VALÈNCIA. (Agencias) El fallecimiento de Alfredo Pérez Rubalcaba supone el adiós a uno de los protagonistas de la vida política española de los últimos 35 años, en los que fue alto cargo gubernamental, diputado durante 21 años, ministro, vicepresidente, líder del PSOE y candidato a la presidencia del Gobierno. Rubalcaba abandonó la primera línea política en 2014 tras el mal resultado que sacó su partido en las elecciones europeas celebradas ese año y ahora se dedicaba a dar clases en la universidad.
Muñidor de acuerdos al tiempo que azote de adversarios políticos y hábil parlamentario, fue una de las figuras centrales de la política española de los gobiernos de Zapatero. Fue negociador del 'Estatut' y ministro del Interior cuando ETA anunció el final de su "actividad armada" en 2011. Su último 'servicio', como líder del PSOE, fue pilotar con el entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, la abdicación del Rey Juan Carlos.
Aunque nacido en Solares (Cantabria) en 1951, Rubalcaba vivió desde su infancia en Madrid. El colegio Nuestra Señora del Pilar --el mismo por el que pasaron Javier Solana o José María Aznar-- le dejó amigos como Jaime Lissavetzky, con el que luego compartiría actividad política. Una lesión lo apartó de las pistas de atletismo, en las que presumía de haber bajado de los 11 segundos en los 100 metros.
El expresidente del Gobierno Felipe González ha destacado que el político socialista Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido este viernes tras sufrir un ictus el miércoles, era el político "con más capacidad, con más inteligencia" de España.
Así lo ha manifestado este sábado a los medios González tras visitar la capilla ardiente instalada en el Congreso de los Diputados para velar a Rubalcaba. "Lo echo de menos ya", ha dicho.
Asimismo, el expresidente del Ejecutivo ha lamentado "ese sentimiento de perder a un amigo" y que "de pronto se interrumpa una conversación que merecía la pena continuar como los últimos 40 años".
Sobre todas las valoraciones que ha recibido Rubalcaba, González ha afirmado que "se las merecía" y ha destacado que "era capaz de trabajar 16 o 17 horas al día". "Voy a echar de menos esa conversación interrumpida", ha apuntado.
González llegaba cuando los Reyes eméritos, Don Juan Carlos y Doña Sofía, abandonaban la capilla, por lo que ha podido saludarles y conversar unos minutos con ellos y con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, en el patio del Congreso.
A continuación González, acompañado de su esposa, Mar García Vaquero, ha entrado en el Salón de Pasos Perdidos para dar el pésame a la viuda, Pilar Goya, a los hermanos de Rubalcaba y al resto de familiares y allegados más próximos.
Los Reyes eméritos, Don Juan Carlos y Doña Sofía, han llegado este sábado a las 11.00 horas a la capilla ardiente de Alfredo Pérez Rubalcaba en el Congreso de los Diputados para trasladar el pésame a la familia y al PSOE, como hicieron el viernes Don Felipe y Doña Letizia.
A su llegada a la Cámara Baja, han salido a recibirles el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor, quienes, como ya hicieran el viernes, han permanecido en todo momento en el velatorio.
En el Salón de Pasos Perdidos de la Cámara, los reyes eméritos han dado el pésame en primer lugar a la viuda, Pilar Goyo, y a continuación han permanecido de pie unos instantes ante el féretro despidiéndose de quien tuvo un papel trascendental, junto al entonces presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en preparar el procedimiento legislativo para llevar a cabo la abdicación del Rey Juan Carlos.
Los Reyes han trasladado el pésame al resto de familiares y allegados más próximos a la familia, como el exsecretario de Estado de Deporte Jaime Lissavetzky, amigo íntimo de Rubalcaba. A continuación, se han dirigido a los representantes del PSOE presentes en el velatorio para trasladarles a ellos también el pésame por la pérdida de su compañero.
Antes que ellos, pasó por la capilla la Infanta Elena, además de otros representantes institucionales como los presidentes de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page: Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y Aragón, Javier Lambán, que se acercó el viernes también.
En representación del Gobierno, además de Sánchez, están en la capilla ardiente los ministros de Interior, Fernando Grande-Marlaska; Sanidad, María Luisa Rivera; Transición Ecológica, Teresa Ribera; Cultura, José Guirao, y Economía, Nadia Calviño.
Otras personalidades del mundo de la política que han acudido este sábado al velatorio son el expresidente de la Generalitat José Montilla (PSC); el exvicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra; el exministro de Justicia Juan Fernando López Aguilar; el expresidente de la Junta de Andalucía Manuel Chaves, la exministra Magdalena Álvarez; la líder de los socialistas navarros, María Chivite, y los miembros de la Ejecutiva del PSOE Santos Cerdán e Iratxe García.
También los exministros socialistas Elena Salgado y José Blanco, que estuvieron el viernes también, se han acercado este sábado a la capilla ardiente. Como han hecho igualmente los socialistas vascos Patxi López y Rodolfo Ares, o quien fuera jefe de gabinete del presidente José Luis Rodríguez Zapatero, José Enrique Serrano.
La 'número dos' de Podemos, Irene Montero; el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Aitor Esteban, o el exjuez Baltasar Garzón completan la lista de personalidades que se han acercado este sábado a dar su último adiós a Rubalcaba. Por parte del PP, este sábado acudieron a dar el pésame a la familia los exministros Federico Trillo y Pilar del Castillo.
El PSOE ha colocado una pancarta gigante en la fachada de su sede central en Madrid, en la calle Ferraz, en honor al exlíder del partido Alfredo Pérez Rubalcaba, fallecido este viernes tras sufrir el miércoles un ictus.
"Gracias por dedicar la mayor parte de tu vida a ser nuestro compañero. Gracias por tu entrega al PSOE y a España todos estos años. Tu legado forma parte de la historia de este partido y de la de este país", ha escrito el partido en Twitter.
Se trata de una imagen del político socialista en un mitin del PSOE con las manos posadas en el corazón y acompañada de un mensaje en el que se puede leer: "Gracias Alfredo".