PUBLICA 'UN SILENCIO LLENO DE MURMULLOS' con la editorial Seix Barral

Gioconda Belli: "Me han marcado todos los exilios que he tenido"

19/10/2024 - 

VALÈNCIA. El pasado es un lugar misterioso, y un “protagonista reservado”. Analizándolo se llega a un espacio plagado de recuerdos y al que solo unos pocos, con buena memoria, tienen acceso. El pasado de una persona y de un país, ayuda a que se construya en el futuro… y conocerlo es un arma muy poderosa. Entre la memoria y las emociones, Gioconda Belli publica junto a Seix Barral su nueva novela Un silencio lleno de murmullos, en la que ahonda en la historia de una relación materno-filial mientras viaja a la Nicaragua de la Revolución Sandinista. Lo hace con una novela que se resuelve a ritmo de thriller y en la que ahonda en la historia de un legado histórico y familiar que se camufla entre objetos, diarios y recuerdos. 

Para ello, Belli cuenta la historia de Penélope, una mujer que pretende averiguar todo sobre su madre: Valeria, una de esas mujeres que estuvo totalmente presente a lo largo de los cambios de la Revolución Sandinista de Nicaragua. Tras su fallecimiento es Penélope la que debe acercarse a su piso de Madrid, en plena pandemia, para recoger sus pertenencias y para encontrarse con su madre más allá de la “imagen que tenía construida en su mente”. De forma intencionada, este relato sucede en la pandemia, el momento en el que la soledad se adueña de todos los cuerpos. Este escenario ayuda al lector comprender la lejanía física y emocional de Penélope respecto a su propia historia: “Me interesa hablar de la soledad, principalmente de la que no solemos aceptar. Me interesa ver como Penélope intenta conectar con el pasado y la vida de su madre mientras se encuentra entre todas sus cosas”, apunta la autora. 

Para ello introduce a su protagonista en el hogar de la madre, entre sus pertenencias y le permite hojear diario, al que el lector accede de forma indiscreta. Con todo esto, Belli intenta reivindicar la figura de la madre más allá de los cuidados para comprenderla como mujer independiente: “Solemos asociar la figura de madre como aquella que nos cuida y que nos apaña, pero siempre va más allá. Hay que preguntarles por su historia y dotarlos de una vida propia… mi madre era opositora, directora de teatro y se metía en todas las actividades que podía. Yo siempre sentí que una parte de su vida me estaba vetada, pero la realidad es que no solemos preguntar por esta”. 

Fuera del texto, el lector cuenta con la ventaja de conocer a Valeria a través de sus propias palabras y de las de su hija, quien construye su figura desde lo que va descubriendo de ella y a través de lo que le desvela su vecina del bloque, con la que se obsesiona por completo. En este momento de la lectura aparece la figura del detective privado, que ayuda a Penélope a adentrarse más en la intimidad de su madre, aunque esta vez de una forma que podría ser un tanto “invasiva”. Con esta fórmula el lector se acerca más bien a una novela detectivesca que a una histórica. Para Belli esta manera de relatarlo le ayuda a que Penélope se enfrente a un método de conocer a su madre a través del autodescubrimiento que hace ella misma desde las letras. 

La pandemia sirve como “caldo de cultivo” para este análisis, porque para Belli es el lugar perfecto en el que encajar toda la reflexión que hay entre ambas. Jugando con estas dos protagonistas, Penélope descubre de su madre en los diarios que era una de las grandes exiliadas de la Revolución Sandinista, como lo fue la propia Belli: “A mí me han marcado todos los exilios que he tenido, son momentos de mi vida en los que he tenido que recapacitar sobre lo que me rodea y quién soy. Cada vez que uno deja el hogar, las familias se introducen en un mundo diferente en el que está obligado a conectar”, señala la autora, que refleja esto en el viaje de Penélope en el que va a Madrid a conocer parte de su pasado.

El destino se convierte también en uno de los protagonistas, y funciona como un personaje más. Belli explica en uno de los puntos del relato que “sale gente magnífica de las peores familias y gente horrible de las mejores”, algo que para Penélope se convierte en la gran llave con la que poder recordar su historia familiar y gracias a la que puede ubicarse en una parte de la historia. Con varios tintes históricos, Belli sitúa a Valeria en la época de la revolución y explica el bando que toma y ve como su “albedrío le ayuda a romper con la norma social”.

“Es necesario protestar y mantenerse al frente y poner las fuerzas donde tienen que estar. Por lo que he visto en mi país una democracia se puede perder en menos que canta un gallo y no vale confiarse. La política suele tener mala fama y es fundamental porque determina toda la historia de un territorio y un país”, apunta Belli, quien con este libro se reconcilia en parte con la persona que era cuando tuvo que exiliarse. 

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