ELCHE. El bipartito ya ha empezado a trabajar buscando su propio consenso ante diferentes colectivos de la ciudad, ahora que parece que ya tiene perfilado cómo es el Palacio de Congresos que quiere, o al menos, así lo mostraba el regidor Carlos González hace unos días. Ante los parámetros que marca la Diputación sobre el proyecto, que se espere al estudio de la Universidad Miguel Hernández (UMH) y que la iniciativa nazca del consenso social, el jueves empezó su particular gira para presentar el proyecto el equipo de gobierno. Cómo no, en Carrús, con una parte de su tejido asociativo, y otra de la ciudad en general. Su idea es poder enviar a la Diputación su proyecto este mes de octubre.
Desde fuentes municipales aseveran que el encuentro estuvo "plagado de pronunciamientos favorables al proyecto", señalaba el primer edil. Lógico en cualquier caso al estar entre los asistentes parte de las asociaciones del barrio, aunque también otras del resto del municipio, y gente tan afín como el propio presidente de la Federación de Asociaciones Vecinales, en la Ejecutiva socialista. Eso sí, preguntado sobre si se reunirán con el Consejo Social, no aclaran, sí que es un órgano consultivo importante, y que "no se descarta", aunque apunta que con algunas asociaciones del mismo ya se han reunido o se reunirán, lo cual deja entrever que no hay pensamiento de convocar al órgano. En él encontrará oposición de quienes han pedido un informe a la UMH antes de mover ficha y cuestionan si la ubicación elegida es la mejor.
En cualquier caso, la hoja de ruta municipal la tienen clara: ir tejiendo ese otro consenso con otros colectivos, que seguirá después por la pata económica y profesional, para vender la actuación ante Carlos Mazón. A priori, en octubre. O al menos esa es la intención, porque con las nuevas restricciones locales por la covid, puede que esas reuniones se tengan que atrasar irremediablemente. El alcalde pretende que esta actuación "compense la falta de inversiones", y que además de ser un palacio congresual, albergue actividades culturales, como ocurre con el actual Centro de Congresos, el cual tiene más de la mitad de eventos relacionados con el uso sociocultural.
Siguen desde el bipartito incidiendo en que la intervención tendrá un impacto directo sobre el barrio, "pero también sobre la ciudad, sumando al conjunto", y añaden que "no podemos estar con el veto a Carrús". Precisamente, la idea de darle otro cariz de mayor peso al barrio con el hipotético Palacio de Congresos es la de buscar un 'Efecto Guggenheim'. Es una de las promesas que el bipartito, y el alcalde en particular, se están encargando de difundir entre sus allegados en su documento dossier favorable al proyecto. En él, esgrimen que debe ser "una actuación capaz de generar un efecto locomotora, y atraer inversión privada y pública que dinamicen y regeneren el entorno.Que debe ir acompañada de un conjunto de medidas orientadas a incentivar la ubicación de hoteles en el entorno, a renovar el parque de vivienda y a modernizar y crear nuevos equipamientos colectivos".
Se trata de una estrategia desarrollo urbano que ha dado excelentes resultados en ciudades como Bilbao, con el llamado “efecto Guggengehim”; que supuso convertir un espacio altamente degradado como la Ría del Nervión, en un ejemplo mundial de regeneración urbana, que arrancó con la construcción del Museo.Salvando las distancias, el propósito es el mismo: posicionar Elche como un actor relevante en el ámbito del turismo congresual al tiempo que impulsar la modernización y renovación urbana de Carrús.
En este sentido, y siguiendo el cronograma previsto y sobre todo, deseado, por el alcalde, las obras de construcción deberían poder empezar en el último trimestre de 2021. Una previsión altamente compleja si en el más optimista de los supuestos, en las cuentas provinciales del año que viene entra ya en liza el proyecto de redacción del Palacio, lo que supone licitar, adjudicar y que se redacte. Después ya vendrían las licitaciones para la edificación, si es que no hay concurso público previo, como se dijo en su momento.
En su dossier para buscar respaldo se incide también en el clima y las declaraciones Unesco o las comunicaciones, así como a nivel nacional la potencia en turismo congresual que es España y el dinero que deja este tipo de cliente. También añade que el Centro de Congresos ya se ha quedado pequeño y hace falta otro peldaño para aspirar a otros eventos más ambiciosos.
Veinte años después, necesitamos crecer y contar con un Palacio de Congresos que nos permita integrarnos en el circuito de las ciudades que organizan eventos de más de 1.000 asistentes. Debemos multiplicar por tres nuestra actual capacidad con el fin poder atraer los grandes congresos que huyen de los lugares recurrentes y que buscan otros destinos atractivos, seguros y singulares.
Y por supuesto, el constantemente recordado agravio comparativo inversor con Alicante —lo que llama "prima de capitalidad"—:
La Diputación ha volcado su esfuerzo inversor en la ciudad de Alicante realizando, una tras otra, inversiones fabulosas. Los ejemplos más sonoros, que no los únicos, son el Auditorio Provincial (ADDA) y el Museo Arqueológico Provincial (MARQ). Ambos proyectos suman una inversión de casi 100 millones de euros. En conclusión, la construcción del Palacio de Congresos es una deuda histórica de la institución provincial con la ciudad, para compensar a Elche por un trato tan desigual como injustificado.
Por otra parte, también la especificación de que Jayton es, según el bipartito, uno de los pocos solares que a día de hoy se pueden emplear para el proyecto, al estar "libre de cargas". Menciona que la altura reguladora "debe ser al menos 10/12 metros para realizar un edificio con empaque", una altura que en cualquier caso podría superar y ver qué encaje tiene con los inmuebles residenciales de alrededor. Por último, a los ya conocidos argumentos que esgrime González con la cercanía con otras vías de comunicación, juega la carta de mejora del barrio:
Carrús Este es hoy un barrio en declive a consecuencia de un diseño erróneo y de factores derivados del propio crecimiento dela ciudad, que exige actuaciones decididas para frenar y evitar que en el futuro sufra una degradación y marginalidad irreversible. La expansión de la ciudad y el surgimiento de los nuevos barrios,ha provocado un éxodo de la población más joven y con mayores rentas hacia dichas zonas; lo que de facto ha supuesto un envejecimiento de la población, la reducción de la renta media disponible, un menor dinamismo económico, así como la falta de inversión en renovación de las edificaciones y en construcción de vivienda nueva.