El 'hipódromo' del PP en Orihuela: Paco Sáez, José Vegara, Víctor Valverde o una 'mirla blanca'

ORIHUELA. Hay varias plazas en la que el Partido Popular debe afinar mucho con la elección de su candidato/a a la Alcaldía si quiere recuperar posiciones. Alcoy, Elda, Dénia, San Vicente del Raspeig...y Orihuela. Máxime después de haber sido desalojados del poder en la moción de censura del pasado mes de marzo. Además, si se cumplen los plazos dados en su día por el presidente del PPCV, Carlos Mazón, esos candidatos deberían estar nombrados antes del 9 de octubre. En el caso de Orihuela, hay tres nombres en liza: el ex concejal Francisco Sáez, el presidente de la Junta Central de Moros y Cristianos, José Vegara, y el actual concejal y presidente de la actual gestora del PP, Víctor Valverde. O el candidato sale de esa terna, o de un mirlo o mirla blanca que los populares encuentren o tengan en mente, pero que de momento es una tapado/a.

Quizás la primera opción de la cúpula del PP ha sido la de Sáez, incluso cuando Emilio Bascuñana era alcalde y los populares también tenían claro que debía haber un relevo, sobre todo, con el fin de apaciguar los ánimos y hacer, en ese caso, la relación con Ciudadanos más amable, con vistas a una posible reedición del acuerdo de gobernabilidad. 

Pero ese escenario ha ido cambiando con el avance del tiempo. Con el voto de censura que desbancó a Bascuñana, y la rotura con Cs, han aparecido otros actores: primero, Víctor Valverde como presidente de la gestora y a quien se le ha encomendado el control de la agrupación popular, muy dividida en los últimos años, como han demostrado la elección de los presidentes locales. A Valverde se le reconoce buena conexión con el partido y además, un buen tacto con todas las sensibilidades y familias de los populares oriolanos, que son unas cuántas.

Sin embargo, también el voto de censura de marzo supuso un punto de inflexión en esta concepción que el PP del caso Orihuela. Con Valverde se buscaba la paz interna en el partido para llevar a Sáez en volandas a la candidatura, pero con Bascuñana todavía de alcalde. El cambio en la Alcaldía ha devuelto otros nombres, algunos de ellos, clásicos, como el de José Vegara, que siempre suena cuando hay turbulencias en el PP oriolano. Quizás sea el nombre que más sonado en los últimos meses. Como ocurriera en 2018, cuando el sector de Eva Ortiz y Dámaso Aparicio declaró la guerra pública a Emilio Bascuñana, el nombre de Vegara ya salió a la palestra. Vegara es un perfil muy popular en Orihuela. El presidente de la Asociación de Moros y Cristianos, desde noviembre de 2016 -el año pasado renovó el mandato-, y también empresario, es un referente en la fiesta y en la cultura. Ha dirigido en varias ocasiones la revista de fiestas y ha publicado diversos poemarios, al tiempo que ha sido crítico literario de publicaciones de ámbito local. También ha sido profesor de teatro para escolares. Es decir, su grado de conocimiento es muy alto, no viene contaminado de las luchas internas y por tanto, tiene una hoja de servicios, a priori, sin borrones.

Ahora bien, también hay circunstancias que podrían desvanecer la opción de Vegara: la sobreexposición de su nombre podría estar condicionada a sacar de la chistera a un mirlo blanco o la mirla blanca, es decir, un tapado, como elemento de sorpresa.

El PP también debe calibrar si apuesta por un candidato de pedanías o del centro de la ciudad. La elección tiene su razón por el peso que las pedanías tienen en el electorado del PP. Por el momento, los rivales proceden de pedanías, como la actual alcaldesa, Carolina Gracia; el líder de Cs, José Aix, y la más que probable candidatura del general Manuel Maestre por Vox.

Y por último, está el run-run de una hipotética vuelta de la ex alcaldesa, Mónica Lorente, que también circula por los mentideros políticos después de su irrupción en la inauguración de la nueva sede del PP de Orihuela, el pasado mes de junio. Lorente todavía tiene la causa pendiente de la causa de Brugal referida al plan zonal de la Vega Baja, que está a la espera de sentencia. Su vuelta dependería de su absolución, su voluntad y de que el actual presidente del PP le convenza de ello.