ALICANTE. El Puerto de Alicante se aferra a la autorización ambiental de emisiones a la atmósfera concedida por la Conselleria de Medio Ambiente para regular la carga y descarga de graneles, el pasado noviembre, y pospone hasta 2018 la construcción de las naves cerradas semideprimidas como medida para evitar la propagación de materiales pulverulentos.
Como publicó Alicante Plaza este martes, la Autoridad Portuaria acaba de licitar obras para llevar a cabo parte de las medidas correctoras exigidas en esa autorización ambiental por un presupuesto de 2,4 millones de euros y un plazo de ejecución de nueve meses. Se trata de la primera gran inversión que el Puerto acomete al menos desde el último lustro, tras regresar a beneficios y volver a estar en condiciones de poder financiarlas con recursos propios. Esa primera intervención está incluida en el plan de inversiones proyectado para el periodo 2017-2021, en el que la Autoridad Portuaria pretende acometer la construcción de nuevas infraestructuras por una suma global que superará los 4 millones. Todo, al margen de los 3,1 millones previstos para la ampliación y terminación del cantil del muelle 13, pendiente también desde hace años y ya contemplada para el ejercicio de 2016.
Ahora, según pudo constatar este diario, el primer paquete de medidas correctoras contempla únicamente la instalación de pantallas móviles en los muelles en los que se desarrolla el movimiento de graneles (11, 13 y 17); la colocación de un sistema de dispersión de agua por nebulización; la implantación de un mecanismo de lavado de ruedas para los camiones y la puesta en marcha de un sistema de alerta por vientos. Además, prevé la instalación de tres estaciones de medición para controlar el nivel de propagación de partículas a la atmósfera, igualmente, en función de las condiciones impuestas por Medio Ambiente.
La autorización de Medio Ambiente deja la puerta abierta a que las naves cerradas no lleguen a construirse si el resto de medidas correctoras garantizan que no existe contaminación
El Puerto ya dispone de sistemas similares desde el año 2009, pero planteó la ampliación de esas medidas como medidas preventivas durante la tramitación de su permiso ante Medio Ambiente. La autorización otorgada por la conselleria aceptó su incorporación y planteó la necesidad de que se construyesen naves cerradas o silos de modo que la carga y descarga de graneles no se produjese a la intemperie para evitar la propagación de partículas. No obstante, esa misma autorización dejaba la puerta abierta a que esas naves no llegasen a ejecutarse siempre que el resto de medidas correctoras confirmasen que la actividad se desarrollaba sin superar los límites de contaminación ambiental. A ese escenario es el que se habría acogido ahora el Puerto, según las fuentes consultadas. Así, la construcción de las naves queda supeditada a las mediciones que debe tutelar la Universidad de Alicante (UA) y, en consecuencia, aplazadas hasta 2018.
La licitación de esa obras coincide con la reanudación de la campaña de protestas por parte de diversos colectivos vecinales situados en la zona sur del término de Alicante. Esos colectivos prevén concentrarse este miércoles ante la sede de la Conselleria de Medio Ambiente en Valencia y mantienen una convocatoria de protesta el próximo viernes 27 para reclamar soluciones.