El Hércules cierra el 2018 sin presidente y aliviado por suspensión del pago millonario a Bruselas

26/12/2018 - 

ALICANTE. El Hércules cierra un año de inestabilidad en su cúpula, actualmente vacante tras haber pasado por el cargo Juan Carlos Ramírez y Quique Hernández, pero aliviado tras el reciente fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) que le libera de la obligación de pagar inmediatamente los 6,9 millones que le reclamaba la Comisión Europea (CE).

El club alicantino vivió con satisfacción cómo los recursos presentados a la decisión de recuperación de los avales concedidos por el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) fueron aceptados, ya que de lo contrario la situación financiera de la entidad se habría visto muy comprometida.

El Hércules argumentó en su escrito que el pago inmediato de la sanción podía ahogar su economía al encontrarse en Segunda B y casi sin recursos, por lo que el TJUE decretó la suspensión cautelar hasta que dictamine sobre el recurso de nulidad.

En 2019 llegará la sentencia definitiva por parte del Tribunal General de UE, que decidirá si el club debe hacer efectivo el pago de la sanción o, por el contrario, queda liberado de la deuda.

También queda pendiente, como en los últimos años, la firma del convenio con Hacienda, a la que el Hércules adeuda algo más de 4 millones de euros.

El club ha propuesto en varias ocasiones un calendario de pagos en función de la categoría en la que milita sin que, por el momento, la Agencia Tributaria lo haya aceptado.

Esta buena noticia institucional no se ha visto acompañada, sin embargo, de estabilidad en la dirección del club herculano, por el que han pasado dos presidentes sin que nadie haya tomado aún el relevo del último, Quique Hernández, quien dimitió el pasado 10 de octubre.

Ramírez comenzó el año como presidente, pero entregó la presidencia a Hernández en febrero alegando motivos profesionales. El ex entrenador, que apenas permaneció ocho meses en el cargo, argumentó "pérdida de confianza" de los máximos accionistas para dejar la presidencia.

Hernández dejó claro en su salida que los máximos accionistas, Enrique Ortiz y Juan Carlos Ramírez, eran los que mantenían con vida el club, pero también denunció "barbaridades" en la gestión del club y nula sintonía y gestos de los propietarios hacia la afición.

Las palabras de Hernández dejaron bien claro que el presidente del Hércules debía ser un dirigente títere dispuesto a soportar decisiones impopulares y con escaso poder de decisión, lo que complicó sobremanera al consejo la búsqueda de un relevo de cierto prestigio en la ciudad.

Tres meses después de su dimisión, el Hércules, que aún no ha convocado la junta extraordinaria de accionistas, sigue sin presidente, si bien el director general, Carlos Parodi, ejerce en los actos públicos la máxima representación de la entidad. 


Noticias relacionadas

next
x