Foto: RAFA MOLINAALICANTE. El confinamiento reforzado decretado por el Gobierno este fin de semana y la improvisación con la que se anunció primero y se ejecutó después ha cogido a la mayoría de promotores de Alicante con el pie cambiado. La sensación general unas horas antes de que compareciese Pedro Sánchez es que el Ejecutivo no iba a parar las obras en construcción, así que este lunes muchas empresas tuvieron que rectificar sobre la marcha sus plannings y preparar las estructuras en las que trabajan para permanecer abandonadas, al menos, durante quince días.
La junta directiva de Provia tiene previsto reunirse de nuevo este martes de forma telemática, como la semana pasada, pero lo cierto es que ya hay poco que analizar. La decisión del Gobierno ha suspendido la ejecución de cerca de 9.000 viviendas en la provincia donde trabajan unos 20.000 operarios, y constructores y promotores se afanaban este lunes para cerrar las verjas de sus parcelas en las mejores condiciones posibles. En paralelo, las promotoras mantienen su actividad administrativa (tramitaciones, facturación, interlocución con administración o entidades bancarias, e incluso con clientes) a través del teletrabajo.
"En realidad, lo que hemos tenido que hacer es preparar las obras para quedarse solas tal como estaba previsto que sucediera el 9 de abril, por las vacaciones de Semana Santa, pero ahora", explica un promotor. Eso sí, si la vida hubiera seguido como antes de la pandemia, el cierre de abril iba a ser para cinco días, y no para (al menos) quince. La jornada del lunes, en muchos casos, se ha dedicado a retirar maquinaria, guardar materiales y asegurar elementos de las estructuras para las próximas dos semanas.
Muchos ejecutivos del sector, como el antes citado, han tenido que acudir también a toda prisa a sus respectivas oficinas para recoger documentación o equipos informáticos, de forma que la citada actividad administrativa pueda seguir desarrollándose desde sus domicilios. Entre otros asuntos, ahora tendrán que darle forma a los permisos retribuidos aprobados por el Gobierno para enviar a casa a los operarios de la construcción, en los casos en los que estos trabajadores están en plantilla de las constructoras.
Otro asunto que ha habido que abordar a contrarreloj este lunes ha sido, precisamente, el de la vigilancia de las obras. "En este asunto no hay demasiados problemas, porque la actividad de vigilancia está permitida y se mantendrá más o menos como antes", explica otro empresario. Aunque, eso sí, "se van a establecer turnos de tan solo una persona" para reducir los contactos y cumplir con el confinamiento reforzado.
