VALÈNCIA (EP). El Gobierno ha recortado su previsión de crecimiento de la economía española al 4,3% para este año, 2,7 puntos porcentuales menos que en sus anteriores estimaciones (7%), en un contexto de elevada incertidumbre por el impacto de la guerra en Ucrania y la escalada de precios. De cara a los próximos años, el Ejecutivo prevé un crecimiento del 3,5% en 2023; del 2,4% en 2024 y del 1,8% en 2025.
Así lo ha avanzado la vicepresidenta primera y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, en una rueda conjunta con la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, antes de que el Ejecutivo remita a Bruselas antes de este sábado el Programa de Estabilidad 2022-2025 con el nuevo escenario fiscal y la actualización del cuadro macroeconómico.
Estas nuevas previsiones del Ejecutivo están alineadas con las estimaciones realizadas por el conjunto de organismos nacionales e internacionales, que en las últimas semanas han rebajado sus proyecciones de crecimiento para España este año al entorno de entre el 4,3% (AIReF) y el 4,8% (FMI).
De acuerdo con el avance de datos de Contabilidad Nacional publicado este viernes por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la economía española prácticamente se habría estancado en el primer trimestre, con un crecimiento del 0,3% frente al 2,2% del trimestre anterior, lastrada por la caída del consumo de los hogares ante un alza desbocada de precios en el arranque del año.
Con todo, Calviño ha asegurado que el crecimiento de la economía española sigue siendo "fuerte y sostenido", con el empleo y la inversión como principales motores de la recuperación, pese al impacto sufrido por la guerra, la pandemia y el parón en el transporte.
El Consejo General de Economistas mantiene su previsión de crecimiento para el año 2022 entre el 3,7 % y el 3,9 %, mientras que la tasa de variación anual del IPC podría situarse a final de año en el entorno del 5 % o 5,5 %.
En un comunicado, justifican esa cifra de crecimiento en el ligero crecimiento del PIB en el primer trimestre, la leve moderación del IPC, el aumento de la inflación subyacente en un punto, la incertidumbre por la guerra de Ucrania y los riesgos aún existentes de nuevos brotes por la covid-19.
No obstante, añaden que "las expectativas respecto al trimestre actual están mejorando" y además "hay un cierto optimismo debido fundamentalmente al buen comportamiento del turismo en la pasada Semana Santa", que ya se encuentra "en tasas similares a 2019".
A su juicio, si las expectativas de turismo para el verano se mantienen, se podría volver a la situación anterior a la pandemia, algo muy positivo para el PIB por el peso que tiene el sector turístico.