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el sur del sur / OPINIÓN

¿Es el momento de un Alibabá turístico?

17/05/2020 - 

Como mero observador de la actualidad de lo que ha ocurrido esta semana, todo hace indicar que el turismo va a tener una oportunidad este verano. Se la va a dar la Unión Europea, con el plan de desescalada y los protocolos ideados para julio y agosto, cuando ya existan los denominados corredores turísticos que permitan la llegada visitantes de determinados países, no de todos. Ha sido una medida cuando menos sorprendente, pues la mayoría de las empresas del sector, al menos las de la Comunitat Valenciana, ya daba por hecho que iba a ser un verano de turista de proximidad, doméstico y posiblemente alojado en viviendas unifamiliares y/o apartamentos, huyendo de las estrictas medidas que pueda haber en los hoteles o en sus áreas de influencia, como las playas.

Pero esto ha cambiado, y ahora tenemos un nuevo panorama. Hasta el 15 de junio, si la evolución de la pandemia es positiva, se pueden generar la habilitación de esos corredores turísticos entre diferentes países de la Unión Europea. Este nuevo marco, como hemos dicho, no va a permitir recuperar las cifras de otros ejercicios, pero si puede maquillar la catástrofe de la hibernación turística provocada por la declaración del Estado de Alarma en España y la restricción de la movilidad en toda Europa. Sin embargo, este nuevo status turístico que se está generando, impulsado desde la UE por el comisario  Thierry Breton y animado por determinados players alemanes, como el touroperador TUI y algunas aerolíneas, puede generar importantes cambios en el turismo de la Comunitat Valenciana.

1) No sabemos nada de Reino Unido

Sabemos de los británicos por la predilección por Benidorm y otros puntos de la Costa Blanca, como el litoral de la Vega Baja, y de la dependencia de esas mismas zonas por el turismo británico, pero a día de hoy no sabemos nada de cuándo permitirá el Gobierno británico la apertura de sus fronteras y la posibilidad de habilitar un corredor turístico entre los dos gobiernos.  Aunque la competencia de las fronteras es una cuestión soberana de cada país, es la UE la que está trabajando por habilitar esos pasillos turístico, con garantías sanitarias y que generen confianza a las dos partes. En este debate no se ve al gabinete de Boris Johnson, que además va más retrasado en la vuelta a la nueva normalidad, más allá de la cuestión del Brexit, todavía por resolver. Por lo tanto, si hay una apertura al turismo europeo, la cuota británica está, a día de hoy, muy en el aire.

2) El protagonista es ahora Alemania

Aunque la apertura de corredores turísticos va a generar igualdad de condiciones entre los países que participen, si hay un Gobierno que está moviendo el debate y está empujando para que el turismo regrese a la nueva normalidad ese es el alemán. Su touroperador TUI y aerolíneas como el grupo Lufthansa son los que están moviendo el árbol del turismo con la necesidad abrir dos mercados muy concretos de España, como el de las Islas Canarias y Baleares. Posiblemente, sea una oportunidad para la Comunitat Valenciana, donde los alemanes ya cuentan con muchas segundas residencias, aunque sin llegar a los números de los dos dos archipiélagos. Da la sensación de que los acuerdos que alcance Alemania con otros países (Bulgaria, Malta, Italia, Grecia, Chipre, Croacia, Eslovenia y Portugal) son los que se va a replicar más tarde con Francia, Italia, España, Portugal o Grecia.

3) Tenemos buenas conexiones, pero ¿tenemos touroperadores con los nuevos players?

La Comunitat Valenciana, con sus dos aeropuertos, cuenta con muy buenas conexiones con la mayoría de las capitales europeas. Eso nos dará en ventaja en el momento en el que se abran los nuevos pasillos de pasajeros. La incógnita sigue siendo Gran Bretaña, que es el principal mercado de turistas que aportan los touroperadores. ¿Estamos preparados para pescar más turistas en otros mercados emisores? Esa es la tarea e incógnita del sector, que como toda empresa privada sabrá moverse con agilidad para el cambio de tercio. La pregunta entonces es ¿tendremos influencia o tiempo suficiente para competir en plataformas como TUI con itinerarios muy definidos ya, y con más predilección por destinos como Malta, Italia, Grecia, Chipre, Croacia, Turquía y Eslovenia.  

