de la vía pa'arriba / OPINIÓN

Iluminar el Ayuntamiento de Elche

8/02/2024 - 

El Ayuntamiento de Elche ha anunciado que se va poner en marcha un proyecto para iluminar la fachada del edificio consistorial de manera ornamental. También la Torre de Calendura y Calendureta, en la misma Plaza de Baix , tendrán una nueva iluminación que pretende darles relevancia y además se incluye el cambio de los modernos mástiles de la plaza que se pusieron para iluminar con la reforma de hace 4 años.

En 2020  se reformó y peatonalizó el emblemático espacio del centro de Elche. El proyecto tenía sentido especialmente porque incluyó el grandísimo avance de peatonalizarla, de manera que el tradicional tráfico que cruzaba la ciudad por todo el medio, era la antigua carretera nacional 340, pasó con gran fortuna a la historia y se derivó a otras vías.

Fue un gran logro de Compromís, entonces equipo de gobierno junto al PSOE. Los socialistas necesitaron la presión de sus socios para atreverse a llevar adelante esta peatonalización que sabían que era necesaria pero que, algún amago de moción de censura poco creíble a mi juicio,  y otras reticencias, mantenía en bloqueo. Como lo del mercado. Carlos González era el alcalde que tan bien nos vino en pandemia, como persona prudente y sensata, pero al que le faltó, en mi opinión, el empuje que afortunadamente le dieron por su izquierda, colectivos ciudadanos  y Compromís.

Cuando se inauguró la nueva Plaza de Baix le dije al exalcalde, ¿faltan algunos elementos por la plaza no? Me contestó que no, que  se quedaba así diáfana. Yo soy bastante minimalista en decoración pero  siempre pensé que le faltaba algo y le sobraban los “palitroques”que iluminan el espacio.

El otro día, cuando el concejal de Servicios Públicos, con el que nunca he hablado de esto, presentó el proyecto me acordé. Siempre he sido una persona muy práctica pero a la vez reconozco que admiro la belleza y la estética. Cuando visito otras ciudades me encantan los edificios históricos, iluminados y puestos en valor. Lo que puede parecer a priori una acción superficial, estilo los maceteros que colocó a un mes de elecciones Mercedes Alonso, tengo la impresión que es un proyecto amplio y muy pensado que va a dar buen resultado.

He contado ya por aquí que el primer alcalde al que conocí periodísticamente fue a Manuel Rodríguez. Antes había sido alcalde Ramón Pastor. En esos primeros años de reportera me contaban historias de Pastor. Por ejemplo recuerdo un día que otro histórico, “Don Ginés” cura de la parroquia del Corazón de Jesús me dijo: “Ramonet no era creyente pero era marededeuero”.

En esas batallitas alguien, que ya no recuerdo, también me contó: “Ramón Pastor se levantaba y se iba a las seis de la mañana con uno que le hacía de chofer y tomaba notas y se recorría el pueblo, y le decía, ¡apunta! ¡Eso hay que arreglarlo, esto hay que cambiarlo, aquello habrá que quitarlo…¡, De paso controlaba si estaba ya todo el personal municipal trabajando”.

Me hice la imagen del alcalde y el ayudante por ahí con la libreta tomado nota cuando no existía el 010, ni las redes sociales, ni el whatsapp municipal para que los vecinos y vecinas  puedan intervenir.

Resulta que 40 años después me he encontrado ya un par de veces o tres al actual alcalde, Pablo Ruz y al concejal de Servicios Públicos, Claudio Guilabert andando por la calle  y mirando a un lado o a otro y me ha dado la sensación que iban así como iba Ramón Pastor y el ayudante. Y creo que Pablo Ruz lleva así desde hace 8 años, y cada vez me creo más que su sueño era ser alcalde sin ninguna ambición más en la escala política. Y que ha buscado referentes y pensaba que cuando nombraba a los alcaldes socialistas era “postureo” pero ahora ya no lo pienso. Y también sigo en desacuerdo con él en algunas cosas, pero esto de las luces y la plaza se lo compro del todo.

La política municipal es la más dura y la más agradecida. La gente se encuentra por la calle con los concejales o alcaldes y alcaldesas y le pueden echar en cara cualquier situación, sea o no de su competencia. “Se comen los marrones” podríamos decir, pero a la vez, debe ser tan gratificante esa posibilidad de acción tan directa e inmediata. Considero que la política, la municipal y todas, debe priorizar las necesidades básicas de las personas, pero también está bien poder trabajar en paralelo en otras tareas que pueden parecer superfluas o menores pero que suman y contribuyen avanzar y mejorar.

Y aquí meto una queja histórica de mucha gente, entre ellos mi compañero de columna Antonio Zardoya; poner en valor el patrimonio y embellecer la ciudad cuidando su estética entra en el mismo concepto emocional que la Cultura. Es muy necesario, no imprescindible a priori, (si nos falta comida o casa o salud o educación), pero necesaria, muy necesaria.

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