Jueves 12 de marzo de 2020, 9:30 horas, Luxemburgo. Veintiún días, cuenta atrás. El Elche CF tiene por delante tres semanas en las que aguantar la respiración ante la decisión de la Sala Cuarta del Tribunal General de la Unión Europea va a ser deporte de riesgo en el estadio Martínez Valero. Como si de un partido de fútbol, pero con distinta superficie, se tratara o incluso más importante, bien se podría hacer un Tiempo de Juego al grito de "¡Hay gol en Luxemburgo!". La entidad franjiverde se ajusta la corbata al cuello, cruza los dedos, y toma oxígeno. Hay una sanción en forma de decisión de recuperación valorada en más de 4.100.000 euros en juego que, más allá de las posibles filtraciones previas que hagan que las manos suden más o menos en las horas previas de la cita, puede marcar el futuro a corto, medio y largo plazo del club ilicitano.
Lo que siembras, recoges. Si incumples, tienes que pagar. No se trata de buscar culpables, pero puestos a hacerlo, no creo que el Elche CF deba ser el que se coloque el primero de la fila. Distinto es recibir una, con el paso del tiempo, presunta ayuda ilegal por parte de la Generalitat Valenciana y saltarte a la torera los pagos porque lo que hay en juego es algo tan intangible, y poco apetecible, como lo que en su momento fue el poder accionarial del Elche CF, que parecía que nunca saldría de las fronteras que marcan los cuatro puntos cardinales ilicitanos. Ya ves tú, un garbanzo podrido más dentro del puchero de la nefasta gestión que tuvo como colofón el descenso administrativo a Segunda División. Regalamos el pastel a cambio de las migajas. Lo normal.
Eran años del último que cierre la puerta. Nada hacía presagiar que de tanto caos pudiera surgir por generación espontánea un equipo que, con el paso de los años ascendiera a Primera División, encendiendo la mecha en despachos de los años del jamón del caro y 'champagne' del bueno. Menudo despropósito, la 'Ley de Murphy' a la enésima potencia. Si algo puede salir mal, no sólo saldrá mal, en el Elche CF saldrá peor. Por eso ahora vivimos años de plomo, que recita 'Pacheta', con el esperpento del no proyecto a cuatro años y la llegada de Christian Bragarnik, la propiedad silenciosa. Qué más da, si han pasado tantos tipos de años que hasta inventarse dinero en B para pagar a los jugadores ya ha prescrito. Todo era por el bien del Elche CF, claro. El coco Bruselas no es nada comparado con los teloneros que han desfilado por el Martínez Valero, con caretas e historietas varias.
Centrándonos, decía aquello de que no se trata de buscar culpables pero que, puestos a hacerlo, sigo sin entender por qué tiene que pagar el pato quien recibe un dinero, supuestamente como ayuda ilegal y que rompe la ecuanimidad con la que se rige el mercado europeo, y el que lo da no sólo se va de rositas sino que, encima, se constituye en rey del mambo a lo Clint Eastwood en 'La muerte tenía un precio'. Parece que haya sido el parto de los montes. Tanta apología del fin del mundo, cargada de recalcitrante teoría apocalíptica entre montañas para acabar dando a luz un pequeño ratón, como reza la fábula. Y no es por ser obcecado pero, ¿cÓmo uno puede (y nótese la ironía del mensaje) pensar que cuando firma un acuerdo en febrero de 2011, va a seguir dando la lata (por no decir dar otra cosa) nueve años después?
Vaya lujo de 14.000.000 euros (9.000.000 y 5.000.000) impagados, que no impagables. Toda una operación de orfebrería económica que ni el más pintado guionista podría haber soñado. El problema es que todo llega, lento pero llega, y en tres semanas la Unión Europea volverá a tocar la puerta del Martínez Valero. Todos cruzamos los dedos para que sea más cachetazo que puñetazo porque no están los cimientos del Elche CF para muchas sacudidas, por mucho míster Bragarnik que haya aterrizado. Al menos, este nuevo órgano rector, o más bien el anterior que ya no están nuevo porque está remodelado (vaya lío pero todos nos entendemos) ha preferido ser prudente y no optimista, pero esa es otra historia que ya me aburre volver a tener que explicar, tanto como que me lleguen los lloros de los que se dan por aludidos. Que el Juez reparta suertes ese día y si todas se las lleva todas el Elche CF pues lo sentamos en el palco del Martínez Valero ante el Extremadura UD.
