ALICANTE. Los itinerarios profesionales nunca son lineales y, mucho menos, simples. Las carreras profesionales sólidas en las empresas habitualmente son lentas y complejas; son caminos que hay que recorrer con visión a largo, con formación, con perspectiva, con capacidad de adaptación a situaciones que en ocasiones nos sorprenden; y en ese punto de facilitar la toma de decisiones fundamentadas está la Universidad, cuyas funciones de investigación y formación se justifican básicamente en la medida en que resultan útiles para mejorar la vida de las personas y las organizaciones, y la salud del planeta a todos los niveles, contando con las opiniones más cualificadas que pueden llegar desde la propia universidad o desde la sociedad civil.
Tender puentes entre la Empresa y la Universidad, recordaba el Decano de Económicas, Prof. Raúl Ruiz, en la apertura del VIII Encuentro con Profesionales de Recursos Humanos desarrollado vía digital el pasado 12 de noviembre, es fundamental para que fluya la información relevante en ambos sentidos, y que a ambas partes -y a todos sus componentes- interesa.
El encuentro permite que antiguos estudiantes mayoritariamente de la Universidad de Alicante, ahora directivos o técnicos cualificados en gestión de personas de empresas alicantinas o con sedes en Alicante, vuelvan a la Universidad a compartir con los futuros profesionales recién egresados o en últimos cursos de grado, su experiencia -recordaba el Decano-, ayudando a los asistentes a comenzar a definir su futuro profesional que, como en el caso de alguno de los ponentes, podría empezar aquí, en las reflexiones durante y tras este encuentro.
Han participado 10 profesionales en activo (Raquel Amorós, Mª José Beltrán, Mari Cruz Espinar, José Antonio García, Nadia Gomis, Amparo Martínez, Isabel Olivares, Javier Parras, Rosana Rodríguez y Tomás Navarro) de importantes empresas de la provincia de sectores diferentes: financiero, alimentación, transporte, logística, tercer sector, consultoría, tecnología, industria o retail (Connectyng Talent Consulting, Cruz Roja, Banco Sabadell. Energy Sistem, Grupo Juan XXIII, Grupo Juinsa, Vectalia, Grupo constan, Caja Rural Central, o empresas líderes en distribución, logística o retail). Con una característica común a todos los participantes: todos son Sociólogos, un grado capaz de adaptarse a multitud de puestos en la empresa, de manera específica en el área de personas por su visión amplia de la organización y de las interacciones sociales que se producen tanto en el interior como con el exterior, y la capacidad de análisis que ofrece la titulación. Con una formación de postgrado complementaria específica en Recursos Humanos para unirla a la sólida base del grado, el sociólogo tiene un papel muy importante en la dirección de los recursos humanos en la empresa, ayudando a empresas tradicionales a reinventarse, a reimpulsar el negocio en tiempos convulsos; y a avanzar por el camino correcto a todas las compañías.
Y una segunda característica compartida: la mayoría de ellos tuvieron itinerarios profesionales amplios, muchos de ellos internacionales, antes de llegar al área de Recursos Humanos, confirmando lo que apuntaban en el encuentro de que es fundamental que la gestión de personas se alinee con el negocio y le aporte valor intangible pero también tangible, lo que exige un conocimiento amplio de las características de la actividad de la compañía por parte de los gestores de personas; la anticipación al cambio exige, como premisa, conocer cuál es la realidad actual de la empresa antes de plantear su posible evolución futura.
La mayoría de ellos, además, comenzaron con prácticas en empresas, que recomiendan a los jóvenes que empiezan a plantearse ese itinerario profesional, porque es una forma imprescindible de conocer la realidad de las empresas, además de comenzar una red de contactos profesionales que seguro que resultan útiles en el futuro.
Aquí tenemos una primera conclusión de la reunión: la gestión de personas en las empresas no es una función asignada exclusivamente a graduados en relaciones laborales, derecho o psicología. Hoy la función, sin duda una de las más complejas a la vez que satisfactoria en las empresas para quienes creen de verdad en la aportación diferencial y decisiva de las personas para el éxito, requiere del concurso de profesionales formados en disciplinas diferentes para abordar las múltiples aristas que tiene la gestión profesional de los recursos humanos en las organizaciones.
El liderazgo, la comunicación, el compromiso, el aprendizaje continuo, o la adaptación y la gestión del cambio, son cualidades que deben mostrar las personas responsables de la gestión de los recursos humanos en las empresas. Aunque, en realidad, estas deben ser cualidades, según apuntaban los participantes, que hoy deben integrar necesariamente todos los directivos, independientemente de cuál sea su área de responsabilidad.
En esta misma línea de identificar las competencias transversales que hoy buscan las empresas para incorporar a los nuevos empleados, además de la formación técnica específica para el puesto, las empresas buscan el equilibrio entre la actitud y la aptitud (querer hacer las cosas y saber hacerlas), flexibilidad, agilidad, capacidad de comunicación, mente abierta para abordar el cambio, versatilidad, capacidad de adaptación, disposición para aprender permanentemente, esfuerzo, humildad e implicación y, por supuesto, resiliencia (no frustrarse y nunca transmitir frustración al equipo), además de contar con competencias relacionadas con el manejo fluido de idiomas extranjeros (inglés imprescindible) y de herramientas de microinformática (digitalización), estas dos últimas, que por reiteradas se explican cada día menos, empiezan a ser un valor entendido, sine qua non. Y atención a las redes sociales: algunos ponentes decían que sin perfil convincente y actualizado en Linkedin, es muy difícil acceder a puestos de un determinado nivel directivo o de gestión.
Estas necesidades que las empresas deben cubrir a través de los empleados obligan a gestionar con gran profesionalidad toda la diversidad de personas que conviven en las compañías y que bien atendida debe constituir una fuente de ventajas competitivas para las empresas, según reconocían los asistentes. El talento joven, decían, aporta frescura; el senior, solidez, y la fusión de los dos es hoy más necesaria que nunca para hacer frente a los importantes retos incorpora el mercado y otros factores de cambio que vivimos con intensidad.