario, tramitándose de urgencia casi medio centenar de estas peticiones.
Entre los casos más frecuentes resueltos por la Agencia se encuentra la difusión de vídeos o fotografías de carácter sexual grabadas inicialmente con el consentimiento de la mujer que aparece en ellos pero difundidas sin su permiso a través de páginas pornográficas, contenidos sexuales
grabados sin consentimiento y difundidos posteriormente, la grabación
de agresiones y humillaciones a menores de edad y personas LGTBIQ+ y la publicación de perfiles falsos en páginas web pornográficas utilizando la imagen real y el número de teléfono de mujeres sin su consentimiento. De hecho, en algunos de los casos, las mujeres afectadas no son conscientes de que esos contenidos se están difundiendo hasta que alguien cercano las avisa de ello. El porcentaje de efectividad del Canal Prioritario en la retirada de estos contenidos se situó en torno al 86% tras el envío de la medida cautelar a las páginas que lo alojan. En general, la retirada de contenidos se produce en un plazo de 72 horas cuando el responsable de la plataforma se encuentra en España.
Pero para eliminar estos contenidos de las redes sociales, el compromiso tiene que ser global. Ya tenemos una herramienta, ahora hace falta que la utilicemos y acabemos con esa impunidad que amparaba hasta ahora a los contenidos violentos y sexuales. Recuperemos nuestra intimidad digital.