ELCHE. El equipo de gobierno ha decidido llevar más lejos la medida que inicialmente había presentado de suspender la tasa del pago de la ordenanza de mesas y sillas del primer semestre y dejarla a la mitad en el segundo. Definitivamente, eliminará esta tasa durante todo 2020, no solo para las terrazas de la hostelería, sino también para mercadillos no sedentarios. Una medida orientada a ir un paso más allá para aliviar la situación económica de estos pequeños comercios, y que supondrá que el Consistorio dejará de ingresar 900.000 euros durante este ejercicio. Asimismo, para compensar las restricciones de aforo, permitirá que las terrazas ocupen más espacio.
Así, no se liquidarán los pagos que se tenían que realizar ahora en concepto de la ocupación pública por mesas y sillas, ni el resto del año, a lo que se suman los mercadillos de venta no sedentaria. Según el portavoz Héctor Díez, el motivo del cambio en la medida es ir adaptando las medidas conforme se vaya desarrollado el estado de alarma. Pero principalmente viene por el descontento del sector porque con las primeras fases de la desescalada, con una ocupación del 30% de las terrazas y del 50% del interior después, no ven posibilidad de rentabilidad y de mantener el negocio a flote con la plantilla al completo.
De hecho, el jueves, más de 110 locales de hostelería y ocio de la ciudad lanzaban una campaña bajo el lema "Se traspasa por la decisión del Gobierno" por las mencionadas fases. Han cerrado simbólicamente sus comercios y piden medidas de distinta índole como rebaja de impuestos, tarifa plana y a nivel local otras que estén en manos del Ayuntamiento como la ampliación de las terrazas que se aplicará o ayudas al pago del alquiler. De momento, el no cobro de la tasa supondrá que las arcas municipales dejarán de ingresar 900.000 euros, 270.000 por los mercadillos y 630.000 por los comercios.
Desde el bipartito aseveran que se pueden permitir medidas de este tipo porque las deudas están saneadas "y se puede poner toda la carne en el asador", explica Díez, quien añade que "2021 será un año difícil si los sectores productivos locales no salen adelante". "Hay muchos pequeños bares y cafeterías que viven al día, y el pago de la tasa a nivel trimestral puede ser un inconveniente importante", matiza. De momento, el propio alcalde Carlos González poco tardó en salir el jueves al paso para pedir reflexión al Gobierno sobre las medidas, intentando hacer compatible la seguridad con un umbral "razonable" de actividad económica.
Respecto a la ampliación de las terrazas, habrá que estudiar cada caso y ver cómo se adapta esta opción, que no es única en el municipio, sino para todos, ya que el Gobierno es el que contemplaba esta opción en su plan de desescalada. En el caso ilicitano, como la ordenanza funciona por metros, si se reduce un tercio el aforo de las terrazas, en aquello casos de pequeñas terrazas que puedan tener entre 20 o 50 metros cuadrados, la traducción sería que quizá solo podrían quedar una o dos mesas disponibles.
Por último, sobre la convivencia de esta situación con la última ordenanza que se tuvo que aprobar tras la sentencia del Tribunal Supremo, de separar las terrazas de las fachadas por la accesibilidad de las personas con discapacidad visual, el edil asevera que "todos tenemos que ser conscientes de que es una nueva situación extraordinaria, y en la futura nueva normalidad a todos se nos exige responsabilidad y flexibilidad", por lo que a pesar de que el bipartito tendrá que realizar malabares para ampliar las terrazas y que esto no limite la accesibilidad en general ni los motivos señalados por el Supremo, pide comprensión por la situación.