BADALONA. Aunque el bueno de Manolo Díaz no se caracteriza precisamente por su efusividad, sí se puede decir que el empate obtenido por los suyos en su visita a Badalona le dejó satisfecho. El técnico madrileño del Hércules dejaba claro tras el choque que no le había sorprendido el desarrollo del mismo, teniendo en cuenta el escenario en el que se jugaba, la necesidad del rival de ganar y que los suyos ya habían jugado 72 horas antes otro partido de máxima exigencia.
El preparador blanquiazul calificaba el resultado como "justo" y hacía una valoración bastante positiva del encuentro: "Salvo 15 minutos en la primera parte en los que ellos han dominado, jugando además bastante bien, el control del partido ha sido nuestro", decía el técnico blanquiazul que, eso sí, no escondía su enfado con el gol encajado al que se refería como "regalo" y del que incluso se atribuía parte de la responsabilidad porque llegó en un saque de banda precedido de una 'devolución' de los suyos: "Armando la devuelve porque yo se lo digo y es que después de decirnos el Badalona antes del partido que en jugadas de ese tipo no la iban a devolver, durante el mismo sí lo habían hecho, pero no hemos hecho bien en hacerlo y menos en ese sitio". Precisamente una situación análoga, tras una jugada en la que el local Galindo sale mal parado de un choque con Abde, precedió el tanto del empate del Hércules, desencadenándose en un rifirrafe entre los banquillos del que fueron especialmente protagonistas Manolo Díaz y el segundo entrenador del Badalona, Nacho Alfonso, que terminó viendo la roja por, tal y como recogió el árbitro albaceteño Luis Fernando Collado López en el acta, "abandonar el área técnica y dirigirse al banquillo adversario encarándose con miembros del equipo visitante". También por discutir fueron amonestados, en su caso con amarilla, Abde por el Hércules y Merchán por el Badalona.
El Hércules estaba representado en el Municipal de Badalona por el presidente de su Fundación, Valentín Botella, el consejero delegado, Carlos Parodi, y el director deportivo, Carmelo del Pozo, que no dudó en bajar al terreno de juego para evitar que, una vez finalizase el choque, los coletazos del cruce entre banquillos deparasen más consecuencias negativas para los suyos.