El Hércules está más cerca del ascenso en los despachos

El fallo de Luxemburgo le da un empujón a los contactos que ya mantenía con la LFP buscando trazar una hoja de ruta cuyo cumplimiento permita que un hipotético éxito en el césped no se vea luego empañado por razones extradeportivas. 

20/03/2019 - 

ALICANTE. Uno de los grandes temores que abrigan aquellos que conocen no solo bien los problemas económicos del Hércules, también los entresijos de la Liga de Fútbol Profesional (LFP), su duro sistema de control económico, es la posibilidad de que el equipo blanquiazul logre el ascenso en el terreno de juego y luego no pueda cuadrar el círculo y jugar en Segunda A al no cumplir las exigencias de la patronal de los clubes.

Con el fallo de Luxemburgo de este miércoles, buena parte de esos temores desaparecen, toda vez que la obligación de afrontar el pago de los siete millones de euros que le exigía la Comisión Europea ya no existe. De haberse desestimado por el Tribunal General el recurso del Hércules, se podría hablar ya abiertamente de que el club incrementaba su deuda en siete millones de euros y que no llegaría al Centenario: entre lo que reclamaba Luxemburgo, los cuatro millones que se adeudan a la Agencia Tributaria y los créditos de los acreedores ordinarios a pagar con base al reconvenio de acreedores aprobado hace dos años, la deuda del Hércules se hubiera disparado por encima de los 20 millones de euros, siendo de pago inmediato y efectivo los siete de Bruselas y al menos la mitad de los cuatro que reclama Hacienda, ya que esta sigue exigiendo al club que abone dos millones de una tacada para concederle un aplazamiento. 

La patata caliente de los siete millones ha desaparecido, pero sigue sobre la mesa la del fisco (se cumplen ahora dos años desde que este canceló de manera unilateral el convenio singular suscrito por el Hércules ante sus incumplimientos reiterados) que sí o sí el club habrá de resolver para poder jugar en Segunda A el próximo curso porque una de las cosas que le va a exigir la LFP es un certificado positivo de la Agencia Tributaria, que está al corriente de pago o que teniendo deuda con ella hay vigente un acuerdo de aplazamiento. Al Juez de Disciplina Social de la Liga no le tiembla el pulso con este tema, ya descendió de Primera a Segunda A al Elche por lo anterior y tanto de lo mismo al Murcia pero de Segunda A a Segunda División B.

La ventaja del club del Rico Pérez no es solo que está más que acostumbrado a vivir en una situación de economía de guerra, es que ya lo hacía incluso antes de caer al pozo del fútbol español: son tantos los escollos que ha tenido que ir salvando desde que descendió de la Primera División en la primavera de 2011 que aunque el control económico de la LFP se haya endurecido y la situación socioeconómica de la entidad, todo y el fallo de Luxemburgo, no sea precisamente boyante, en las oficinas de Foguerer Romeu Zarandieta pueden impartir cursos de posgrado de como ir regateando los problemas. 

Lo anterior no parece que vaya a valer con una Agencia Tributaria que se muestra inflexible después de que sienta que le han tomado por el pito del sereno los últimos 24 meses, jugando a la gallinita ciega con propuestas de acuerdo que a la hora de la verdad no se firmaban, pero va a ayudar y mucho con LFP. De hecho, Alicante Plaza puede adelantar que el Hércules inició hace semanas los contactos con la patronal de los clubes (no olvidemos que esta es integrante de la comisión de control del cumplimiento del hoy reconvenio de acreedores) para trazar una hoja de ruta cuyo cumplimiento le permita confirmar en los despachos este verano un hipotético éxito deportivo en primavera e incluso se exploran soluciones del estilo de las que el Elche tuvo hace un año que aplicar de común acuerdo con la LFP para que la sangre no llegara al río Vinalopó por segunda vez en apenas tres años.

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