El cercanías de Alicante que ahora pasa a escasos metros del aeropuerto, pero que carece de conexión con él. Foto PEPE OLIVARESALICANTE. El ansiado tren de la costa, que debe unir con unas prestaciones similares a la Alta Velocidad las ciudades de Alicante y Valencia por el litoral, ya solo es una cuestión de voluntad política y dotación presupuestaria. Todos los trabajos técnicos previos están terminados, las alegaciones presentadas y el proyecto redactado y en exposición pública. Algunas de las alegaciones inciden en que el informe que avala su ejecución hace aguas porque no valora toda la demanda de ese futuro tren.
Eso sí, el Ministerio de Fomento se ha autoconcedido un importante colchón temporal: el estudio informativo del tren de la costa estará en exposición pública durante dieciocho meses, un año y medio. Es decir, ni una sola traviesa se colocará antes de la primavera de 2018. Mientras, los ayuntamientos afectados por el trazado han suspendido la concesión de licencias de obra (tanto para nueva construcción como para reformas) en aquellas zonas por las que el estudio informativo dice que pasará la vía.
La concejal de Urbanismo de Sant Vicent del Raspeig, Mariló Jordá (Guanyar) se reunió con los vecinos la semana pasada para informarles de que no podrán obtener licencias en la zona afectada por el trazado. "El plazo de exposición lo ha decidido el Ministerio de Fomento", les trasladó, así como "la prohibición de conceder licencias mientras esté vigente el plazo. No hemos tenido más remedio que adoptar esta medida".
El tren de la costa permitirá unir la capital alicantina con la de la Comunitat en una hora, conectándolas con Benidorm y Gandía, y se estima que tendría una demanda potencial de cuatro millones de pasajeros al año (cruzará los principales polos turísticos de la provincia, con permiso de Torrevieja). Es decir, el doble de demanda que la línea AVE entre Alicante y Madrid, considerada la más rentable de la red.
Para que este tren sea una realidad, habría que construir 115 kilómetros de vía nuevos, en el tramo Alicante-Dénia-Gandia, y a partir de la capital de La Safor se remodelaría la vía de Cercanías existente. El resultado, una vía de ancho internacional por la que los convoyes podrían circular a 200 kilómetros por hora, casi tan rápido como un AVE. Sin embargo, el tren de la costa nunca ha sido presupuestado. Rafael Catalá, ministro de Justicia en funciones que ha asumido también las competencias de Fomento que tenía Ana Pastor, aseguró que la infraestructura era viable cuando ejercía de secretario de Estado. Ahora, sin embargo, el Gobierno ya no lo ve rentable, y sugiere que la obra se pague a medias con la Generalitat.
Y ahí reside el gran debate: ¿hay voluntad política? Para los empresarios, sobre todo, los hoteleros, el tren es un gran anhelo. Así lo plasmaron en sus alegaciones, pues serviría para unir los dos aeropuertos, el de Manises con el del Altet. "Siempre es buen momento para reivindicarlo". Toni Mayor, de Hosbec, admite que los presupuestos no están para gastar mucho, sobre todo en la Comunitat y España, pero reconoce que hay una presión social para que lo ejecuten. "Nos encantaría que se hiciera", sostiene Mayor. Su opinión hoy es compartida por la mayoría de los empresarios de las dos comarcas de las Marinas.
Pero, y en el ámbito político, las Cortes Valencianas expresaron la semana pasada su unión respecto a este proyecto, aunque con matices. Todos los partidos lo reclaman, aunque hay quién duda de la voluntad política para reivindicarlo ahora mismo. Lo dice Josep Nadal, diputado de Compromís que defendió la propuesta. Y sostiene que posiblemente ahora es el momento de reivindicarlo y ponerlo sobre la mesa en Madrid. "Habría que llevarlo a Madrid, ahora que no hay mayorías sería más fácil aprobarlo". Nadal cuestiona la voluntad política del PP, sobre todo, porque Fomento lo haya rechazado arguyendo criterios de rentabilidad financiera y socioeconómica. Y después está el otro gran debate. ¿Quién paga la obra? Está valorada en 1.000 millones de euros. Y el PP ha propuesto que se pague a partes iguales entre la Generalitat y el Estado. La líder del PP, Isabel Bonig, en una entrevista concedida a Alicante Plaza, dijo que el proyecto está vivo, hay tiempo por delante para trabajarlo y para que Fomento se dé cuenta de que el proyecto es viable.
En el debate en las Cortes, el diputado del PP Manuel Pérez Fenoll defendió que su grupo nunca votará en contra de una iniciativa que pida a Madrid dinero para el transporte de los valencianos, pero ha pedido que se tenga “sentido común” y que se legisle “con sensatez”, para que la infraestructura sea “viable” y no se cree “un monstruo”.
La socialista Sandra Martín especificó que el Consell no renuncia a la existencia de este tren de la costa y ha pedido que el Gobierno de España tenga “la misma consideración” con él que con otras infraestructuras, como el AVE a Galicia, del que la exministra de Fomento dijo que no era rentable pero se hizo igual.
El portavoz de Ciudadanos Alexis Marí insistió en la necesidad de “voluntad política, generosidad y consenso” para contar con un tren de la costa que dé servicio a los más de 520.000 habitantes de esas comarcas, cuyos ciudadanos “no pueden seguir abonados a un número de lotería que nunca les toca”.
