EL VERGER. El Ayuntamiento de El Verger tiene claro que va a poner firmes a los vendedores que queden en su popular rastro cuando reabra en enero de 2024. El consistorio anunció el pasado domingo 10 de diciembre a todos los comerciantes que acudieron que la última jornada de ventas era el 17 de este mes y que habría un mes de parón.
Desde el ejecutivo que dirige Basili Salort se quiere redimensionar el volumen de este conocido mercado, sobre todo en el número de paradas que ha venido albergando hasta ahora. El consistorio quiere reducirlo a la mitad, pasando de 400 puntos de venta a 200. Estas medidas ya las conocen los vendedores y entrarán en vigor después de Reyes cuando el nuevo rastro se instale en una zona interior del polígono La Vía, en un espacio verde.
Es ahí donde el Ayuntamiento cobrará más a los que acudan cada domingo a vender sus productos de segunda mano. Un 50% más, como el alcalde Salort ha indicado a Alicante Plaza, “se pasa de 10 a 15 euros”. “Es una cifra asequible y hace muchos años que no se ha incrementado”, ha precisado el primer edil.
Salort reconoce que el gobierno local quiere “controlar mejor el rastro”, dado que hay un volumen excesivo de tráfico y eso genera peligro, ante las personas que cruzan la vieja Nacional y pasan desde el polígono La Vía a la otra zona comercial, donde hay bares, restaurantes y gasolineras.
La venta de productos robados, según Salort, es otro de los motivos por los que considera que es necesario actuar en el rastro y darle un “mejor enfoque”. El alcalde dice que las fuerzas de seguridad han requisado en varias ocasiones productos que se ha comprobado que habían sido sustraídos.
Pero esta no es la única novedad del rastro de El Vergel una vez que pasen las fiestas y abra cada domingo en la zona verde del polígono. Los vendedores tendrán también la responsabilidad de limpiar sus paradas. Ese es, al parecer, uno los motivos por lo que el gobierno local quiere que sólo haya “vendedores fijos”. Todo apunta que para tener controlado quién está y en qué lugar.
Esto viene motivado por la elevada cantidad de residuos que dice Salort que quedan después de cada rastro. El alcalde ha asegurado que se trata de cantidades inasumibles por la población o por los operarios locales. Según sus datos, hasta ahora, cada domingo tras el mercado se llenaban 20 contenedores y dos camiones de basura.
Estas decisiones no han gustado nada ni a los vendedores ni a los locales de hostelería más cercanos, que aseguran que una reducción tan drástica de los puestos, que pasarán de 400 a 200 afectará a las ventas de todos. Los comerciantes de la zona dicen tener la sospecha de que el gobierno lo que quiere “es que El Verger pierda el atractivo del rastro dominical y derivarlo a un negocio del mismo tipo que se ha impulsado en un recinto cerrado cercano, próximo a la carretera de Las Marinas y que va en sintonía con el nuevo gobierno”.