ORIHUELA. Mari Carmen recuerda las palabras de su madre. Éstas describen una ubicación. Ayer las repetía sobre ese lugar, 81 años y una semana después de que franquistas fusilaran a su abuelo tras la tapia del cementerio de Orihuela. Hace una semana comenzaron los trabajos de localización y exhumación de dos fosas comunes. En ellas están enterradas 17 personas fusiladas por franquistas meses después de que finalizara la guerra.
La primera excavación, de una superficie de algo más de dos metros cuadrados no ha alcanzado el objetivo deseado. A los 40 centímetros, los arqueólogos se han topado con roca. El cementerio está ubicado en las faldas de la sierra de Orihuela. Estos primeros trabajos se han realizado en el mismo lugar que Mari Carmen relaciona con las palabras de su madre. Está tras el muro que cercaba el cementerio y ahora en una pequeño explanada que ha quedado tras la ampliación. En ese límite, junto a lo que fue la tapia, el Ateneo Sociocultural Vientos del Pueblo de Orihuela homenajea desde 2008 a los 17 fusilados. Una placa con los nombres de cada uno instalada por esta asociación los recuerda de forma perenne.
Al abuelo de Mari Carmen lo fusilaron el 17 de noviembre de 1939, cuando tenía 33 años. Era jornalero y vivía en la pedanía oriolana de San Bartolomé. Ese día, lo fusilaron junto a otras 14 personas de Orihuela, Benferri, Jacarilla y Redován, Almoradí, Catral y Torrevieja. A Francisco, su abuelo, le denunció un vecino y su delito fue ser socialista. Unos días antes, el 24 de octubre ejecutaron a tres personas. Uno de ellos era Pedro, con 48 años. Su nieta también estuvo ayer en ese mismo punto donde las investigaciones fijan el lugar de los fusilamientos. "Solo queremos darle el gusto a mi madre de que encuentren a su padre" señala Rosario -la nieta- con dificultad para concluir la frase, apoderada por la emoción. Recuerda, ya con aliento, que a su abuelo le acusaron de forma falsa de hacer daño a otra persona. Añade que le concedieron el indulto pero nunca llegó a tiempo. Ya lo habían fusilado.
Mari Carmen, Rosario y más familiares presentes ayer coinciden en el hilo de esperanza, ilusión y expectativas que les genera estos trabajos aunque enfatizan que "todo esto se tendría que haber hecho hace mucho tiempo".
La consellera de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática, Rosa Pérez Garijo, y el director general de Calidad Democrática, Iñaki Pérez Rico, visitaron este martes el cementerio para conocer el avance de los trabajos. La empresa que está desempeñando estas labores es Drakkar Consultora con un presupuesto de 23.776 euros. La Conselleria adjudicó estas obras con el objetivo de indagar, investigar, localizar, delimitar, exhumar y llevar cabo un estudio antropológico de represaliados por la dictadura franquista en Orihuela. Esta inversión forma parte de un lote de cuatro contratos adjudicados por la Conselleria con una dotación de 74.653 euros para localizar los restos en fosas situadas en Castelló, Segorbe y Alicante.
Ginés Saura, uno de los responsables del Ateneo Vientos del Pueblo aboga por ir más allá de la propia exhumación. Además de recuperar los restos, añade que se tendría que llevar a cabo una investigación para al menos desvelar quien fue el responsable de los fusilamientos.
Pérez Garijo señalaba en su vista a los trabajos "que esta exhumación se va cumpliendo con la hoja de ruta marcada desde el inicio de la legislatura de ir exhumando todos los restos de víctimas de la represión franquista que existen en nuestro territorio". Añadía que se llevarán a cabo todas las excavaciones que sean necesarias hasta encontrar los cuerpos.
En los próximos días los arqueológos iniciarán los trabajos a un lado de la excavación ya realizada. Siguen la línea tras lo que fue el muro que cercaba el cementerio, y donde estaba ubicada lo que según los testimonios orales y fotografías áreas era la puerta trasera del cementerio, junto a la sierra. Como recuerda Mari Carmen las palabras de su madre: "en la entrada, a la izquierda, frente al muro".