ALTEA. Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana (FGV) ha iniciado el proceso de expropiación de las 17 parcelas que se verán afectadas por la obra del nuevo viaducto sobre el río Algar. La gran mayoría de ellas son de titularidad pública, tanto del Ayuntamiento de Altea como del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. No obstante, FGV estima en un coste de 79.188,10 euros las expropiaciones por el valor de los terrenos privados y no dotacionales públicos, la mayoría de ellos improductivos o de regadío.
Fuentes de FGV explicaron a este diario que la intención es ir ganando tiempo para iniciar la obra cuanto antes. Así, el pasado mes de agosto se aprobó el proyecto básico. Ahora, han iniciado la expropiación mientras se redacta el proyecto definitivo. La previsión es que lo tengan a finales de año. Como consecuencia, si los plazos se cumplen, se estaría licitando en el primer trimestre de 2023, para adjudicarlo antes de verano y comenzar las obras en los siguientes meses y antes de terminar el año.
Unos plazos que se asemejan a los del Mascarat, aunque la actuación es algo más compleja porque se trata de sustituir el puente en uso por uno que soporte las condiciones actuales, tal y como recordaron desde FGV. Ambos son los dos proyectos pendientes de la entidad dentro de la línea 9.
Como publicara este diario, en su tramo Garganes-Cap Negret la intención pasa por hacer una nueva vía en paralelo a la actual. El presupuesto que maneja la adminsitración es de 4,9 millones de euros para su ejecución, en los que iría incluida la expropiación y el IVA. Además, contemplan un plazo de los trabajos de 14 meses para su finalización una vez comiencen.
Con ello, estarían solucionando el problema detectado en 2018 cuando comprobaron que el paso actual no puede hacer frente a la carga del nuevo tren dual (eléctrico-diésel) con el que FGV quiere avanzar hacia la electrificación de la línea. En los estudios, parte de sus elementos han visto agotada su capacidad resistente a fatiga. Hay que tener en cuenta que el viaducto sobre el río Algar se construyó entre los años 1913 y 1915, y conserva algunas características de la época: es de vía estrecha y sin electrificar. Se usaron materiales propios de la época y con la normativa de 1902.
Con todo, el viaducto original se mantendrá como bien de interés patrimonial, y se contempla darle un uso diferente, como por ejemplo convertirlo en una vía verde, de acuerdo con el programa de usos del catálogo de bienes municipal.
