ALICANTE. Pocas obras hay que hayan adquirido un carácter tan universal como el cuento El Cascanueces. Una historia que hace décadas que dejó de ser un relato infantil para trascender al ámbito de la música, la danza, la literatura y el arte en todas sus formas. Más de dos siglos han pasado desde que el escritor alemán Amadeus Hoffmann publicara El cascanueces y el rey de los ratones. Un cuento que narra las aventuras de una niña que recibe sus regalos de Navidad y acaba viajando a un mundo de fantasía. Sin saberlo, había dado forma a un texto que se traduciría y adaptaría innumerables veces, pasando por las manos del escritor francés Alejandro Dumas y convirtiéndose posteriormente en un célebre ballet con la música del compositor ruso Piotr Ilich Chaikovski.
Hermenegildo Giner de los Ríos fue el responsable de la primera traducción al español a finales del siglo XIX. Una de las últimas ediciones en español es el cuento infantil que publica en 2018 la ilustradora argentina Valeria Docampo, quien narra El Cascanueces a partir de sus propios dibujos, basándose en la producción del Ballet de la Ciudad de Nueva York. Ahora, a través de esa obra ilustrada Espacio Séneca se introduce de lleno en el mágico mundo de este cuento navideño, con un trabajo colaborativo, coordinado por Miquel Hernandis, que cuenta con la participación de la Banda Sinfónica Municipal de Alicante.
"La exposición ha sido concebida y producida de manera específica para nuestra ciudad y desde la concejalía se ha querido prestar atención a la diversidad de públicos que la visitarán, por lo que se han realizado tres líneas textuales y temáticas en función de las edades: un texto más escueto y redactado en clave infantil, para disfrute de los más pequeños”, explicaba Nayma Beldjilali, edil de Cultura, durante una presentación para el público escolar celebrada este viernes, 1 de diciembre. Bajo el lema Sabias que, una segunda propuesta recorre la muestra para niños algo más mayores contando otros contenidos divulgativos. Además, otro texto acerca al conocimiento de la producción literaria, musical y creativa, permitiendo al público general acercarse a este interesante tránsito de El Cascanueces, de una disciplina artística a otra, a lo largo de más de 250 años.
Sin embargo, esta exposición se contempla, pero también se vive y se siente a través de la música y la narración oral. Y es que, durante la visita, se podrán reproducir fragmentos del cuento, a través de un código QR, con relatos narrados por comunicadores y actores, todo ello acompañado de música del famoso ballet de Chaikovski en versión adaptada para este especial proyecto por la Banda Sinfónica Municipal de Alicante. "Antes del estreno del ballet, Chaikovsky seleccionó ocho números formando la Suite El Cascanueces Op. 71a, concebida para tocar en concierto. En el audio que acompaña esta exposición escucharemos la instrumentación realizada para banda sinfónica por José Schyns, grabada en la sede de la banda", explicaba Pedro Navarrete, subdirector de esta formación musical.
La traducción de Alejandro Dumas fue la base para que El Cascanueces se convirtiese en ballet en Rusia. Un libreto en dos actos que fue escrito por los coreógrafos Iván Vsévolozhsky y Marius Petipa, con música del célebre Chaikovski. Fue otro punto de inflexión, ya que esta adaptación no solo impulsó su difusión, sino que supuso también cambios en la trama y en los personajes. El Teatro Mariinski de San Petersburgo acogió la primera representación del ballet, el 18 de diciembre de 1892. No fue un éxito a la primera, sino que tardó en hacerse popular, pero unas décadas después logró capturar la atención de los creadores del momento y ahora es un clásico imprescindible que se repite cada año.
En 1940, casi cinco décadas después de estrenarse el ballet, el cineasta estadounidense Walt Disney lo convirtió en la banda sonora de su película Fantasía, adquiriendo de esta manera una enorme popularidad. De nuevo, un paso más en la consolidación de este fenómeno de la cultura universal que se cuela ahora en Espacio Séneca gracias a creadores locales que se han involucrados en este proyecto. Y es que la muestra cuenta con la lectura dramatizada a cargo de algunos de los profesionales de la comunicación más conocidos de la ciudad. El elenco lo conforma Luz Sigüenza, de Onda Cero; Carlos Arcaya, de Cadena SER; Denis Rodríguez, de Cadena COPE, y Cristina Martínez, directora del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert. A ellos se suman Eloísa Azorín, de la compañía Ferroviaria, y Vanessa Reyes, con amplia experiencia en la locución y trabajos en el Instituto Cervantes. Una lectura será descargable a través de la página web del Ayuntamiento y en la propia sala, a través de un código QR.
"La ‘magia’ de este cascanueces es la colaboración”, afirmaba el coordinador de la muestra, Miquel Hernandis. “Contar con las voces de la radio y los periodistas que cada día cuentan la actualidad de Alicante es magia, igual que hacerlo con actrices que se salen de su registro habitual, y a eso hay que añadir que la banda de música recupera su versión de la música”, describía el coordinador.” Y la magia es que, siendo un cuento del siglo XIX que escribió un autor alemán como Hoffman, sea ahora tan universal y más popular que nunca gracias al ballet. Gente de diferentes países lo ha ido enriqueciendo y adaptando a los tiempos actuales para que siga estando más vivo que nunca”, destacaba.
Cada año, el Ballet de la Ciudad de Nueva York interpreta su versión del montaje televisivo de George Balanchine de los años cincuenta. Una demostración del amor por las tradiciones y la elegancia que se ha mantenido desde 1954 en el Lincoln Center y, desde 1964, en el Teatro del Estado de Nueva York, ahora Teatro David H. Koch. El cuento de Hoffmann es innovador e inusual, adelantado a su tiempo en su abandono del didactismo y la instrucción moral. Es por eso que se dudó sobre el público al que iba dirigido. No es infantil, sino para todos los públicos. “Es para niños pequeños y grandes. Es decir, para niños y para adultos que son niños de corazón. Porque, si un adulto es una buena persona, en su corazón sigue siendo un niño. En cada persona, lo mejor, lo más importante, es lo que le queda de su niñez”, llegó a afirmar Balanchine.