ALICANTE. El conseller de Hacienda, Vicent Soler, ha tenido que sofocar otro conato de descontento en la provincia de Alicante en su visita de este lunes. La Asociación de la Empresa Familiar de Alicante, con su presidente Francisco Gómez a la cabeza, le ha trasladado el malestar por los cambios que podría tener la política fiscal de la Generalitat para 2017 respecto a donaciones y sucesiones.
Tras escuchar las reivindicaciones de Gómez y los perjuicios que pudiera tener esta política respecto a otros territorios limítrofes, como Murcia, donde hay bonificaciones de hasta el 95%, Soler y su equipo ha tenido que salir al quite y garantizar que todo se mantendrá más o menos igual.
Tanto Soler como la secretaria autonómica, Clara Ferrando, le han garantizado que la reforma tributaria incluida en la ley de acompañamiento a los Presupuestos de la Generalitat de 2017 “mantiene los beneficios fiscales para la continuidad de los negocios familiares”.
“La Generalitat está preocupada y comprometida en garantizar la sucesión de la empresa familiar en la Comunitat Valenciana”, ha enfatizado Soler, quien ha destacado que “el 91% de las empresas valencianas son de carácter familiar, algo que da estabilidad al tejido productivo y que otorga una gran capacidad de porvenir y de mantenimiento a los negocios familiares”.
Así, el titular de Hacienda ha detallado personalmente los cambios introducidos por la reforma tributaria en lo que respecta a la sucesión en la empresa familiar a los representantes de este sector, y que suponen no solo el mantenimiento sino la ampliación de los beneficios existentes.
El conseller ha subrayado que el nuevo esquema fiscal “no ha cambiado sustancialmente nada” en el impuesto de Sucesiones para la empresa familiar y, “en todo caso, los cambios incorporados vienen a reforzar la continuidad de estas firmas al extender a parientes colaterales, como hermanos, sobrinos o suegros, la posibilidad de acogerse a los beneficios fiscales”.
Según ha explicado, la reforma tributaria “hace un guiño” a la pequeña y mediana empresa familiar (aquella con un volumen de negocio inferior a los 10 millones de euros), al concentrar en ésta la posibilidad de acogerse a la reducción en el 95% del valor de la firma a efectos del impuesto de Sucesiones, pero “conscientes de que esa misma reducción se la va a poder aplicar la gran empresa familiar acogiéndose a la misma reducción existente a nivel estatal”. “Es un guiño como reconocimiento al peso de las pymes en el tejido productivo valenciano, sin que ello tenga incidencia alguna porque todas las empresas familiares, grandes y pequeñas, van a poder acogerse a esa reducción tanto por la vía estatal como la autonómica”, ha resaltado Soler.
Así, la secretaria autonómica de Hacienda, Clara Ferrando, ha concretado que la fiscalidad de la empresa familiar en el impuesto de Sucesiones, tal como quedará, comportará que, en una herencia, sólo se comenzará a pagar impuestos por las empresas a partir de un valor de 2 millones de euros. En concreto, ha puesto como ejemplo el que un único heredero o donatario de una empresa familiar -en la hipótesis de que no hubiera más bienes en la herencia- solo a partir de un valor superior a 2 millones de euros comenzaría a pagar algo, toda vez que, aplicada la reducción del 95%, el 5% de dos millones de euros serían 100.000 euros que, con la reducción familiar (que es también de 100.000 euros), supondría que no hay base gravada.