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valientes digitales / OPINIÓN

Esperar no es una opción, parar es retroceder

28/03/2022 - 

La situación que vivimos desde hace ya 2 años se define por la incertidumbre en todos los aspectos de nuestra vida, también en el empresarial. Cuando no hemos acabado de superar una pandemia que, de rebote, ha provocado una crisis de suministros, hemos comenzado a sufrir una escalada en los precios de la energía y, para rematar, comienza una guerra a las puertas de casa que nos despierta los peores recuerdos de la guerra fría o de la IIGM y agudiza la escalada de precios de la energía, rompe la cadena de ciertos suministros básicos y cierra las puertas de un mercado que considerábamos tan importante y prometedor para la exportación como el ruso.

La incertidumbre tiene el efecto de paralizar, de hacernos quedar a la espera de alguna señal que nos ofrezca una certeza para retomar nuestra actividad con normalidad ¿Es esta una reacción adecuada? Evidentemente no.

En el corto plazo, es obvio que los altos precios para producir y distribuir y la ruptura de procesos exportadores que ha costado mucho levantar nos afectan y nos pueden hacer mucho daño si no hay una reacción.

Para que podamos superar los efectos hay dos vías paralelas que se deben emprender ya para que en el medio plazo consigamos sortear estos efectos: buscar mercados alternativos y progresar en la eficiencia empresarial basada en las nuevas tecnologías que nos hace más ágiles y adaptables ante los cambios.

Escucho mucho decir "no es momento para innovar" o "no es momento para aventuras", pero lo que nos dice la experiencia es que las empresas que se adaptan a cada situación y buscan nuevas vías para continuar con su negocio son las que triunfan.

Para buscar nuevos mercados de manera eficaz y con costes muy controlados, disponemos de herramientas como las plataformas B2B y las tiendas online, que nos permiten una rápida presencia en nuevos mercados. Su bajo coste y rapidez de implantación los convierten en las herramientas con menos riesgos para abrir o simplemente testar nuevos mercados gracias a sus resultados medibles.

Para progresar en la eficiencia empresarial debemos basarnos en los datos. Solo conociendo la eficiencia de cada área de trabajo y de cada proceso podremos mejorarlo. Un primer paso es implantar cuadros de mando y compartir esa información con los trabajadores, sin duda eso genera un cambio drástico en la forma de afrontar el día a día.

No hay dudas de que hay problemas que antes no teníamos (costes del transporte y los insumos, bajada en la facturación…), pero los problemas son para todos, por lo tanto no vale parar y quejarse, sino buscar nuevas vías y oportunidades.

He preguntado a todos nuestros clientes cual es la característica que podía ser más útil para su empresa en estos momentos y las respuestas más repetidas son la flexibilidad y la agilidad, es decir, es necesario ser elásticos y adaptarse con rapidez a cada nueva situación. Yo añado que, además, hay que hacerlo siempre con la intención de cambiar cosas que hasta ahora nos parecía que eran imposibles de cambiar. Se puede actuar sobre precios, procesos, puestos, personas, inversiones... con tal de adaptarnos a las nuevas situaciones.

Es tiempo para los valientes pero los valientes no son rígidos, inflexibles, duros y cabezotas, no lo son. Son honestos, flexibles y conscientes de cada situación para poder tomar decisiones adecuadas y justas para el conjunto de personas que influyen en su negocio, como los clientes, proveedores y trabajadores.

Porque una de las responsabilidades con la sociedad de las empresas es perdurar, ser sostenibles y la sostenibilidad tiene que ver con la flexibilidad.

Cualquier empresario con una mínima experiencia sabe que ha mantenido y hecho crecer su compañía gracias a haberse adaptado a situaciones difíciles. Si ahora las cosas se ponen peor para todos, la solución no es esconderse a esperar que pase el temporal, es salir afuera y tomar decisiones.

Solo hay un camino, seguir remando.

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