ALICANTE. El primer presupuesto del nuevo Consell de Carlos Mazón ha conseguido que Standard & Poors mejore la calificación crediticia de la Comunitat Valenciana, al considerar la agencia que estas cuentas son más realistas que las que durante ocho años presentó el Botànic, con ingresos ficticios de inspiración 'reivindicativa' (por la infrafinanciación). Sin embargo, tiene el mismo problema que el último que aprobó Ximo Puig: las grandes cifras de cada Conselleria no se concretan luego en proyectos con nombre y apellido.
Así lo puso de manifiesto este jueves el Instituto de Estudios Económicos de Alicante (Ineca), quien junto a la CEV presentó un año más su análisis de las cuentas autonómicas. El presidente de Ineca, Nacho Amirola, y el de la patronal, Joaquín Pérez, alertaron de que solo el 54% de la inversión total está asignada a proyectos concretos (territorializada). Es decir, se desconoce el destino de 563 millones de inversiones reales (Capítulo VI) y 710 millones de transferencias (Capítulo VII). Aunque el dinero está contemplado en el presupuesto, no se indica a qué se va a destinar. Las cuentas de 2023 tenían territorializado el 51% del total. Se ha mejorado tres puntos.
Segundo gran problema: la deuda a devolver se lleva más de uno de cada cuatro euros del presupuesto, por lo que sigue siendo la primera 'conselleria' en asignación. El 26,7%. Y el tercero, aunque en este caso aún puede demostrarse lo contrario: si la mitad del presupuesto está sin asignar a obras concretas, hay que tener en cuenta además que de lo territorializado se ejecutará solo una parte. En todo caso, es imposible saber el grado de ejecución real de los presupuestos porque Ineca sigue sin conseguir acceder a estos datos de los años anteriores, aunque el Consell ha anunciado una nueva herramienta digital que facilitará su consulta.
En el 'haber', Ineca celebró que el 38% del presupuesto de la Comunitat Valenciana se destina a la provincia, ajustándose al criterio poblacional. Así cada alicantino recibirá en inversiones 133 euros, lo que supone 252,8 millones de euros de los presupuestos (potenciales). Eso sí, al think tank económico alicantino no se le olvida el déficit inversor (en base a este criterio) acumulado en los últimos años, de 232 millones.
Amirola advirtió de que "sin un aumento real de la ejecución de las inversiones previstas en los presupuestos para 2024, la provincia de Alicante seguirá perdiendo competitividad e incrementando su deuda histórica en inversiones". Algo en lo que coincidió el presidente de CEV Alicante, que esperaba mayor inversión en la provincia e insistió en que para que la competitividad de Alicante no siga mermando "hay que ejecutar los planes y programas al 100%, con eficacia y eficiencia".
Tal y como explicó Joaquín Pérez, "si se produce realmente un aumento en la ejecución de los presupuestos y conseguimos ganar agilidad administrativa y bajar la presión fiscal se podría llegar compensar el descenso en la inversión territorializada para el próximo año". "En un contexto económico caracterizado por la incertidumbre esta podría ser la mejor manera de apoyar a los agentes económicos y de incentivar la productividad y la competitividad", aseguró.
