ALICANTE. Un central y un delantero, esas son las dos posiciones que se supone que aspira a reforzar el Elche en un mercado de invierno que cumple este martes su primer cuarto de duración.
Se esperaba con sumo interés el regreso de Christian Bragarnik a la ciudad para que el club franjiverde empezara a cobrar protagonismo en la ventana de enero, pero por el momento lo anterior no se ha traducido en ningún movimiento, más allá de la salida hace ya dos semanas de Danilo Ortiz que ante la falta de oportunidades optó por solicitar la carta de libertad.
José Rojo 'Pacheta' aseguraba el pasado sábado, tras el empate frente al Huesca, que era para él un problema el tener que terminar la Liga con la actual plantilla, al tiempo que abogaba, eso sí, por la continuidad de todos los futbolistas que tiene a sus órdenes. Es evidente que para la consecución del objetivo de la permanencia (que el Elche tiene ahora mismo a 18 puntos cuando restan 60 por disputarse) no parece necesario que el equipo tenga que reforzarse, pero cosa bien distinta es si se piensa en, llegado el caso, optar a algo más que la salvación (la competición es muy larga y las lesiones y sanciones terminan mermando el potencial de los equipos).
Ahora mismo el Elche tiene en la Liga de Fútbol Profesional (LFP) un saldo negativo de 700.000 euros. Es decir, después de las inyecciones de capital que permitieron al club apuntalar a ojos de la LFP su presupuesto para este curso y que esta le ampliase el límite de coste de plantilla deportiva hasta los 5.084.000 euros el agosto pasado, la entidad ahora necesita depositar otros 700.000 euros si desea ampliarlo para fichar o partir del citado límite el próximo verano.
Esto último implica que si quiere reforzarse con un futbolista que no llegue por el coste mínimo (de ingresar los citados 700.000 euros podría incorporar a un jugador pero del perfil económico de Danilo y precisamente porque este ha salido) hay de depositar una suma sensiblemente superior.
La otra alternativa a la realización de aportaciones económicas para seguir apuntalando el presupuesto y, de paso, mantener o incrementar el límite salarial, es traspasar a un futbolista de su plantilla: el Elche llegó a rechazar el pasado verano ofertas por Iván Sánchez por ser inferiores a los dos millones de euros, pero ahora podría aceptar una sensiblemente inferior si le sirve para cuadrar sus números ante la LFP e incorporar un jugador que refuerce la zaga o el ataque. Otra cosa es que lleguen ofertas por el extremo o que sean por sumas que interesen al Elche porque este finaliza contrato el 30 de junio, es decir, puede incorporarse el 1 de julio a la disciplina de otro club con la carta de libertad bajo el brazo, a coste cero.