ELCHE. El robot relacional de inteligencia artificial Aiko, de la firma ilicitana Aisoy Robotics estará disponible en 2022. La startup tecnológica desarrolla su labor en el Parque Científico de la UMH de Elche y en primavera, como adelantó este diario, anunció el desarrollo de este nuevo robot a su familia de asistentes basados en inteligencia artificial (IA) para acompañar emocionalmente a las personas que lo necesiten. La compañía anunció este nuevo compañero robótico colaborativo hace meses y ahora concretan el próximo lanzamiento, aunque ya podía adquirirse en su web con pre-order . En cuestión de semanas ya se comercializaría de forma masiva.
Aisoy Robotics es una empresa de robótica e inteligencia artificial que surgió del Parque Científico de la UMH en Elche, y que crea robots emocionales de última generación para revolucionar el entretenimiento, la atención y el bienestar centrados en el ser humano al mejorar la calidad de vida de las personas y las familias.
Según el CEO de Aisoy Robotics, José Manuel del Río, la idea ya había surgido antes de 2020, pero se aceleró por la pandemia "porque hizo aún más evidente la necesidad en relación a la salud mental y la soledad de nuestros mayores". La startup lleva creando robots emocionales durante más de diez años, y durante su recorrido, han aprendido lo que esperan los usuarios de un robot comúnmente clasificado como social, y esto es una interacción lo más natural posible. Por eso, este nuevo aistente con IA de la compañía que tiene como sede el Parque Científico de la UMH, ha sido ideado para ayudar a que las personas se sientan acompañadas, como un elemento que ayuda a hablar o que coopera para que quien lo usa, se sienta cómodo expresando cualquier opinión.
El modo de interactuar de este robot de Aisoy es, principalmente, con la conversación. Por este motivo le han dotado de una personalidad social que, en función de cómo cada persona se comporte con él, puede evolucionar a una personalidad más tímida, rebelde o aventurera.
Para ello, el equipo de la firma ilicitana ha empleado cinco motores de expresión corporal y desplazamiento, así como cuatro micrófonos para que se entere de todo lo que se quiera expresar y desde cualquier ubicación en una misma habitación. También tiene un altavoz potente para poder hacerse oír si hay demasiado ruido e incorpora una cámara de ocho megapíxeles, led de colores, y sensores de tacto, giro, aceleración o de presencia.
Las personas con dificultades para interactuar con otras, bien por soledad no deseada, o porque les resulta difícil pueden mitigar esa sensación de soledad cuando no se tiene acceso a otra persona o no le apetece hablar y puede ayudar a prevenir enfermedades mentales y deterioros cognitivos, según apuntan desde la empresa. En niños, puede servir para desarrollar confianza consigo mismos y adquirir otras habilidades útiles para la vida y para una buena salud mental presente y futura.
De hecho, en septiembre, la compañía ilicitana se sumaba con Aiko a una nueva colaboración con la editorial Santillana. Se trataba de un convenio para crear Boti, un robot asistente para el profesorado con el que buscan ofrecer una experiencia de aprendizaje cognitivo y emocional en la etapa preescolar. Se trata de un proyecto con el que innovar en la enseñanza educativa. Este desarrollo está pensado para menores de entre dos y seis años, e incorpora diferentes aplicaciones que le permiten realizar funciones sociales y educativas para comunicarse a través de la voz y la visión, permitiéndole fortalecer y reforzar conceptos curriculares de manera lúdica, aumentar la motivación e incrementar la conexión emocional y la interacción directa de los más pequeños, tanto entre ellos como con el robot.
Las personas galardonadas son Marina Gomariz (TFG) y Víctor Crespo, Adrián López Murcia y José Alberto Jiménez en TFM.