ALICANTE. El dueño del conocido hotel Eurostars Lucentum de Alicante (que ocupa el edificio que fue sede del extinto Banco de Alicante, absorbido por el BBVA), la socimi Millenium Hotels Real Estate, se refuerza tras la pandemia. La socimi ha informado esta semana a BME Growth, donde cotiza, de la venta del hotel Vía Castellana, uno de sus mejores activos en Madrid, al grupo inversor Ibervalles (que a su vez es accionista de la socimi). La operación se ha cerrado por 43 millones de euros, a los que cabe descontar los 13 millones de deuda que mantenía el hotel.
La operación se aprobará en la próxima junta general de accionistas de la socimi, que se celebrará el próximo 7 de julio, a propuesta del consejo de administración. En dicha junta, además de la venta del activo, que inyectará 30 millones de liquidez en la caja de la firma, se aprobará también lanzar una nueva ampliación de capital por 62 millones de euros (aunque la sociedad la plantea como "incompleta", es decir, que puede que no se cubra esa cantidad), de la que se excluirá el derecho de suscripción preferente.
A la junta de accionistas está citado el dueño de Panama Jack, el empresario ilicitano Antonio Vicente, que como ha contado este periódico fue uno de los accionistas originales de la socimi (aunque su peso se ha ido diluyendo con las sucesivas entradas de accionistas) con un 10% de la sociedad cuando saltó al parqué. Vicente canaliza su inversión en Millenium, como el resto de incursiones en el sector inmobiliario, a través de su firma Garganta Construcciones, la única que no ha reabsorbido en Panama Jack tras la reorganización del grupo, dado que se dedica a una actividad totalmente independiente.
En el ejercicio 2020, con su negocio fuertemente impactado por la pandemia (la socimi es la propietaria de los establecimientos, que gestionan las principales cadenas españolas e internacionales en régimen de alquiler), Millenium Hotels perdió 4,2 millones de euros, según las cuentas formuladas por el consejo de administración que deben aprobar los accionistas. Con los hoteles cerrados, muchas socimis del sector tuvieron que negociar aplazamientos y bonificaciones de las rentas, lo que explica el mal año.