ALICANTE. El estadio José Rico Pérez cumple 45 años.
El 3 de agosto de 1974 se inauguraba esta instalación promovida por el Hércules y hoy de titularidad pública. Se hacía casi una década después de que el club, cuyo equipo venía jugando en el campo de La Viña, hubiera manifestado su voluntad de construir un nuevo estadio y tres años después de que cerrara con el Ayuntamiento de Alicante la compra, a cambio de un total de 3,5 millones de las antiguas pesetas, de un terreno de 26.000 metros cuadrados en la entonces conocida como partida de Nogueroles, a espaldas del Castillo de San Fernando.
Bajo la dirección técnica de Francisco Muñoz, con un presupuesto de 28 millones de pesetas (menos de 30.000 euros de hoy) y un plazo de ejecución de 12 meses, la constructora Cubiertas y Tejados inició mayo de 1973 unos trabajos que culminarían en abril del año siguiente, siendo inaugurado el estadio tres meses después con un amistoso ante el Barcelona.
Los socios del Hércules decidieron que llevara el nombre del entonces presidente José Rico Pérez, figura clave en su historia y en que este pudiese contar con una nueva casa pero no la única y es que también resultaron fundamentales para lo anterior el citado Francisco Muñoz, expresidente de la entidad y autor del proyecto, el también expresidente Tomás Tarruella y el fundador de la entonces Caja de Ahorros del Sureste y que también fuera directivo del club, Antonio Ramos Carratalá.
Gracias a la existencia del estadio y a los buenos contactos que mantenía el club y en especial José Rico Pérez con la Real Federación Española de Fútbol, Alicante fue una de las subsedes del Campeonato de Mundo de Fútbol de 1982. El Rico Pérez acogió dos encuentros de la fase de grupos (Argentina-Hungría y Argentina-El Salvador) y el partido por el tercer puesto (Polonia-Francia), siendo escenario del primer gol de Diego Armando Maradona en un Mundial: el 18 de junio de 1982, a la media hora de juego, el astro argentino anotaba el segundo de los cuatro tantos que le endosaría esa noche la albiceleste a Hungría. Lo hacía en un coliseo blanquiazul con más de 29.000 espectadores, un aforo que se había ampliado con motivo del Mundial y con la construcción de la popularmente conocida como grada de Tejero y hoy ya como grada del Mundial.
Además de los citados encuentros de España 82, el coliseo ha sido sede de un buen número de partidos internacionales (La Roja absoluta de fútbol masculino ha disputado ocho partidos en él, tanto amistosos como oficiales, no conociendo la derrota; la selección sub-21 ha vencido por goleada las dos veces que ha jugado en el Rico Pérez; la selección Olímpica en una ocasión en 1992; y la selección absoluta de fútbol femenino caía derrotada por la mínima el pasado enero ante la campeona del Mundo, Estados Unidos), partidos de Copa del Rey, de Liga de Primera, Segunda A y Segunda División B, de fases de ascenso a Primera y Segunda, finales del Trofeo Ciudad de Alicante, de la Copa San Pedro, amistosos...
El Rico Pérez fue propiedad del Hércules hasta 1994 cuando, a cambio de 5,4 millones de euros, pasó a manos públicas, concretamente del Ayuntamiento de Alicante después de que el club, que se había quedado fuera de los sucesivos planes de saneamiento con los que el fútbol español trataba de reducir su deuda pública, recurriera a esa solución para poner a cero la suma que adeudaba a la Agencia Tributaria y a la Seguridad Social.
En 2007 y por 7,8 millones de euros el coliseo blanquiazul volvería a manos privadas pero de la mercantil Aligestión, una sociedad de Enrique Ortiz hoy en liquidación por una deuda, entre otros, con el Instituto Valenciano de Finanzas que finalmente se hizo con la titularidad del Rico Pérez en 2017, en el marco de una subasta de los bienes de la mercantil que siete años antes había protagonizado la tercera reforma de calado de la instalación (tras la que se acometió cuando fue elegido sede del Mundial 82 y la que se llevó a cabo en 1997 de la mano de la Liga de Fútbol Profesional, momento en el que, por ejemplo, se dotó de butacas a todas las gradas, reduciéndose el aforo hasta los 27.000 espectadores) y es que con la compra al consistorio quedó obligada a invertir 4,2 millones de euros en adecuar el estadio (unos trabajos realizados finalmente en el verano de 2010, dos meses antes de que el Hércules disputase la que hoy sigue siendo su última temporada en Primera División).
Desde que no es el propietario, el club blanquiazul ha hecho uso en exclusiva o junto al desaparecido Alicante de un Rico Pérez que hoy utiliza "en precario", sin que medie contrato de arrendamiento a ojos de la Generalitat Valenciana y del liquidador de Aligestión, postura que no es compartida por el Hércules y que ha llevado a un litigio sobre el que finalmente habrá de resolver un juez.