el sur del sur / OPINIÓN

El sueño de la escuela de negocios

11/02/2024 - 

Este viernes se han conocido los detalles de un viejo anhelo de los empresarios de Alicante: contar con una escuela de negocios, de calidad y prestigio, que dote a las empresas de cuadros directivos con conocimientos y experiencia suficiente para afrontar los retos del futuro: digitalización, internacionalización y adaptación al nuevo contexto que está dejando el cambio climático. 

El proyecto de Campus Cámara CEU es el fruto de los intentos anteriores: primero por resucitar a Fundesem, ese mismo proyecto que crearon los propios empresarios de Alicante, pero que a la primera crisis económica fuerte dejaron caer; después, ante la dificultad de hacerlo con Campus Cámara Schoolentonces con los que fueron los padres de la malograda Fundesem, Paco Cabrera y José Santacruz

Por el camino quedaron otras vías: ya saben que partes de las opciones de ese proyecto fue truncado en parte con la oferta de la Escuela Europea, que finalmente pagó la deuda de Fundesem y se instaló en sus instalaciones. El Ivace, propietario del edificio, y principal acreedor de Fundesem, no tuvo otra alternativa legal que tomar la oferta y saldar la deuda. Y después estuvo la vía hispalense, en la que la Cámara de Comercio de Sevilla entró como accionista en una escuela de negocios y desde allí ha implementado su oferta de MBA y cursos de alta dirección.

El resultado de todo ello es lo que se ha presentado el este viernes y que se ubicará en el centro de negocios de Panoramis del Puerto de Alicante, el Campus Cámara CEU. Entre medias, quedan los consejos de María Losana Montes, responsable de Innovación y Emprendimiento del CEU, en alguna de sus charlas en el colegio de Alicante, que acabaron por convencer sobre todo al presidente de la entidad cameral, Carlos Baño, y, posteriormente, el encaje entre ambas instituciones, la Cámara de Comercio y el propio CEU.

En este punto se podría discutir por qué la Cámara no ha optado por una alianza con la Universidad de Alicante o la Miguel Hernández de Elche para ese objetivo de dotar a los empresarios de formación, como ya hacen a través de los másters -ahí está el reputado Club de las Buenas Decisiones de la UA y su oferta- o cómo será la rendición de cuentas en caso de que haya participación pública en el proyecto (la propia Cámara es una corporación de derecho público). Creo que eso lo veremos con el tiempo y quién tenga fiscalizar, pues fiscalice, si es el caso. 

Aquí la cuestión es ver la sostenibilidad del proyecto y sus resultados en las empresas que se beneficien de ello (previo pago, por supuesto). La sostenibilidad porque venimos de un proyecto fallido -Fundesem- y porque entonces, como ha sucedido con la CAM o con Coepa en su día, cuando vinieron mal dadas con una crisis como la de 2008, los empresarios desaparecieron y dejaron caer la entonces escuela de negocios hasta convertir a Fundesem en un muerto viviente.

Respecto a los resultados, el objetivo de Campus Cámara CEU no sólo debe ser aportar mano de obra de cualificada a las empresas -a través de la FP Dual y otras iniciativas- o formar a los propios directivos, que también, sino lograr conseguir a una generación, como los jóvenes de hoy, que necesitan, además de formación, una motivación especial para seguir al frente de las empresas de sus padres y madres; mantenerlas y transformarlas. La gran amenaza es que desistan, que vendan u opten por negocios de beneficios rápidos y fáciles.

Comentó el día de la presentación José Amiguet, del CEU, la anecdóta de lo que pidió a sus padres cuando fueron a Roma de viaje: unos zapatos italianos. Al abrir la caja, el joven descubrió que los zapatos estaban fabricados en Elche. Por tanto, a su juicio, aquí se fabrica y se produce bien,  pero el reto del futuro debe ser saber vender mejor, como los italianos.  Yo diría que aquí, en la Comunitat Valenciana, en general, vendemos bien. El problema es que no lo contamos bien. Pero ese es otro cantar.

Es verdad que esta escuela de negocio nace con un socio sólido, como es el CEU, pero la gran incógnita es su democratización: si esto es un coto cerrado para los socios de la Cámara, y por tanto, bolsillos privilegiados, o aquí puede acceder quién quiera. Insiste mucho Carlos Baño en que habrá política de becas -también lo reiteró el rector del CEU-. El tiempo lo dirá. Campus Cámara CEU será un éxito si sirve a las empresas asociadas a la Cámara, por su puesto, pero también a la sociedad en general. Esa es la prueba de fuego de los empresarios de Alicante y su gran sueño, la escuela de negocios. Fundesem fue democrática y accesible, pero con pies de barro. Campus Cámara Club nace, de momento, con bases sólidas siempre que los empresarios estén a su lado y hagan de ello un instrumento accesible. Si desertan, como hiceron con Fundesem, será un mal negocio.

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