Foto: Rafa MolinaELCHE. Este miércoles el alcalde Carlos González y la edil de Urbanismo Ana Arabid se reunieron en Madrid con la secretaría de Estado de Vivienda para abordar la próxima fase del Arru (Área de Regeneración y Renovación Urbana) de San Antón. Después de la primera, en la que se han levantado tres nuevos bloques, y la segunda, formada por el cuarto edificio que está en construcción y que finalizará en 2023, el equipo de gobierno quiere acelerar en la próxima. González ha puesto encima de la mesa la construcción de hasta cinco bloques, con la posibilidad de construirlos de forma simultánea, lo que supondría una inversión de 30 millones de euros.
El alcalde pretende "intensificar" el ritmo. Después de las 283 viviendas que se materializarán cuando acabe el cuarto edificio, ahora se quiere dar un paso mucho más amplio, teniendo en cuenta que para 2023 se prevé la demolición de los primeros viejos edificios, los bloques del 11 al 14. Con ello se obtendría suelo para otros cuarto edificios y ya se dispone de un solar, por lo que se podrían construir cinco inmuebles "de forma simultánea", ya que el proyecto del medio municipal es ir esponjando el barrio y construir en los espacios nuevos bloques o zonas verdes y dotacionales. De hecho hace unos días finalizaba la primera parcela reurbanizada. Así, el planteamiento nuevo se va a plantear en las próximas semanas también a la Generalitat Valenciana, la otra fuente de financiación junto al Estado. El Ayuntamiento es quien menos dinero aporta en este convenio tripartito.
Con estos cinco nuevos bloques, se ejecutarían 373 viviendas, "dando un impulso muy considerable a las obras de regeneración urbana de San Antón". Unos 30 millones de euros que el equipo de gobierno pretende que se licite de forma simultánea. Así se planteó al secretario general de Agenda Urbana, David Lucas. Con la redacción al mismo tiempo de las cinco obras se busca que la edificación también sea simultánea, ganando tiempo y acelerando en el proyecto de mayor envergadura a nivel urbano de los últimos tiempos en la ciudad.
"Máxime en un momento en el que está acreditada la viabilidad económica y social de la obra, y su aceptación general por parte de los vecinos", explica el primer edil, si bien hay unos pocos vecinos que aún están reticentes a abandonar su viejo piso. Otros están pendientes de un expediente expropiatorio por parte de Pimesa, la empresa municipal promotora, para que puedan acceder a los nuevos pisos mediante alquiler social, ya que no se pueden permitir el pago a pesar de que el coste sea la diferencia entre el valor de la vieja y la nueva vivienda. No se descarta que pueda ser otra alternativa habitacional.
En cualquier caso, son tres actores los implicados. Se espera encontrar la "misma sensibilidad y comprensión del Gobierno de España", explica González, indicando que el proceso sería el mismo, con Pimesa a cargo de la promoción. El regidor asevera que es una de las actuaciones "más importantes en todo el país en materia de regeneración urbana. No hay otro municipio en España que esté llevando a cabo la regeneración de un barrio con la construcción de nuevas viviendas y el derribo de bloques, con unos costes muy asequibles para los propietarios originales de las casas".
