ALICANTE. La salida ya oficial de Paco Sanguino como director gerente cierra una etapa en el Teatro Principal de Alicante sin que, por el momento, llegue a abrirse otra completamente nueva. La sala de titularidad mixta, ahora también participada por la Generalitat, al margen del Ayuntamiento de Alicante y del Sabadell, queda en modo transición hasta que se confirme la elección de un nuevo director, y hasta que se despeje el último requisito burocrático que permita sanear sus balances: nada menos que un agujero de 950.000 euros.
Todo parece indicar que esos dos movimientos van a quedar pospuestos hasta que se complete la formación de los gobiernos autonómico y municipal, cuando se cierren las dos convocatorias electorales en ciernes. En principio, las riendas del teatro quedan en manos de la edil de Cultura, María Dolores Padilla (PP), como consejera delegada. Y no es, precisamente, una recién llegada. Padilla conoce la sala a la perfección, puesto que ejerce como subdirectora del teatro desde 1991 y llegó a ser su directora entre 2006 y 2015. Ahora, en esta fase transitoria, no tendrá ninguna dificultad añadida, puesto que, al margen de su experiencia, no se enfrenta a tener que planificar una programación: ya está cerrada hasta final de año.
Por lo pronto, esta situación provisional se mantendrá al menos hasta el 15 de junio, cuando se constituya la nueva corporación del Ayuntamiento de Alicante. Para entonces, ya debe de haberse formado un nuevo Consell, de modo que los tres copropietarios podrán abordar cómo se elige nueva dirección: bien por designación directa o bien a través de un proceso de selección abierto a la pública concurrencia.
Salvo acuerdo en contrario, desde el 15 de junio Padilla regresará a su actividad profesional como subdirectora del teatro, la plaza que dejó en excedencia en cuanto tomó posesión del cargo de concejal, aunque nadie descarta que pudiese regresar de nuevo como directora.
La segunda cuestión, la de la cobertura del déficit, tiene un horizonte temporal similar. Lo cierto es que la aportación de 3 millones de euros materializada por la Generalitat para formar parte de la comunidad de bienes que gestiona el teatro permanece inmovilizada sin que pueda utilizarse para tapar esa deuda. La propia Padilla confirmó este viernes a Alicante Plaza que los tres copropietarios deben abordar una modificación en la escritura de compra de las participaciones ahora en manos de la administración autonómica para que se haga constar de manera expresa que un tercio de esos tres millones se destinará a enjugar esa deuda.
Esa modificación no se abordará tampoco hasta que se complete la renovación de los dos gobiernos (autonómico y local). Así que tampoco se podrá poner en marcha la esperada reforma del edificio con los dos millones restantes. Es más, según Padilla todavía debe concretarse la elaboración de un proyecto definitivo antes de que se pueda dar uso a esos fondos.
Por último, pasada la fase electoral, los tres copropietarios deberán volver a reunirse para aprobar el presupuesto de 2019, después de que los consejeros de la Generalitat solicitasen que la propuesta quedase sobre la mesa por su falta de concreción, según volvió a reiterar este viernes el alcalde, Luis Barcala, al valorar los acuerdos adoptados por la Junta General del Teatro, el jueves.