ALICANTE (EFE). El Elche, que este sábado regresa a Segunda tres años después, apuesta para la próxima temporada por mantener el mismo bloque, reforzado en posiciones concretas, para buscar por la vía rápida el regreso a Primera División.
El club ilicitano, con más de 18.000 abonados a pesar del descenso, no esconde que su objetivo es volver a la élite, si bien desde el cuerpo técnico y la plantilla se han lanzado mensajes de prudencia al recordar que Segunda es una competición complicada y equilibrada, en la que al menos una decena de equipos tienen el mismo objetivo.
El Elche, que contará con la ventaja de tener una economía saneada y revitalizada con la ayuda del descenso, ha apostado por mantener el bloque del pasado curso, apuntalado con algunos refuerzos de prestigio y liderado por el entrenador, Sebastián Beccacece, quien logró endulzar con un buen final de Liga (cinco últimas jornadas sin perder) una temporada catastrófica a nivel de resultados.
El argentino cuenta con la misma columna vertebral de jugadores del pasado curso, salvo algunas excepciones, como el adiós del capitán Gonzalo Verdú y las salidas de Omar Mascarell, Helibelton Palacios y Gerard Gumbau.
El resto de los futbolistas que fueron importantes para el entrenador se mantienen en el equipo, como el portero Edgar Badía, el central Pedro Bigas, el lateral Carlos Clerc, los centrocampistas Fide Chaves, Tete Morente y Josan Ferrández o los delanteros Pere Milla y Lucas Boyé.
El Elche ha realizado siete fichajes, entre ellos dos mediáticos, como el del lateral internacional español Mario Gaspar, ex capitán del Villarreal, o el del mediapunta Óscar Plano, clave en los últimos éxitos del Valladolid.
Junto a ellos han llegado futbolistas jóvenes pero con experiencia en la categoría, todos ellos procedentes del mercado nacional, como Alex Martín, Aleix Febas, Cristian Salvador y el portero Miguel San Román; a excepción del joven centrocampista argentino Nico Castro, que llega cedido, con opción de compra, del Genk belga.
El equipo ilicitano, fiel a la costumbre desde que tomó el mando del club el argentino Christian Bragarnik, no tiene cerrada su plantilla, por lo que aún habrá más fichajes y, posiblemente, alguna salida, aunque en este caso el club, que presume de economía saneada, no está dispuesto a negociar ventas.
El Elche, que el pasado curso celebró su centenario, intentará romper la próxima temporada con una tradición, ya que nunca en su historia ha logrado ascender a Primera al año siguiente de un descenso.