ELCHE. El Elche CF, cuyo paquete accionarial mayoritario ha sido adquirido esta semana por el empresario argentino Christian Bragarnik, ha contado con tres propietarios y cuatro presidentes desde el descenso administrativo de Primera a Segunda División hace cuatro años y medio.
El club ilicitano ha atravesado desde entonces una etapa de gran inestabilidad en los despachos y en el terreno de juego, ya que durante esta etapa también ha contado con una decena de consejeros, cinco directores deportivos y seis entrenadores.
Cuando el Elche descendió a Segunda en julio de 2015 como consecuencia de sus impagos a la Agencia Tributaria, la mayoría accionarial del club estaba en manos del Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), que delegaba los poderes en la Fundación Elche, cuya mayoría era próxima al ex presidente José Sepulcre.
En el momento del descenso, el presidente era Juan Anguix, quien abandonó el puesto a los tres meses de llegar al cargo y fue relevado en plena tormenta institucional por Juan Serrano, quien dejaría su cargo un año y medio después, destituido por el consejo de administración para que Diego García tomara las riendas del club.
Durante este periodo, el consejo y el IVF mantuvieron una pugna por el control accionarial de la entidad en la que medio el banco de la Generalitat para que llegaran ofertas de compra de varios fondos españoles y extranjeros, entre ellos una de Skyline que nunca llegó a concretarse.
La intención de la entidad autonómica era vender su mayoría y así recuperar el dinero invertido en el club, pero sus esperanzas quedaron anuladas tras las últimas ampliaciones de capital, a las que no acudió, pero sí lo hizo José Sepulcre, por lo que quedó diluida la mayoría del IVF y salió reforzado el ex presidente.
Sepulcre se convirtió en febrero de 2019 en el máximo accionista del Elche al controlar, tras las sucesivas ampliaciones por aportaciones y cambio de deuda, el setenta por ciento de los valores de la sociedad.
Meses después, en el pasado agosto, José Sepulcre situaba a un hombre de su confianza, Joaquín Buitrago, en la presidencia de la entidad.
Buitrago afirmó este martes, tras consumarse la venta de la propiedad, que su tiempo como presidente ha concluido, por lo que en las próximas semanas, en la junta de accionistas del día 30, cederá su cargo a alguien de la máxima confianza de Bragarnik.
Esa inestabilidad en la cúpula del Elche se ha trasladado a la parcela deportiva. Nico Rodríguez, actual director deportivo, firmó por cuatro años, pero el nuevo propietario, representante de jugadores, pretende rodearse de gente de su máxima confianza.
“No me costa que se vaya a prescindir de él”, dijo el entrenador, José Rojo ‘Pacheta’, sobre el futuro de Rodríguez, principal apuesta del anterior propietario para la presente temporada.
Con un nuevo dueño, y además representante de jugadores sudamericanos, se intuye una convivencia complicada para el director deportivo asturiano, que tomó el relevo de Jorge Cordero.
El cartagenero, a su vez, sustituyó tras el descenso a Segunda B a José Luis ‘Chuti’ Molina, quien heredó el proyecto de Ramón Planes, quien dimitió en la pretemporada de 2017 al no poder obtener garantías de independencia en los fichajes ante la posible llegada de un inversor.
Planes había relevado a Javier Cabello, quien no llegó a ejercer y salió del club días después de consumarse el descenso administrativo. Apenas unas semanas antes, Víctor Orta también dejaba el Elche como consecuencia de la inestabilidad social y deportiva.