ALICANTE (EFE). El Hércules continúa paralizado a nivel deportivo tras no lograr el ascenso a la Primera RFEF, objetivo mínimo que se había marcado la entidad, y caer a la Segunda RFEF, la categoría más baja en la que ha militado en sus 99 años de historia.
La entidad alicantina confirmó su fracaso deportivo el pasado 23 de mayo al empatar en su visita a Llagostera (3-3).
A partir de ese momento, cualquier decisión deportiva en referencia al próximo curso ha quedado paralizada a la espera de la confirmación de la continuidad de Carmelo del Pozo, director deportivo, quien tiene contrato en vigor.
El máximo accionista de la entidad, Enrique Ortiz, cada vez más cuestionado por la afición, tiene en estos momentos otras prioridades, como encontrar socios que compartan la gestión y el peso económico de sostener el club.
En este sentido, y ante la posible salida de Juan Carlos Ramírez, su principal colaborador económico durante los últimos siete años, Ortiz ha iniciado gestiones con el excandidato a la presidencia del Barcelona, Toni Freixa, para incorporarlo a la dirección del Hércules.
A la espera de definir el futuro proyecto deportivo y el presupuesto, el Hércules sigue sin confirmar si su actual entrenador, Manolo Díaz, seguirá en el cargo. Tampoco se han ofrecido detalles sobre la composición de la plantilla.
El único movimiento realizado hasta la fecha lo ha protagonizado el centrocampista francés Kevin Appin, quien esperó al club hasta el pasado 31 de mayo pero, ante la parálisis de la entidad, optó por un nuevo destino.
Del Pozo sigue a la espera de que se defina el proyecto y conocer el presupuesto para comenzar a perfilar el equipo, que partirá el próximo curso con la obligación de conseguir el ascenso.