reflexionando en frío / OPINIÓN

El maltrato psicológico de la izquierda

25/05/2021 - 

El ser humano, social por naturaleza, suele dar demasiada importancia a lo que dicen los demás de él. Si al deslizar determinados pensamientos se plantean ciertos juicios peyorativos hacia el particular, en ocasiones se produce un retracto de los planteamientos para no ser condenados por la masa.

Dicho fenómeno se da en su mayoría en los perfiles políticos. Recuerdo cuando en una ocasión, citando unas declaraciones literales de la ahora diputada en las Cortes Valencianas por Alicante, Yaneth Giraldo, esta me aseguró no haber querido decir eso y que estaban sacadas de contexto. Me recuerda a la típica argucia del que se arrepiente de lo que ha escrito en un WhatsApp y antes de que existiera la opción de borrar el contenido del mensaje se tiraba de la vieja excusa de que dichas insinuaciones habían sido obra del corrector y no de la responsabilidad individual. Los dirigentes se pasan todo el día retratándose de lo que han dicho provocando el hastío de la ciudadanía. Cansancio del cinismo político que ha encendido la esperanza en el discurso desvergonzado de Vox.

Desgraciadamente, la realidad buenista a la que la izquierda mediática ha sometido al ecosistema ha provocado el complejo de algunos mandatarios a decir lo que piensan o a impulsar unas políticas coherentes con su ideario. Bajo una especie de maltrato psicológico, la derecha o todo lo que no se parezca a la falsa progresía es demonizado despertando el miedo no solo de los votantes sino hasta de los propios militantes de las formaciones que son acosadas. Este caos de sensaciones que rozan el síndrome de Estocolmo hace que partidos como el PP o Ciudadanos tomen posiciones contrarias a sus idearios fundacionales. Se ve cuando Pablo Casado abandera causas contrarias al conservadurismo o cuando Inés Arrimadas coquetea con el Gobierno con el fin de borrarse de la foto de Colón. No se entera, de que como dijo Santiago Abascal en sede parlamentaria, cuando Vox no esté la extrema derecha estará encarnada por el PP o por Cs. Tan sólo hace falta leer un poco de historia del siglo XX para caer en la cuenta de que ya Manuel Azaña criminalizaba a todos los que no apoyaban los torticeros planteamientos de su Gobierno republicano.

Coaccionados por el miedo estimulado por el maltrato psicológico al que la izquierda somete a la derecha, los falsos socialistas pueden llevar a cabo su hoja de ruta sectaria sin apenas oposición. Disidencia embriagada de un consenso que paraliza coartando la esencia política del disenso. Si criticas los ataques reiterados de los comunistas a la Corona eres un facha. Si no consideras matrimonio a la unión entre personas del mismo sexo como opina el disidente homosexual Philippe Ariño y autor del ensayo La homosexualidad en verdad, eres un homófobo. Si matizas los planteamientos multiculturalistas asumiendo la falta de integración de los musulmanes en Occidente como ha afirmado Macron en Francia eres un racista. Se está vulnerando un derecho fundamental, el de disentir, el de llevar la contraria al pensamiento único. Son ya varios los allegados que me confiesan su voto a Vox por el hecho de que se sienten coartadas al opinar sobre determinados temas. 

Debemos perder el miedo a que nos llamen facha, racista, lo que sea. Si un obrero vota al PP en lugar de al PSOE porque su anterior partido le ha defraudado provocando el empeoramiento de su calidad de vida no es un facha, es un superviviente. Si en las provincias asoladas por la inmigración árabe gana la extrema derecha no es por racismo sino por una mera reacción pragmática ante un impacto degradador de las calles.

No tengamos miedo a decir lo que pensamos. Sin ser conservador me produce cierta tristeza cómo políticos como Carlos Mazón presumen de centristas abrazando determinadas tesis contrarias al conservadurismo. Ser conservador consiste en no moverse de unos planteamientos de manera estanca, no de dejarse llevar por interés electoralistas y apoyar determinadas causas que en realidad consideras injustas. Luego dirá Teodoro García Egea que Pedro Sánchez está en la Moncloa gracias a Vox. Si Abascal se pasea por el Congreso y por consiguiente tenemos a un mentiroso como presidente es porque el Partido Popular ha traicionado a sus votantes.

No tengáis miedo.

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