Las características de la propuesta de pago y qué garantías la respaldarán, pendientes de concretarse
ALICANTE. No tenía muchas ganas de hablar este jueves tras la Junta de Accionistas el nuevo presidente del Hércules, Quique Hernández, pero terminó ofreciendo importantes titulares.
Además de reiterar la voluntad del club de cumplir sus obligaciones y más concretamente resolver el problema mayúsculo que representan la deuda con la Agencia Tributaria (casi cinco millones de euros a día de hoy) y con la Comisión Europea (otros siete millones), reveló que los accionistas de referencia, es decir, Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez están dispuestos a ofrecer garantías que respalden el pago fraccionado a la Agencia Tributaria; lo anterior no constituye una novedad, si bien no ha contribuido a que se haya regularizado precisamente el pago de una deuda que atenaza las arcas del club.
Mientras, el Hércules continúa con la defensa de sus intereses en Luxemburgo, en este caso con la elaboración del recurso de casación que interpondrá en breve ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. Quique Hernández también se refería este jueves a esta cuestión, para reiterar lo injusto de la decisión de recuperación y que el club cree firmemente en que sus apelaciones pueden prosperar.
Respecto a su recién estrenada condición de máximo mandatario del club blanquiazul, Hernández valoraba "una gran responsabilidad" y "un orgullo" asumir un cargo en el que su antecesor, Juan Carlos Ramírez, ha aguantado apenas nueve meses.
"Tenemos una gran labor por delante, muy delicada en lo económico, con frentes abiertos y espero que lo podamos solventar", decía un Hernández que tiene el honor de ser es el entrenador que más partidos ha dirigido al Hércules en su historia.
"El Hércules es una gran marca del fútbol español y en Alicante tenemos que dejar el pabellón alto", señalaba un Hernández que reconocía que su nuevo rol "exige mayor responsabilidad que el de entrenar al equipo".
El nuevo presidente del Hércules insistía en que ejercerá el cargo con todas las funciones y facultados que comporta, si bien dejaba claro que va a una con Ortiz y Ramírez: "Vamos a ir en la misma dirección para darle estabilidad en lo económico al Hércules y que vuelva a ser querido y respetado", decía un Hernández que se marcaba en público, una vez más, el objetivo de convertir a la entidad en "un club de cantera, con instalaciones propias".
Y sí, insistía en que además de todo lo demás, se va a poner toda la carne en el asador para lograr el ascenso el próximo curso "y poder pagar" la deuda que se arrastra.