4) ¿No sería el momento de crear, influir o estar dentro un Alibabá turístico más disruptivo?

Ante este nuevo contexto, totalmente condicionado por la pandemia, la cuestión a resolver es saber si estamos en las plataformas adecuadas para vender el producto ante los nuevos players circunstanciales del turismo, y con el handicap de una Gran Bretaña sin un panorama despejado en el horizonte. Lo decía este sábado el primer ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, en una entrevista en El Confidencial, vienen nuevos tiempos de comercialización para turismo: "Se reforzará la digitalización que te permitirá segmentar y propiciar una estrategia comercial y de demanda mucho más eficiente, además de optimizar tus procesos de coste, pero necesitas una economía de escala. Habrá un proceso de mayor concentración o de mayor unidad de gestión.una economía de escala. Habrá un proceso de mayor concentración o de mayor unidad de gestión". 

Está claro que la Comunitat Valenciana tiene el producto, un excelente producto, con servicios de calidad, bien conectado, seguro y con una eficiente red sanitaria. Posiblemente, los hoteles, o la mayoría de las cadenas, ya trabajen con los principales operadores británicos. Pero, ¿y el resto? ¿estamos en los planes de TUI, por ejemplo? Está claro que no disponemos de un operador propio del tamaño como el del alemán, que controle todo el proceso del paquete: desde la comercialización, el transporte y el hotel. No sabemos qué influencia tenemos en los nuevos agentes: hubo un momento que la antigua Caja de Ahorros del Mediterráneo llegó a tener un 5% de su accionariado, pero las necesidades de liquidez -no se si antes o después de la intervención- obligaron a vender esas participaciones. Crearlo en estos momentos sería impensable: ni tenemos entidades financieras que nos los financien ni empresarios con la visión de querer abordar todo el proceso de manera convencional. El riesgo, por tanto, sería elevadísimo. Ahora bien, no hay que menospreciar el ecosistema emprendedor y la tecnología, y las soluciones que puedan aportar (o que ya aporta).

Y en este nuevo mundo disruptivo posiblemente sea el momento de que la colaboración público-privada se plantee participar en una plataforma en la que posicionar mejor la Comunitat Valenciana ante el cliente o incluso participar en el proceso de trazabilidad del turista para ganar influencia en su decisión. No hay que olvidar que estamos en la parte final de la cadena (el destino) y a lo mejor es el momento de centrar los esfuerzos en condicionar la comercialización o influir en ella por medios propios, y no dejarlo en manos de terceros. Se trataría de un proceso de relocalización de la venta del producto.

Y eso pasa no sólo por colocar el destino, sino en darle más opciones al destinatario final, cómo por ejemplo elegir qué hotel o habitación quiere; un determinado tipo de comida, o a qué hora quiere desayunar con los nuevos turnos que se establecerán. ¿Tenemos esa unidad de gestión que nos permita vender en origen, con más posibilidades ante nuevos competidores, y que nos aporte escalabilidad; estamos dispuestos a incluir el producto dentro de esa herramienta, esa especie de Alibabá turístico que va a generar el nuevo status postCovid como un producto abierto y maleable? Las tendencias, como apunta Zoreda, van por ahí. Y en eso, por ejemplo, lleva trabajando desde muchos meses TUI, aprovechando los nichos de mercado que dejó en su día la caída de Thomas Cook. El problema es que no tenemos un TUI, y a lo mejor ahora sería más interesante tener esa plataforma propia para tal fin, en vez de tener que implorar por más promoción, o más ayuda, o berrear ante Papa Ximo cada vez que un político/a cuestiona los renglones torcidos del sistema, o nos cierran un aeropuerto cuando es preferible que no lo hagan. 

Creo que este nuevo escenario va a generar nuevos oportunidades. La incógnita es saber qué sacrificios que están dispuestos a hacer los hoteleros para adaptarse a él, ganar iniciativa en estos momentos, como Alemania, y no depender tanto de las incertidumbre del momento. Es una idea.

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