El organismo cultural se enfrenta a la salida de los tres directores adjuntos ante la incógnita del plan de Cultura para el ente y de los nuevos proyectos
VALÈNCIA. Fin de una era en el Institut Valencià de Cultura (IVC). Fue en 2016 cuando, tras la llegada del gobierno del Botànic, se impulsó un proceso de selección que dio la dirección general a Abel Guarinos, cuyo contrato fue renovado por cinco años más en 2021. El segundo escalón del organismo cultural también fue renovado por completo con la incorporación de los directores adjuntos Roberto García, al frente del área de artes escénicas, y Marga Landete, encargada del ámbito musical y la cultura popular. Más adelante, y tras la salida de Jose Luis Moreno –actual concejal de Cultura del Ayuntamiento de València- se incorporó Francesc Felipe, que asumió el liderazgo del área de audiovisual en octubre de 2022. De los nombre mencionados, desde hoy solo Guarinos mantiene su puesto en el organismo, tras el anuncio del cese de los tres directores adjuntos del IVC, que este lunes vivían su último día al frente de sus respectivas áreas.
Su salida se enmarca en una revolución de caras tras la llegada de Vox a la Conselleria de Cultura, varios cambios que, sin embargo, se justifican de manera distinta. Si el cese de José Luis Pérez Pont al frente del Consorci de Museus se tildaba de “disciplinario” tras haber detectado “irregularidades y mala praxis en su gestión”, la no renovación de Carles Ángel Saurí al frente del Espai d’Art Contemporani de Castelló (EACC) era en base a criterios de “optimización” de recursos. En el caso de los directores adjuntos del IVC, sin embargo, la razón pasaba directamente por el contenido del proyecto y la voluntad de cambiar el rumbo del organismo. “Hemos cambiado a los tres directores generales [del IVC] porque tenemos toda la legitimidad y todo el derecho a aplicar nuestras prioridades culturales”, explicaba Paula Añó, Secretaria Autonómica de Cultura y Deporte, en una entrevista reciente en La 8 Mediterráneo.
Por su parte, el conseller Vicente Barrera, fue más explícito en la razones que habían llevado a su equipo a poner sobre la mesa el cese de los directores adjuntos, tal y como expresó en una entrevista con este diario: “Queremos apostar por una política blanca. Si usted ve la programación del IVC, mucha de ella ha sido politizada durante todos estos años. No creemos que sea justo, lógico ni asumible que con el dinero de todos se haga política y se intente colonizar conciencias. Nosotros creemos que la cultura, cuando además está pagada con dinero público, no tiene que ser un medio político. Y esto es lo que se ha hecho desde estas tres direcciones artísticas o hemos entendido que se ha hecho”.
Cabe recordar que en el caso de los directores adjuntos, todos tenían su contrato vigente. En el caso de Marga Landete y Roberto García, ambos accedieron a sus puestos en el año 2017 con un contrato que fue renovado por otros cinco años “en consenso” por el Consejo de Dirección del IVC en 2022. Fue hace algo más de un año que, por su parte, se nombró a Francesc Felipe como director adjunto de Audiovisuales y Cinematografía, con un contrato también de cinco años. Sus proyectos quedan paralizados, pues, a la espera de que lleguen los nuevos directores adjuntos, con los que se iniciará una nueva etapa en uno de los grandes organismos culturales de la Generalitat.
Sobre los objetivos que tiene la Conselleria de Cultura para el futuro del mismo, de momento hay pocas pistas. El propio programa electoral de Vox con el que el partido se presentó a las elecciones autonómicas no contaba con ninguna propuesta en materia cultural. En estos meses, más allá del anuncio de los ceses que ahora se ejecutan, se han revelado pocas claves al respecto, entre las que destaca la intención de aplicar una cultura “blanca”. Más allá de esto, también hay alguna concreción. En el ámbito de las artes escénicas, fue durante la presentación de la programación del Teatre Principal de València cuando el director general de Cultura, Sergio Arlandis, señaló algunos de sus objetivos, como el de ampliar la presencia del organismo en el ámbito nacional y potenciar la programación de teatro clásico español y valenciano.
Por lo que respecta al audiovisual, tal y como desveló este diario, Conselleria ha optado por no renovar la subvención a la Acadèmia Valenciana de l’Audiovisual (AVAV), que recibía 260.000 euros para el impulso de la oficina internacionalización y la organización de los Premis Berlanga. En este sentido, desde Cultura han optado por asumir internamente las tareas de internacionalización y desligarse de los Berlanga, que podrán continuar celebrándose, aunque desligados del IVC. Con respecto al sistema de premios impulsado en 2018, con tres galas diferenciadas que se celebraban cada otoño en València, Castelló y Alicante, el nuevo gobierno también ha optado por prescindir del resto de eventos. Así, tanto los premios de las artes escénicas como los premios Carles Santos de la Música desaparecerán, galas que se fusionarán en un solo evento cuyos detalles están todavía por desvelar.
En este sentido, también está pendiente de concretar, con la llegada de las nuevas caras, en qué medida eso afecta o no al proyecto del propio Abel Guarinos, director general del organismo y cuyo proyecto y contrato fue renovado recientemente, un liderazgo que de momento se mantiene aunque con un equipo distinto al que hasta ahora le acompañaba. Este nuevo equipo, estos tres directores generales, serán elegidos a través de un proceso de selección abierto con algunas diferencias con respecto al desarrollado en otras ocasiones. Tal y como informó este diario, se elimina la perspectiva de género como mérito a valorar y también se elimina la ponderación del proyecto y la entrevista personal, que en la convocatoria anterior era de un 60%-40%. En su lugar, la comisión de valoración revisará el currículum y el proyecto de cada candidatura, sin proponer una nota final ni puntuaciones objetivas.
La Conselleria anuncia los nominados de la nueva edición tras descartar la fusión de las tres galas de premios pero sin aclarar el futuro de Música y Audiovisuales