VALÈNCIA. "Mientras la Comunitat Valenciana no esté en la media de gasto de las comunidades autónomas, nosotros incorporaremos las partidas necesarias para que sea así". Así explicaba este lunes el president Ximo Puig el motivo por el que el Presupuesto de la Generalitat para 2022 incorpora dos partidas ficticias -bautizadas como "reivindicativas"- que suman 2.336 millones de euros de supuestas transferencias del Estado que el Gobierno no contempla ni ha incluido en los Presupuestos Generales del Estado, a las que hay que añadir otros ingresos de dudoso cobro como los 637 millones que supuestamente debe el Estado por la atención sanitaria a desplazados desde 2012.
Un argumento, el de que la Comunitat Valenciana tiene que estar en la media del gasto de las CCAA, que ha sido esgrimido por el conseller de Hacienda, Vicent Soler, por la vicepresidenta Mónica Oltra y por todos aquellos miembros del Consell y políticos del Botànic a los que se ha preguntado por tan heterodoxa manera de elaborar unos presupuestos. Pero, ¿cuál es esa media a la que aspira el Consell? Y, sobre todo, ¿a qué distancia estamos los valencianos de esa media?
Valencia Plaza ha calculado esa cifra de acuerdo con los presupuestos y las liquidaciones de los últimos ejercicios de todas las CCAA, según datos del Ministerio de Hacienda. Los presupuestos autonómicos tienen un menor valor de referencia porque los presupuestos se modifican a lo largo del año y nunca se ejecutan al cien por cien. No obstante, y dado que estos días se está hablando de los presupuestos de 2022, cabe reseñar que la brecha entre la Comunitat Valenciana y la media de las CCAA se ha ido reduciendo en los últimos años.
En los presupuestos del actual ejercicio, 2021, el gasto no financiero per cápita previsto por la Generalitat era de 3.842 euros, frente a una media de 3.930 euros. La diferencia, multiplicada por la población valenciana, supone que el Consell debería haber presupuestado 444 millones más de gasto para alcanzar esa media. En el presupuesto de 2020 la diferencia era casi el doble, 843 millones, pero tampoco llegaba a los 1.000. De esta forma, la nueva partida de 1.000 millones de ingresos ideada por el Consell -denominada "Fondo de transición hacia la nueva normalidad"-, con su correspondiente gasto, cubriría con creces la diferencia y situaría a la Comunitat Valenciana por encima de la media.
No obstante, al Gobierno de Puig le han salido imitadores en lo del Fondo de transición , Andalucía y Castilla y León, que se sepa de momento, por lo que, si cunde el ejemplo, la Generalitat puede encontrarse de nuevo por debajo del gasto medio sobre el papel, es decir, en los presupuestos.
Otra cosa es el gasto real, el que se refleja en las liquidaciones de los presupuestos, que no depende solo de la previsión de gasto sino también de la diligencia en la ejecución. Según los datos del Ministerio de Hacienda hasta 2020, desde que la izquierda llegó al poder en la Generalitat se había ido reduciendo la brecha con la media nacional. Si en 2016 el gasto por habitante en la Comunitat Valenciana representaba un 88,8% respecto a la media, esta diferencia se había ido acortando hasta el 95,5% en 2019. Sin embargo, el año de la pandemia, atípico y que no puede servir de referencia, ese porcentaje volvió a caer hasta el 93,3%.
No obstante, la Comunitat Valenciana no es la menos gastadora en términos de euros por habitante. Otras tres Comunidades Autónomas se situán por debajo, todas ellas gobernadas por el PP, que hace de la contención del gasto una de sus banderas. Son, según los datos de 2020, Región de Murcia, Andalucía y Madrid, que ocupa el último lugar a pesar de que fue una de las más azotadas por la pandemia el año pasado y está en la media de recursos recibidos en el sistema de financiación autonómica. Andalucía y Región de Murcia sí están infrafinanciadas, especialmente la segunda, que comparte con la Comunitat Valenciana el farolillo rojo del modelo de financiación.
En la parte alta está Navarra, con casi el doble de gasto por habitante que Madrid, y País Vasco, ambas favorecidas por régimen foral del que disfrutan. A continuación se sitúan las CCAA mejor financiadas con una correlación entre financiación recibida del Estado y gasto bastante ajustada, aunque con variaciones debido a los ingresos de tributos autonómicos, la eficacia en el gasto y el déficit a final de año.
Según estas cifras de 2020, para estar en la media de gasto por habitante el Gobierno valenciano debería haber gastado 1.288 millones de euros más. Este año Puig propone gastárselos, lleguen o no lleguen los fondos imaginarios.