VALÈNCIA. Los festivales de música se han quedado atrás en la desescalada y desde el pasado mes de junio no han cambiado prácticamente sus condiciones para celebrarse. Las restricciones, que ahora mismo no permiten ni el baile, ni aforos de más de 5.000 personas, ni por supuesto quitarse la mascarilla, se han mantenido intactas mientras sectores como el público de los estadios deportivos han notado una relajación notable en las últimas semanas. El sector redobló las presiones sobre Sanitat la semana pasada, cuando solicitó una reunión con Ana Barceló para reactivar aquella mesa prometida antes de verano que estaba destinada a revisar los aforos cada 15 días y que nunca llegó a funcionar. Están en serio peligro los macrofestivales programados para este otoño como el Festival de Les Arts y Love To Rock en València o SanSan en Benicàssim.
Sin embargo, parece que todo puede cambiar en los próximos días. En los últimos días, Sanitat ha intensificado sus reuniones con el sector para intentar diseñar un decreto que, a corto plazo, resolvería ya parcialmente algunas de esas medidas de relajación. Un decreto que se espera que se apruebe en la interdepartamental del próximo sábado y sea vigente desde el próximo lunes 27 de septiembre. En todo caso, fuentes del sector urgen a que incluso se pudiera aprobar antes para que hubiera una primera prueba de la capacidad de implementar estas medidas en el Montgorrock de Xàbia.
El festival, que se celebrará el próximo 24 y 25 de septiembre, será con el público sentado y estará distribuido en dos grandes áreas. Una zona de sillas que se encuentran delante del escenario y se ocuparán por orden de llegada y una amplia zona de mesas con sillas situada más atrás. En la zona de sillas solo se podrá consumir bebidas tanto de las barras como del servicio del "mochilaman", además habrá personal limpiando las sillas continuamente. En el área de mesas con sillas o espacio gastronómico se podrá beber y comer, con un máximo de ocho personas por mesa, con la libertad de poder ir a las barras y foodtrucks. Los asistentes se pueden mover libremente por todo el festival y aunque el festival es al aire libre, la mascarilla será obligatoria en todo el recinto, ya que no se puede asegurar la distancia de seguridad.
Estas son las condiciones previstas, aunque la idea inicial era que se empiece a aplicar el formato que desde las promotoras empiezan a pedir: “El formato de los festivales no es sentados, sino de pie y con la posibilidad de bailar. Lo que se han hecho hasta ahora son ciclos para intentar salvar las cuentas que no han supuesto ningún tipo de recuperación. Necesitamos volver a cierta normalidad”. Estas son las palabras de Sergi Almiñana, presidente de MusicaPROCV y uno de los interlocutores con el departamento de Ana Barceló, que finalmente no se ha reunido con ellos.
La apuesta del sector de la música pasa por relajar las medidas en dos direcciones: aumentar el aforo, incluso dejándolo sin límite, y levantar al público. “Entendemos que tiene que ser progresivo, pero llevamos desde junio sin saber nada mientras los centros comerciales o los estadios de fútbol se llenan. Nosotros aún no tenemos ni siquiera con un plan de desescalada”, afirma Almiñana.
Previsiblemente, todo cambiará el próximo lunes, cuando se podría aumentar el aforo de manera considerable y levantar, si no a todo, a parte del público. El objetivo sería hacer un paso intermedio para completar la desescalada en esa fecha simbólica que ha puesto el Consell del 9 d’Octubre como el inicio de la nueva normalidad. A partir de esa fecha, los festivales siguen apostando por celebrarse, y hacerlo con el formato habitual, aunque aplicando aún medidas como la mascarilla e implementando otros protocolos como el control de temperatura.
Otra posibilidad sobre la mesa es que el control de grandes aforos conlleve el requisito del certificado de vacunación o una prueba negativa en su defecto. El llamado pasaporte covid, que se ha planteado por parte del Consell según ya ha publicado este diario, está encima de la mesa, aunque los festivales prefieren que sea una herramienta opcional para ellos. Desde las promotoras urgen a tener, al menos, un plan de desescalada con plazos y un horizonte para poder gestionar logísticamente los cambios de protocolo o, incluso, saber con tiempo si el formato que han vendido es inviable. Así pasó con el Red Pier Fest, que se anunció como el primer festival de música que levantaría al público y tuvo que cancelarse porque no hubo ningún tipo de relajación de las medidas que así lo hiciesen posible.
En las próximas semanas, tanto SanSan como el Festival de Les Arts contarían con decenas de miles de entradas vendidas, mientras el aforo máximo está marcado en 5.000 y, sin embargo, en otros sectores puede ser mucho mayor. En el caso del Les Arts, Enrique Vidal, director de Cacsa, recordaba en una reciente entrevista a Valencia Plaza lo siguiente: “Nosotros no decimos que se haga el Festival de Les Arts, lo dicen ellos. Nosotros diremos que se hace el Festival de Les Arts el día que Sanidad nos diga que se puede hacer. Con esta cuestión de la covid, no tenemos la posibilidad de si habrá o no habrá, pero es que nosotros dependemos de Sanidad. Si Sanidad dice que sí, por supuesto que se hará, y se establecerán las normas”. El tiempo se va agotando aunque desde el sector se es más optimista con la situación actual. Antes de que acabe la semana podría haber noticias, el límite que marcan para saber algo es el próximo lunes 27.