ALICANTE. La sociedad de valores Diaphanum cierra su tercer ejercicio desde que la fundase Rafael Gascó, con un crecimiento constante en mercados y patrimonio bajo gestión. La sociedad de gestión independiente, que abrió en Alicante su segunda oficina tras la de Madrid, prevé alcanzar este año el break even, o umbral de rentabilidad, apenas tres años después de nacer. Hablamos con el director de la oficina de Alicante y la delegación de Murcia, Héctor García, de la marcha de la empresa y de los mercados.
-Diaphanum tenía tres oficinas hace un año: Madrid, Alicante y Bilbao. ¿Siguen buscando equipo para abrir en València?
-El mercado se está moviendo. Hemos consolidado las tres oficinas que cita y este año además hemos abierto en Las Palmas, Oviedo y Sevilla. Además, en el caso de Alicante hemos ampliado presencia a Murcia, que se dirige desde aquí. Nuestro objetivo es el crecimiento orgánico, de modo que siempre estamos negociando con posibles equipos y buscando talento. Allí donde veamos una oportunidad, allí estaremos. Valencia, Galicia, Cataluña... son plazas interesantes.
-¿Esas oportunidades dependen más de que haya un patrimonio interesante a cuya gestión optar o de encontrar a las personas adecuadas?
-La oportunidad es más contar con el equipo adecuado, porque además una cosa trae la otra. Tiene que ser un perfil senior, con una cartera interesante que tutelar. Está habiendo movimientos, como le decía.
-Hablemos de cifras. ¿Qué patrimonio bajo gestión tiene en estos momentos Diaphanum?
-Pues vamos a cerrar el ejercicio con 1.400 millones bajo gestión, lo cual es un hito importante porque se ha alcanzado en tres años. En cuanto a la cuenta de resultados, este año hemos alcanzado el break even, que también es un hito muy importante porque somos una empresa aún joven. En cuanto a Alicante y Murcia, gestionamos 200 millones de euros, con entre 90 y 100 clientes. Aproximadamente, la mitad en cada territorio.
-¿Qué perfil tiene que tener el inversor potencial cliente de Diaphanum? ¿A partir de qué nivel de patrimonio les interesa?
-En realidad el perfil no depende tanto de una cifra como del potencial. La banca financiera tradicional suele establecer el umbral en 300.000 euros, pero con la nueva regulación está costando más segmentar por debajo de 500.000 euros. A nosotros nos interesa más la casuística del posible inversor, porque apostamos claramente por la diversificación. Yo diría que a partir de 600.000 euros es cuando encuentras sinergias y rentabilidad mutua. Sí me gustaría destacar que nosotros somos prácticamente la única agencia de asesoramiento independiente en Alicante y Murcia, y guiándonos por la directiva Mifid II somos transparentes absolutamente en relación a nuestros objetivos. Siempre buscamos el mejor servicio con un coste explícito, es un modelo de una potencia importante.
-¿Cómo ven en general al inversor alicantino? ¿Y al murciano?
-Hay un tejido empresarial potente y con cultura financiera. Hemos notado que empiezan a demandar una dirección financiera basada en el modelo anglosajón de multi-family office. No solo que les crees una cartera de inversiones, sino también ayudarles a hacer una reestructuración, o un relevo familiar... un compañamiento total. Aunque lógicamente la pata financiera sigue siendo la más fuerte. Alicante y Murcia tienen muchas similitudes: hay una población importante en las dos provincias, con un tejido pontente, vanguardista, dinámico, que está en su segunda o tercera generación, exportadores... en cuanto a las finanzas, suelen tener un perfil moderado porque ya asumen el riesgo empresarial. Pero detectamos que cada vez tienen más conocimientos, y eso es buenísimo.
-¿Dónde se fijan más a la hora de invertir, en renta variable, fondos industriales, inmobiliario...?
-Las inversiones de toda la vida, tipo depósitos, han dejado de existir y ya se habla de cobrar por ellos. En la parte financiera abogamos por el traje a medida, confeccionar una cartera ad hoc para el cliente. En una parte conservadora, que ofrece poca rentabilidad, y compensarla con renta variable y vehículos alternativos. También compra de edificios, inversión en fotovoltaica... Y dentro de los vehículos alternativos, inversiones en infraestructuras, nuevas tecnologías, tercera edad, pymes... Son inversiones que se aceptan bien porque son a largo plazo y aportan una liquidez importante. La parte de más riesgo sirve para levantar la rentabilidad total de la cartera.
-¿Cómo ven las perspectivas de la renta variable, tras la 'falsa crisis' de finales del año pasado?
-Bueno, yo no diría que fuese una crisis, pero es cierto que la caída de finales de 2018 era irracional. Sin que se resintieran los beneficios empresariales, se produjo una caída en todos los índices. A lo largo del año, en cambio, esos índices se han puesto en precio. En Estados Unidos y Europa están, digamos, en un nivel razonable, analizado desde la perspectiva histórica. A eso ha ayudado que la crisis arancelaria y el Brexit se van resolviendo, y el mercado avanza en línea con los resultados empresariales. Esperamos un año bastante decente, aunque hay elecciones en Estados Unidos y eso será determinante. Pero como Trump y China se han sentado a negociar, y parece que el Brexit no será abrupto... esos factores añaden incertidumbre, pero no serán un lastre a menos que el escenario actual se rompa. El empresario no toma decisiones cuando hay incertidumbre, y se frena el crecimiento. Si nada cambia, tendremos un buen año de los mercados.
-Bueno, pero parece que fuera de los parqués empiezan a atisbarse 'nubarrones' en la economía. ¿Hay que preocuparse?
-Realmente, las economías están en un momento de impasse. Pero desde 2008 las instituciones como los bancos centrales han tomado muchas medidas para favorecer el crecimiento, y mantener esas sendas tan elevadas no es fácil. Porque es complicado mejorar los recursos disponibles para impulsarlas, sobre todo en las economías desarrolladas. Con cierta prevención, hay que esperar que se mantenga el crecimiento, aunque en menor medida. Tenga en cuenta que la OCDE mantiene previsiones positivas, menores pero positivas.
-¿Qué 'refugios' manejan ustedes en caso de que la cosa se tuerza?
-Siempre recomendamos tener algo de oro en cartera, que es un valor seguro, la inversión en renta fija con un objetivo cerrado a fecha, y lógicamente también seguimos apostando por la tesorería. Para el año que viene, quizá al que más recurramos sea la renta fija.
-¿Ven 'burbujas' en algunos sectores o empresas?
-A nivel macro, que es con el que trabajamos, en general no veo una 'burbuja'. No la hay en ningún índice, aunque es cierto que por ejemplo en la renta fija sí se puede considerar que hay algo parecido, porque sin el impulso del BCE la valoración sería otra. Pero los bancos centrales siguen ahí como malla de contención. Hay activos con una valoración alta, como el bono alemán, porque se ha creado una demanda irreal... Nosotros, como siempre, apostamos por una cartera diversificada para evitar lastres: no solo diversificar en activos, divisas, commodities... sino incluso en gestores. Es bueno tener presencia en todos los mercados.