ELCHE. Si bien por la mañana ya se preveía que lo de la tarde iba a ser potente, como lo fue el año pasado, la cuestión superó las expectativas. El 8M volvió a desbordar las calles ilicitanas, esta vez incluso más que el pasado 2018, cuando aún estaba reciente el caso de la manada. El feminismo volvió a demostrar que actualmente es el movimiento que más empuje y acogida tiene para sacar a la calle. De hecho, no se recuerda en la ciudad una manifestación así desde alguna de las últimas huelgas generales, y seguramente las haya superado. La estampa final en la Plaça de Baix, en la que no cabía ningún alfiler, es la prueba de ello.
25.000 asistentes, 18.000, 15.000... Por parte de las organizadoras ha habido diferentes versiones, pero qué duda cabe que al menos 15.000 personas las había. Y seguramente más, superando holgadamente convocatorias sindicales o del 15-M, las más amplias de los últimos años a nivel local, quizá sólo superadas por las movilizaciones del no a la guerra. Desde el "no es no, lo demás es violación", hasta el "ens volem, vives i lliures", pasando por el "hermana, aquí está tu manada", fueron constantes los cánticos durante toda la manifestación, que ha sido transversal con mucha diversidad. Mucha gente joven y puede que más hombres también este año.
Con la preocupación por la situación en Andalucía y el viraje que ha producido Vox en el espectro de derechas entre los partidos, nadie se ha querido quedar en casa, y colectivos feministas, de mujeres más adultas, jóvenes, migrantes, junto a sindicatos de trabajadores, sindicatos de estudiantes, colectivo de aparadoras y otros tantos grupos sectoriales, las vistas de la Avenida de la Libertad, repleta de arriba abajo, han sido una muestra del panorama. A pesar de que la convocatoria era a las 19, no se salió hasta las 19:50, llegando a la Plaça de Baix pasadas las 21, con el avance lento por toda la cantidad de manifestantes.
Finalmente, sobre las 22 horas, con miles de personas embutidas en la plaza del Ayuntamiento y tras la energía y los bailes provocados por la batucada, el colectivo feminista ha leído su manifiesto haciendo hincapié en la larga hilera de reivindicaciones, desde los problemas salariales, hasta la precariedad del trabajo de cuidados o las problemáticas de las mujeres con diversidad funcional. Un broche final en el que no ha faltado nadie, y en el que el feminismo ha vuelto a inundar Elche y dejar claro que ha llegado para quedarse (y que muchos utilizarán de cara a las elecciones).