la distribuidora de cepsa en alicante reduce sus ingresos pero vuelve a beneficios

El expresidente de la CAM Román Bono compra la parte de su hermana en HRBG por 1,4 millones

3/10/2020 - 

ALICANTE. La empresa familiar del histórico dirigente empresarial alicantino Román Bono, expresidente de la extinta CAM (precedió en el cargo al fallecido Vicente Sala), ha protagonizado un episodio de 'divorcio' entre los socios y al mismo tiempo familiares similar al del imperio plástico de los Sala, aunque con un desenlace mucho menos dramático. Tres de los socios de Hijos de Román Bono Guarner (HRBG), concesionaria de Cepsa en la provincia, se han separado de la empresa en base al artículo 348 bis de la Ley de Sociedades de Capital, que permite a los accionistas minoritarios abandonar la empresa (con compra de sus títulos por parte de la mercantil) si no se reparten dividendos.

Se trata, como adelantó en su día Alicante Plaza, de la hermana de Román Bono y de dos sobrinos, que intentaron que la empresa repartiera dividendos en los últimos ejercicios y, al no lograrlo (sumaban el 37% del capital), rechazaron firmar las cuentas anuales de 2017 y forzaron una junta extraordinaria para pedir explicaciones y ejercer su derecho de separación. La ruptura se consumó en el otoño de 2019, y sus detalles han trascendido ahora al depositar la empresa las cuentas del pasado ejercicio en el Registro Mercantil. La factura que ha tenido que pagar HRBG por el 'divorcio' asciende a 1,4 millones de euros.

Según se explica en las cuentas, Inmobiliaria Tabarca SL (firma controlada por la hermana de Román Bono), Rafael Jorro y José Manuel Gómez Bono ejercitaron su derecho de separación en la junta general de 2019, y para ello se designó un experto del Registro Mercantil que valorase sus acciones. Dicho experto emitió un informe que tasaba las acciones de la hermana en 1,315 millones, y las de los otros dos socios en 66.400 y 57.300 euros. La propia sociedad anónima fue la que se hizo cargo de la adquisición y el pago (el importe ha ido directamente contra el patrimonio neto en el balance al cierre del ejercicio) de dichas acciones, que han pasado a conformar su autocartera. Los accionistas, por su parte, han dejado de serlo.

La salida de parte de la familia de la conocida empresa de hidrocarburos se produjo un año en el que el volumen de negocio de HRBG experimentó un ligero retroceso, pero en cambio la mercantil logró presentar un beneficio de algunos cientos de miles de euros después de impuestos, en contraposición a 2018 cuando cerró con pérdidas. Así, la facturación se quedó en 11,92 millones de euros (por 12,85 millones un año antes), pero un mayor control de gastos permitió arrojar un resultado de explotación positivo, y un beneficio neto de 103.000 euros (frente a las pérdidas de 540.000 euros de 2018).

Camión cisterna de HRBG para transportar el carburante de Cepsa. Foto: AP

El informe de gestión adjunto a las cuentas explica la mejora en el resultado por varios factores. El primero, un aumento de las tarifas merced a la renovación del contrato con Cepsa, así como una mayor productividad en el menudeo, donde se contienen los gastos fijos. También ha "desaparecido" una actividad deficitaria como fue en el ejercicio anterior la participación en el plan de contingencia de Cepsa para Cataluña. Todo ello, reforzado con "una mejora de las condiciones de compra en general y en particular de las tarifas de las empresas colaboradoras de transporte", indica el informe.

La pandemia de la covid-19 y la pérdida de actividad que ha traído como consecuencia, hace que la evolución que preveía la empresa al inicio del ejercicio "haya tenido que ser objeto de revisión", según explica el informe, "todo ello en un escenario de gran incertidumbre, que hace muy complejo predecir la evolución de los indicadores de gestión" para el ejercicio en curso.

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