Foto: PEPE OLIVARESELCHE. Uno de los principales ejes de debate la pasada semana en el Ayuntamiento fue el de Hacienda, con la liquidación del ejercicio y el remanente en primera planta, tanto con el pleno ordinario como los días previos y posteriores. Sin embargo, en un segundo plano quedó el plan presupuestario 2025-2027 que se envió al Ministerio de Hacienda, con las estimaciones económicas de magnitudes macro para los próximos años. En ellas se destaca que el equipo de gobierno prevé amortizar de forma anticipada diez millones de euros de deuda este 2024, y que la deuda total —no solo la financiera— quedará al 27%, llegando al 37% en 2027.
En este aspecto, la deuda viva se compone del total de la deuda pendiente de pagar de préstamos, avales, operaciones bancarias, préstamos dispuestos y no dispuestos, la PIE (Participación en los Ingresos del Estado)... Es el total de la deuda no solo bancaria que tiene el Ayuntamiento, de toda índole. En 2024 se prevé que esta magnitud se sitúe en ese 27%, con 58,2 millones de euros. Para 2025, 2026 y 2027 será respectivamente del 29% (64,5 millones de euros), 33% (76,4 millones) y 37% (con unos notorios 86,7 millones de euros). Eso sí, también se prevé un aumento progresivo de los ingresos corrientes. Para este año se estiman que serán de 219,3 millones de euros, con un incremento anual que llegará en 2027 a 236,7 millones de euros.
Presentación del presupuesto de este año: Soler en primera planta, con Rodil y RuzAhora, por qué a final de este ejercicio se llegará a esos 58,2 millones de 'deuda viva', es porque aparte de la deuda de los varios préstamos dispuestos y no dispuestos durante años, ya llegaba a los 20 millones que dejó el anterior equipo de gobierno, y se tienen que sumar la previsión de ese gran crédito de otros 20 millones que el bipartito quiere solicitar. Aunque aún hay que calibrar la cifra. Además, ese aumento de previsión de deuda viva presumiblemente supone que el Consistorio pueda pedir más créditos durante los próximos años. También cabe resaltar que estas cifras son el reflejo de la 'foto administrativa' de la situación en marzo. En tanto que el presupuesto es una herramienta que va cambiando, el propio documento señala que este mismo 2024 se amortizarán 10 millones de euros de deuda de forma anticipada, como se ha hecho en años anteriores. Ya apuntó el edil de Hacienda Francisco Soler que no todo el remanente se va a gastar. Así pues, es previsible que estas magnitudes varíen si el Ayuntamiento va eliminando deuda.
Por otra parte, el plan también habla de la mencionada inestabilidad financiera de días atrás —más gasto que ingresos—que el Consistorio ha tenido también en los últimos años. Ello implica, entre otras cuestiones, un mayor control de la conselleria de Hacienda a pesar de que el Ayuntamiento sea solvente con estas cifras negativas. Tendrá que elaborar un plan para que la Generalitat le autorice los préstamos. Así, en 2025 la inestabilidad se prevé en -11,5 millones de euros, y que se irá reduciendo anualmente. En 2026 la cifra negativa se quedará en 6,9 millones y en 2027 en 5,3 millones de euros. Es el saldo de operaciones no financieras —es decir, ajenas a préstamos bancarios—, es la diferencia entre los derechos y obligaciones reconocidas.
Para compensar esa inestabilidad financiera y que finalmente resulte un saldo positivo de capacidad de financiación, hay una inejecución presupuestaria prevista de 38 millones de euros en 2025 y de 29 millones tanto para 2026 como 2027. Junto a otros ajustes como la devolución del PIE que se devuelve progresivamente al Estado, esa inestabilidad se compensa con una capacidad de financiación de 24 millones de euros en 2025; 20 en 2026 y 22 en 2027. Cifras positivas que permitirían solicitar operaciones crediticias. Unas cifras globales que encajan con la previsión de inejecución presupuestaria de 2024 que mostraban las cuentas de este año: 25 millones y una deuda a final de año al 28%, solo un punto más de lo que se menta ahora.
Por tanto, no es baladí ese anticipo de freno que decía Soler en una comparecencia, ya que cuanto más remanente se use, más inestabilidad presupuestaria hay. Lo que explica por qué años anteriores la alta previsión de inejecución de gastos, que siempre destaca en inversiones reales (Capítulo 6); es un mecanismo que permite compensar la inestabilidad presupuestaria por unos gastos mayores que ingresos. Pero no se hace adrede, sino porque son volúmenes muy altos cuya gestión desborda la capacidad municipal, sumado a lo estricto de la Ley de Contratos. Hay mayor inejecución por esa inversiones porque hay gasto corriente del que no se puede prescindir, desde el funcionamiento de la propia ciudad en el día a día, al salario de la plantilla municipal.
Unas proyecciones de ingresos y gastos que se han realizado con los datos de 2024, la liquidación de 2023 y esas devoluciones pendientes al Estado o la ejecución de media del periodo 2020-2022. Y a pesar de la elevada tasa de endeudamiento, habrá cambios en las previsiones por las operaciones que se hacen durante el ejercicio, como esa amortización. Una información cuyo plazo ministerial era el 15 de marzo, aunque según figura en el documento, se firmó por el secretario y el alcalde los días 17 y 18 de dicho mes.
