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El primero de mayo alicantino de 1890

10/05/2018 - 

ALICANTE. El pasado 1º de Mayo marcó un antes y un después en la historia de la celebración del Día de los Trabajadores. El 2018 pasará a la historia por la reivindicación de la igualdad de hombres y mujeres; pero no por ser la primera vez que se reivindica, ni muchísimo menos, sino por la concienciación de la sociedad en todo lo relacionado con los derechos de la mujer. La violencia de género, los abusos sexuales y sobretodo la sentencia del juicio de La Manada han echado a la calle a las mujeres que han reivindicado más que nunca sus derechos y la necesidad de una igualdad efectiva entre sexos.

La implantación de esta festividad no fue fácil, pero arraigó en la sociedad especialmente en los años de la Segunda República. Fue tal su fuerza que la Iglesia la puso bajo la advocación de San José Obrero en 1955. Y bajo este signo se conmemoró durante los años de la Dictadura.

El origen del Día Internacional del Trabajador lo hallamos en la huelga de trabajadores iniciada el día 1 de mayo de 1886 en la ciudad estadounidense de Chicago en la que se reclamaba la jornada laboral de ocho horas. El día 4, tras la explosión de un artefacto que mató a un policía se produjo una carga contra los manifestantes causando un número indeterminado de muertos y heridos. Tras un juicio que fue calificado de farsa, cinco trabajadores fueron condenados a muerte y tres más padecieron penas de cárcel. Curiosamente, pese a que el Día del Trabajador se conmemora internacionalmente el primer día de mayo, en los Estados Unidos se trasladó dicha celebración al primer lunes de septiembre para evitar las connotaciones socialistas de la fiesta y evitar el arraigo de dichas ideas en el país.

Los prolegómenos de la manifestación de 1890

Cuatro años después de los sucesos de Chicago, Alicante se dispuso a conmemorar por primera vez el Día del Trabajador en 1890, ya declarada festividad obrera. Lo que se sabe de aquel día lo contó en su momento el periodista y tipógrafo Francisco Montero Pérez, así como la prensa del momento. En las diversas ocasiones que Montero plasmó en las páginas de la prensa local los hechos de aquel día, realizó sutiles cambios pero mantuvo la narración de lo ocurrido. Es la principal fuente que se ha usado desde entonces para narrar lo ocurrido aquel día.

La prensa católica previó grandes desastres para ese día y animó a las fuerzas políticas a actuar en contra de la huelga prevista para esa jornada. En los días previos a la celebración, el diario El Alicantino publicaba: “Se acerca la fecha temida por todos los gobiernos de Europa. El 1º de Mayo”; “las huelgas de Mayo serán, cuando menos, una revista general del grande y terrible ejército que ha declarado la guerra a Dios, a la autoridad y a la riqueza”; “Las [noticias] de Alcoy son pesimistas. (…) Algunas familias abandonan la población”.

El 1º de Mayo de 1890

Tal y como nos cuenta Francisco Moreno Sáez en su obra Las luchas sociales en la provincia de Alicante (1890 – 1931), la manifestación estaba prevista para el domingo 4 de mayo ante el temor de que la del día 1 fracasara por ser laborable. Aun así, según leemos en El Alicantino, el día 1 un grupo de 150 personas se concentraron en el Paseo de Méndez Núñez logrando parar los trabajos en dos edificios en construcción de las inmediaciones. Tras lograr un paro parcial en el puerto acudieron a visitar al Gobernador Civil Manuel Somoza a solicitar permiso para realizar una nueva manifestación al día siguiente.

Ante el temor de que pudieran producirse altercados, Somoza cedió a las peticiones de un grupo de socialistas y a última hora de la tarde autorizó una marcha pacífica para el día 2. Terminaba ofreciendo “al vecindario de esta Capital la garantía de que serán respetados su seguridad y sus intereses”.

A las diez de la mañana del día 2, un grupo de unas 1.500 personas se concentraron en la plaza de Ruperto Chapí. Desde las escalinatas del Teatro los tipógrafos Federico Valero y Rafael Carratalá se dirigieron en valenciano a los congregados, pidiendo marchar pacíficamente y con el mayor orden. La manifestación comenzó su marcha desde el Teatro, pasó por Duque de Zaragoza accediendo a la Rambla; pasó por el Portal de Elche y por la calle del Triunfo (hoy parte de la Rambla) accediendo al entonces Paseo de los Mártires. Terminó la manifestación a las puertas del Gobierno Civil situado en aquel momento en la calle de Gravina. La comisión organizadora entregó al Gobernador un escrito en el que se solicitaba la jornada laboral de ocho horas. Tras esto, la marcha se disolvió pacíficamente.

La crónica de Francisco Montero Pérez

En los artículos publicados por el periodista y tipógrafo Francisco Montero Pérez encontramos algunos datos más sobre aquel día histórico. Montero reprodujo su artículo sobre el 1º de Mayo de 1890 en varias ocasiones aunque variando algunos datos, eliminando otros y añadiendo nuevos detalles y nombres propios. Al ser miembro del sindicato de tipógrafos seguramente estaría presente en la marcha o conocería en primera persona a los organizadores.

En su artículo de 1911 publicado en El Eco de Levante nos da la cifra de más de 4000 manifestantes y afirma que la bandera roja con el lema de las 8 horas de trabajo fue llevada por Nicolás Mena Casañes, Colau Panseco. Esta afirmación difiere de la expresada por el mismo periodista en 1934 al reproducir su artículo en el periódico Mundo Obrero. Afirmó entonces  que la bandera fue llevada por Nicolás Oliver, definiendo al portador en ambos artículos como “honrado ciudadano (…), asiduo y entusiasta asistente a todas las manifestaciones de carácter popular”. ¿Estamos ante la misma persona o se trata de una rectificación?

En 1931 Francisco Montero Pérez aportó algunos datos más en El Defensor de Alicante. En su estudio sobre la calle entonces denominada Primero de Mayo (hoy General Primo de Rivera) nos aportó alguna información más sobre la festividad obrera de 1890. En esta ocasión aportó el dato de la organización de la marcha, que estuvo presidida por los socialistas Federico Valero y Rafael Sierra. Este último nombre que se corresponde con el de Rafael Sierra Bernabéu, contradice a lo afirmado por Moreno Saez que menciona a Rafael Carratalá. Seguramente todos ellos formaron parte de la comisión organizadora.

En sus artículos Montero  añade, además de la transcripción de la hoja impresa que se repartió a los manifestantes y que fue publicada en su día por la prensa, la organización de un acto en el Centro Obrero de la actual Avenida de la Constitución. En 1934 lo llama Círculo Socialista y nos dio los nombres completos de los oradores: Rafael Carratalá Ramos y Federico Valero Roche.

Desde 1890 y con mayor o menor éxito, la festividad del Día del Trabajo se conmemoró hasta 1938. Tras el parón de la Dictadura, la celebración del 1º de Mayo se recuperó con la Transición. Lo que no se ha recuperado es el nombre de la calle del Primero de Mayo, que a día de hoy mantiene el nombre del dictador Primo de Rivera.

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